Bodegas Buezo: Vinos potentes de guarda para disfrutar ya

En el Paraje de Valdeazadón, en el término municipal de Mahamud (Burgos) es donde Abel Buezo y sus socios encontraron la finca ideal para hacer su sueño realidad: construir una bodega donde elaborar vinos de guarda. 

Se trata de una finca de 61 hectáreas, 57 de ellas dedicadas a la viña y cuatro utilizadas para la construcción de una moderna bodega y otras instalaciones; una finca que antiguamente había sido viñedo, pero que en los últimos años se había empleado para el cultivo de cereal.

El cuidado de los detalles

Nos cuenta Abel, durante la comida presentación de los vinos de Buezo que tuvo lugar en el madrileño restaurante Alabaster, que la idea inicial no era haber empezado con una finca tan grande, pero pronto se dieron cuenta de que no iba a ser fácil comprar viñas anexas a un viñedo inicial y decidieron ir a por todas. Así, decidieron adquirir una finca donde poder tener todo el viñedo que la bodega necesita para la elaboración de sus vinos ahora y en un futuro.

Empezaron estudiando los suelos para ver dónde plantar cada variedad, ya que la finca es una colina con dos orientaciones, norte y sur, y con suelos arcillosos, calcáreos y arenosos principalmente. En ella, además de un viñedo experimental donde se encuentran plantadas Sauvignon Blanc, Semillón, Chardonnay y Viognier como variedades blancas y Tannat como variedad tinta, hay plantadas y en producción Tempranillo, Petit Verdot, Merlot y Cabernet Sauvignon con las que se elaboran los cuatro vinos que componen la gama Buezo.

El viñedo, plantado a entre 870 y 900 metros de altitud, está conducido en espalderas altas con el fin de aprovechar al máximo los rayos solares de un clima bastante extremo con una gran amplitud térmica.

Nos cuenta Fernando López, enólogo de la bodega, que ésta está diseñada para elaborar vinos de guarda; de hecho en ella sólo se elaboran reservas, y para ello hay que mimar al máximo la fruta y cada uno de los procesos de elaboración.

Así, la vendimia es manual y en cajas de 16 litros, y la mesa de selección es doble, tanto de racimos como de granos. El movimiento de la uva y los mostos siempre se realiza por gravedad utilizando un OVI (un depósito que se eleva mediante un puente grúa). Los depósitos de acero inoxidable y los tinos de roble francés son troncocónicos, para favorecer el contacto entre hollejos y el mosto. Y la fermentación maloláctica siempre tiene lugar en los tinos de roble francés. Las barricas de roble francés, americano y centroeuropeo tienen un máximo de cuatro usos y descansan en una sala con humedad y temperatura controlada; además, el vino que contienen no se trasiega durante toda la crianza. Finalmente, el coupage de parcelas y variedades se realiza siempre tras la crianza.

Cata de los vinos de Bodegas Buezo

Sentados a una gran mesa, vamos a disfrutar de los cuatro vinos que elabora la bodega acompañando a los cuatro pases de la comida de Alabaster.

Buezo Tempranillo 2005

Para acompañar el aperitivo y los entrantes, hace su aparición Buezo Tempranillo 2005, un monovarietal de tempranillo que, según Miguel Ángel Corral, director de ventas de la bodega, es el vino de los elaborados por la bodega que expresa mejor la tipicidad de la uva y el terruño de Arlanza.

Estamos ante un vino con una crianza de doce meses en barricas de roble francés (60 %) y americano y centroeuropeo (40 %) y un mínimo de 72 meses en botella.

Buezo Tempranillo 2005 se presenta en copa con un color rojo picota de capa media alta. En nariz encontramos fruta negra acompañada de tofe, especias y notas tostadas; en boca tiene una buena acidez en un trago estructurado, con un tanino pulido y final balsámico y licoroso.

Buezo Varietales 2005

Mientras nos sirven unos deliciosos papardelles de tinta salteados con guiso de choco que irán maridados con Buezo Varietales 2005, nos cuenta Fernando que para ellos son muy importantes las maceraciones largas, tanto “pre” como “post” fermentativas. Al final el mosto está en contacto con las pieles alrededor de un mes con el fin de extraer todos los aromas, taninos y antocianos que la gran oscilación térmica que hay los días previos a la vendimia ha potenciado en la uva.

Estamos ante un coupage de Tempranillo (50 %), Merlot (25 %) y Cabernet Sauvignon (25 %) con la misma crianza que el Buezo Tempranillo 2005 y que, nos Cuenta Miguel Ángel, es el vino que mejor expresa la filosofía de la bodega. Es un vino de corte bordelés que se presenta en copa con un color rojo picota de capa muy alta. En nariz tenemos fruta negra madura acompañada de notas de campo y pirazinas, mientras que en un segundo plano encontramos tabaco y notas tostadas. En boca tiene una buena acidez, con un tanino pulido en un trago de buen volumen, estructurado y largo.

Buezo Petit Verdot 2005

Con el primer plato de carne, un exquisito pichón, hace su aparición Buezo Petit Verdot 2005. Se trata de un coupage de Tempranillo y Petit Verdot a partes iguales que tiene una crianza de doce meses en barricas de roble francés (70 %) y roble americano y centroeuropeo (30 %), así como un mínimo de 72 meses en botella. 

Estamos ante un vino de color rojo picota de capa alta. Su nariz es intensa y compleja, con fruta madura y especias en primer plano, aromas acompañados de notas tostadas y torrefactos en una segunda capa. En boca es un vino intenso, de buena acidez y con un tanino maduro en un trago equilibrado y largo, con un final licoroso.

Buezo Nattan 2005

Una costilla de vaca glaseada será la encargada de maridar el último vino de la cata, Buezo Nattan 2005, un vino del que escribimos hace muy poco y cuya cata en profundidad puedes leer aquí. Es el vino más especial de la bodega y el broche perfecto para una comida donde hemos catado los vinos de Bodegas Buezo, unos vinos de guarda que salen al mercado en su momento óptimo de consumo.

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