Visita a Bodegas Buezo.
Situada en Mahamud, Burgos, Bodegas Buezo ha apostado por la elaboración de grandes vinos de guarda dentro de la Denominación de Origen Arlanza. En una moderna bodega, rodeada de viñedo e integrada en el paisaje, elabora una gama de seis vinos utilizando variedades autóctonas e internacionales.

Dirigimos nuestros pasos hacia el cauce medio del Arlanza, a unos 30 kilómetros al suroeste de Burgos. Allí, entre campos de cereal y joyas arquitectónicas no suficientemente reconocidas, se encuentra la Finca Valdeazadón, hogar de Bodegas Buezo, el destino de nuestro viaje.

Bodegas Buezo es el sueño de Abel Buezo, que volviendo a sus raíces agrícolas, decidió crear en su tierra una bodega donde elaborar vinos de guarda. Este sueño comenzó con la compra de las 55 hectáreas que forman la Finca Valdeazadón. Allí se plantaron 47 hectáreas de viñedo y se destinaron otras cuatro hectáreas para construir la bodega, que también alberga un restaurante.

Vista del viñedo desde Bodegas Buezo.

Un viñedo pensado para la elaboración de vinos de guarda

Fernando López Arce, enólogo de Buezo, será nuestro cicerone mientras recorremos las instalaciones de la bodega, y el encargado de explicarnos que todo el viñedo fue zonificado mediante calicatas de los suelos para determinar el lugar óptimo donde plantar cada variedad, con el fin de obtener vinos con gran capacidad de guarda: “vinos frescos, con una acidez presente y polifenoles altos”, en palabras de Fernando. 

Desde la bodega se pueden observar las viñas, todas ellas en espaldera, donde se encuentran plantadas las cepas de Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot y Petit Verdot, con las que Buezo elabora sus vinos. Además, cuentan con un pequeño viñedo experimental con variedades no admitidas por la denominación de origen Arlanza, como Tannat, Sémillon, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viognier.

Fernando López Arce durante nuestra visita.
Un racimo recién formado en el viñedo.

Las 47 hectáreas de viñedo que rodean la bodega están plantadas a altitudes de entre 870 y 900 metros. Los suelos varían entre arcillosos, calcáreos y arenosos, dependiendo de la zona de la finca. Todo el viñedo cuenta con riego por goteo que “sólo se utiliza si es estrictamente necesario”, nos comenta Fernando.

La plantación del viñedo comenzó en 1999, pero no fue hasta 2003 cuando se empezó a construir la bodega, ya que se esperó a comprobar que las uvas tenían el potencial necesario para elaborar vinos de guarda. La primera añada que salió a la venta bajo la marca Buezo fue la de 2004.

Una bodega en la que todo el trabajo se realiza por gravedad

La bodega, construida en medio del viñedo al estilo de los châteaux bordeleses, es un moderno edificio integrado en el paisaje. Su construcción, como ya hemos mencionado, comenzó en 2003, pero su inauguración no llegó hasta 2008. Está diseñada para facilitar el trabajo, que siempre se realiza por gravedad sin la utilización de bombas. Para ello, cuenta con dos OVIS con los que encubar la uva y realizar los delestages.

El proceso de elaboración de los vinos tintos en la bodega es más o menos el mismo para todos ellos. Tras una vendimia manual en cajas, los racimos pasan por una mesa de selección vibratoria antes de ser despalillados. Los granos pasan de nuevo por una mesa de selección y son estrujados antes de ser encubados mediante el OVI. La maceración prefermentativa se intenta que sea lo más larga posible, manteniendo la temperatura de los depósitos entre 8 ºC y 10 ºC, utilizando nieve carbónica para evitar oxidaciones. Pasados entre 8 y 10 días, comienza la fermentación a temperatura controlada de entre 20 ºC y 30ºC. La fermentación del Tempranillo tiene lugar en depósitos de acero inoxidable, mientras que la del Merlot, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot se lleva a cabo en foudres de roble francés.

La prensa neumática vertical que se utiliza en la bodega.
Los depósitos de acero inoxidable y uno de los OVI de bodegas Buezo.

Tras el prensado de las uvas, mediante una prensa neumática vertical, es el turno de la conversión maloláctica, que en todos los casos tiene lugar en foudres de roble francés a una temperatura controlada de entre 18 ºC y 22 ºC. 

Para la crianza de los vinos se utilizan barricas de roble de 225 litros con tostados medios largos, nuevas y de hasta cuatro usos. El 80 % de ellas son de roble francés y el 20 % restante de roble americano. El vino permanece en estas barricas entre 12 y 14 meses. Tras la crianza, el vino es clarificado con clara de huevo, y es entonces cuando se decide el coupage de las distintas etiquetas.

Buezo cuenta con un parque de 700 barricas por donde pasan todos los vinos de la bodega. La producción anual es de entre 120.000 y 140.000 botellas, de las cuales el 20 % se venden en España, mientras el 80 % restante se destina al mercado internacional, con Países Bajos, Alemania, Estados Unidos y China como principales clientes.

Los vinos de guarda de Buezo

No es la primera vez que probamos y hablamos de los vinos tintos de Bodegas Buezo: Buezo Varietales –el vino más vendido de la bodega–, Buezo Tempranillo –quizás su vino más representativo de la Denominación de Origen Arlanza–, Buezo Petit Verdot –un coupage de Tempranillo y Petit Verdot a partes iguales–, Buezo Nattan –un sorprendente varietal de Tempranillo– y Buezo 1928, un maravilloso vino dedicado a Bernardo Buezo, el padre del propietario de la bodega, Abel Buezo. 

Hoy, sin embargo, nos vamos a centrar en Buezo 79 2017, el único vino blanco que esta bodega elabora, el cual también es el único vino que no está adscrito a la Denominación de Origen Arlanza.

Este vino, que debe su nombre al precioso color dorado que presenta cuando se sirve en copa –ya que 79 es el número atómico del oro–, es un coupage de Chardonnay, Sauvignon Blanc, Semillón y Viognier. Tras una vendimia manual en cajas, las uvas fermentan por separado en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura. El vino tiene una crianza sobre lías de aproximadamente seis meses, en tres barricas de roble francés de 225 litros: una nueva y dos de tres usos. Durante la crianza en barrica se realizan batonages diarios. Finalmente, el vino tiene una crianza en botella de al menos 36 meses antes de salir al mercado.

Como ya hemos dicho, Buezo 79 2017 se presenta en copa con un precioso color dorado brillante. Su nariz es intensa, compleja y elegante; en ella encontramos fruta de hueso muy madura, piel de cítrico, flores y notas herbales y anisadas. En un segundo plano, se perciben mantequilla, pan tostado y notas ahumadas. En boca destaca una buena acidez en un trago equilibrado, elegante, complejo y largo. Es un trago de buen volumen, con una madera muy bien integrada que lo convierte en un vino tremendamente gastronómico y con mucha capacidad de guarda.

Gracias a Fernando, durante nuestra visita tuvimos la ocasión de catar un par de muestras de depósito, en concreto, dos monovarietales de la vendimia de 2023: un Tempranillo muy frutal y con una gran acidez, y un Merlot muy aromático y varietal con un tanino muy marcado. Estas muestras acabarán siendo parte de unos vinos que no saldrán al mercado hasta dentro de más de diez años, unos vinos que nosotros intentamos imaginar y que por su mirada creemos que Fernando ya tiene en su cabeza.

Una bodega con diferentes opciones enoturísticas

El enoturismo es una parte importante de Bodegas Buezo, y Verónica Cuadrado, quien también nos acompaña en nuestra visita, es la responsable de ello. Buezo ofrece una amplia gama de experiencias que van desde una visita básica a la bodega con cata de Buezo Tempranillo –por 10 euros–, hasta la organización de eventos en diferentes espacios de la bodega. Dentro de la oferta enoturística queremos destacar la posibilidad de realizar catas verticales y horizontales, así como visitas durante la vendimia.

La oferta gastronómica es otro punto fuerte del enoturismo en Bodegas Buezo. Cuentan con un restaurante que ofrece vistas espectaculares al viñedo, donde el chef Javier Corral sorprende con un menú degustación que incluye aperitivo, dos entrantes, pescado, carne y postre, maridado con Buezo Tempranillo y Buezo Varietales, por un precio de 61 euros por persona.

Tras disfrutar de esta excelente comida y de “recatar” los vinos de guarda de esta bodega de Arlanza, damos un último paseo por los viñedos de Buezo, reflexionando sobre todo lo que esta comarca puede ofrecer, donde el arte, la gastronomía y el vino se unen para crear un destino turístico interior de calidad.

Otras recomendaciones si visitas el Medio Arlanza

  • Iglesia Colegiata de Santa María de la Asunción, en Santa María del Campo.
  • Iglesia de San Miguel, en Mahamud.
  • Pasear por Lerma y visita a su Pasadizo del Duque y su Colegiata.
  • Comer en la Posada de Eufrasio, en Lerma.
  • Comprar morcillas en Embutidos Artesanos Villafuertes, en Villafuertes.
Sobre estas líneas, detalle del retablo de la iglesia de San Miguel. Debajo, portada de Santa María de la Asunción.
Sobre estas líneas, retablo de Santa María de la Asunción. Debajo, escultura en la Colegiata de San Pedro, en Lerma.

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