Hay que tener las ideas muy claras para guardar tu vino durante 17 años antes de ponerlo a la venta, para inmovilizar 17 añadas que esperan el momento óptimo de salir al mercado y demostrar el potencial de los vinos de Arlanza, un terruño extremo en el que el viñedo, castigado por el éxodo rural y la mayor rentabilidad del cultivo de cereal, ha ido perdiendo peso y cayendo en el olvido… hasta ahora.
Nattan 2005 nace como la gran apuesta de Bodegas Buezo por los vinos de guarda. De hecho, esta primera añada es casi tan antigua como la bodega, cuya construcción se inicia en 2003, antes incluso de la aprobación de la Denominación de Origen Arlanza. Hablamos de una moderna bodega estilo château, erigida en la finca Valdeazadón, una propiedad de 55 hectáreas de las que 47 son viñedo y cuatro se destinan a la propia bodega y a otras instalaciones, todo ello ubicado en el paraje que da nombre a la finca, en la población de Mahamud, a poco más de una treintena de kilómetros al suroeste de Burgos.
Nattan 2005 se elabora con uvas de Tempranillo procedentes de cepas plantadas sobre suelos calcáreos con zonas graníticas a 860 metros de altitud. Tras una fermentación convencional con encubado y trasiegos por gravedad, el vino hace la conversión maloláctica en tinos de madera de roble francés a temperatura controlada y una posterior crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés, antes de descansar una larga temporada en la botella.
Así, cuando descorchamos este Buezo Nattan 2005 encontramos un vino que muestra visualmente cierta evolución, con un color rojo picota coronado por un halo teja. Al acercar la copa a la nariz descubrimos aromas a fruta roja y negra madura, torrefactos y recuerdos a carne. En boca es un vino que conserva una acidez fantástica, cierto amargor y un toque balsámico, todo ello muy amalgamado, muy homogéneo, con una agradable intensidad pero, sobre todo, arropado por taninos sedosos que te invitan a dejar que el vino acaricie cada recoveco de tu boca, de tu paladar, tu lengua y tus encías buscando despertar esas sensaciones amplias y complejas que solo los buenos vinos, los buenos vinos de guarda, son capaces de traer a la vida.
Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
Buezo Nattan 2005 | 13,5 % | 10.000 botellas de 75 cl | 25 euros |
Otros datos: Acidez total: 4,9 g/l. Acidez volátil: 0,50 g/l. Azúcar residual: 1,3 g/l. Extracto seco: 29,8 g/l.
Nattan 2005: This aging wine from Bodegas Buezo is the perfect ambassador of the D. O. Arlanza
You must have very clear ideas to store your wine for 17 years before putting it up for sale, to immobilize 17 vintages that are waiting for the optimal moment to go on the market and demonstrate the potential of Arlanza wines, an extreme terroir where the vineyard, punished by the rural exodus and the greater profitability of the cereal crop, has been losing weight and falling into oblivion… until now.
Nattan 2005 was born as the great commitment of Bodegas Buezo for aging wines. In fact, this first vintage is almost as old as the winery, whose construction began in 2003, even before the approval of the Arlanza Denomination of Origin. We are talking about a modern château-style winery, built on the Valdeazadón estate, a 55-hectare property of which 47 hectares are vineyards and four are used for the winery itself and other facilities, all located in the area that gives the estate its name, in the town of Mahamud, just over thirty kilometers southwest of Burgos.
Nattan 2005 is made with Tempranillo grapes from vines planted on calcareous soils with granitic areas at an altitude of 860 metres. After conventional fermentation with vatting and racking by gravity, the wine undergoes malolactic conversion in French oak vats at a controlled temperature and a subsequent 18-month aging in new French oak barrels, before resting for a long time in the bottle.
Thus, when we uncorked this 2005 Buezo Nattan we found a wine that visually shows a bit of evolution, with a cherry red color crowned by a tile colour rim. When bringing the glass closer to the nose we discover aromas of ripe red and black fruit, roasted and hints of meat. On the palate it’s a wine that retains fantastic acidity, a certain bitterness and a touch of balsamic, all greatly integrated, very homogeneous, with a pleasant intensity but, above all, wrapped in silky tannins that invite you to let the wine caress every nook and cranny, from your mouth, your palate, your tongue and your gums seeking to awaken those broad and complex sensations that only good wines, good aged wines, are capable of bringing to life.