La Denominación de Origen Calificada (D.O.Ca) Rioja es la más antigua de España. Su consejo regulador se crea en 1925. Dicho esto, se cree que los fenicios, los celtíberos y, posteriormente, los romanos se encargaron de traer las vides a esta zona de tradición vitícola milenaria. En la actualidad, hablamos de un territorio que se extiende por cuatro comunidades autónomas; el grueso de su terruño se encuentra en La Rioja y País Vasco (Álava), si bien en menor medida también tiene presencia en Navarra y Castilla y León (Burgos). Por clima y orografía, cuenta con tres zonas diferenciadas: Rioja Alta, Rioja Oriental y Rioja Alavesa. Desde 2007, las variedades tintas aceptadas son Tempranillo, Garnacha, Mazuelo, Graciano y Maturana Tinta, mientras que las blancas son Viura, Malvasía, Garnacha Blanca, Maturana Blanca, Tempranillo Blanco, Torrontés, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Verdejo, si bien estas tres últimas no pueden ser las variedades principales del vino. De ellas, el Tempranillo y la Viura son las más populares. Los vinos de Rioja cuentan con una larga tradición, de la cual la llegada de bodegueros bordeleses a la zona a causa de la plaga de la filoxera que asoló el viñedo francés hacia finales del siglo XIX tiene buena parte de culpa. Los grandes vinos de Rioja se caracterizan por su extraordinaria capacidad de guarda. Recientemente, a la tradicional clasificación de los vinos en función de su crianza (Cosecha, Crianza, Reserva y Gran Reserva), se ha añadido una clasificación paralela que contempla Viñedos Singulares, Vinos de Zona, Vinos de Municipio, así como Blancos y Rosados Espumosos de calidad. En la actualidad, la superficie cultivada supera las 65.000 hectáreas, y hay alrededor de 900 bodegas productoras y 600 bodegas embotelladoras adscritas a la denominación de origen.