La tierra tira, y somos muchos los que estamos lejos de ella. Ahora que no podemos volver cada vez que queremos, notamos aún más su ausencia. Esto ya le pasó a un grupo de amigos que, a principios del 2000, decidieron montar en su tierra un proyecto vinícola que les uniera a ella para siempre, y es así es como nace Dominio Do Bibei en Ribeira Sacra.
Lalama 2015 es un varietal de Mencía (90 %) con un aporte de uvas Brancellao, Mouratón, Sousón y Garnacha Tintorera (el 10 % restante). Las cepas, de edades comprendidas entre los 16 y los 100 años, están plantadas en vaso y en espaldera entre los 300 y los 700 metros de altitud ,sobre suelos de pizarra, esquistos, arcilla y granito. Tras una vendimia manual, la uva tiene una maceración en frío de 24 horas y fermenta en foudres troncocónicos de 2.500, 3.500, y 4.500 litros, con bazuqueos manuales. La fermentación maloláctica tiene lugar en barricas de 300 litros. El vino hace una crianza de doce meses en barricas de roble francés de diferentes usos y de al menos 15 meses en botella antes de salir al mercado.
De un bonito color cereza de capa media, en nariz encontramos fruta roja, notas ahumadas, de monte bajo y minerales. En boca es directo, elegante, frutal y atlántico. Es uno de esos vinos que consigue dibujar una sonrisa en tu cara al tiempo que te hace recordar cómo la tierra tira y cómo somos muchos los que permanecemos aún lejos de ella.
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Lalama 2015: A wine born out of love for the land
We all feel something special for our hometown, and there are many of us who are far from it. Now that we can’t return whenever we want, we notice its absence even more. This already happened to a group of friends who, in early 2000, decided to set up a wine project in their land that would keep them close to their roots, and that is how Dominio Do Bibei was born in Ribeira Sacra (Galicia).
Lalama 2015 is a Mencía varietal (90%) with a contribution of Brancellao, Mouratón, Sousón and Alicante Bouschet grapes (the remaining 10%). The vines, aged between 16 and 100 years old, are planted in goblet and trellis between 300 and 700 meters of altitude, on slate, schist, clay and granite soils. After a hand harvest, the grapes are macerated in cold for 24 hours and fermented in conical foudres of 2,500, 3,500, and 4,500 liters, with manual punching. The malolactic fermentation takes place in 300-liter barrels. The wine is aged for twelve months in French oak barrels of different uses and for at least 15 months in the bottle before hitting the market.
Of a beautiful cherry color with a medium layer, on the nose we find red fruit, smoky notes, scrubland and minerals. In the palate it’s direct, elegant, fruity and Atlantic. It’s one of those wines that manages to draw a smile on your face while reminding you how much you miss your hometown when you are far from it.
