Antes de probarlo, ya sabíamos que Luis Gutiérrez le había dado 96 puntos Parker, conocíamos la historia de recuperación de viñedos en altitud de Comando G, su trabajo biodinámico en el viñedo, su meticulosidad en la bodega, habíamos probado en varias ocasiones La Bruja Avería y la posterior Bruja de Rozas, habíamos dado cuenta también de El Hombre Bala y de una enorme cantidad de diferentes vinos de la zona, de micro-bodegas, de bodegas medianas y hasta de la cooperativa de Cadalso de los Vidrios. Nos encanta la Garnacha de la Sierra de Gredos y de la Sierra Oeste de Madrid, y esperábamos mucho de uno de los vinos más valorados y, por qué no decirlo, más costosos, de Comando G.
Nuestro encuentro con la Reina era un acontecimiento muy especial y, como disculpa, lo justificamos con la celebración de uno de nuestros cumpleaños en el 5 Cucharas, en Madrid, donde Diana nos tenía guardada la botella desde hacía un tiempo. Nada más llegamos, nos la abrió y, para ir calentando el paladar y dejar a la Reina respirar un poco, tomamos una copa de Fábregas Moristel 2017.
Aunque todo depende del contexto y de la compañía, no somos demasiado partidarios de decantar los vinos. Nos gusta comprobar cómo están de cerrados en un primer momento y, si es necesario, darles tiempo y oxígeno en la copa para poder ver cómo evolucionan y cazar los aromas más fugaces.
Comienza el espectáculo
Botella abierta, vino telonero terminado, expectativas altas, Diana se aproxima hacia nosotros mientras nos presenta la botella y, con una sonrisa, nos comenta: “A ver qué os parece, chicos…”. Comienza el espectáculo. Desde el instante en que empieza a salir de la botella, la Reina de los Deseos cautiva tu atención. Su color es el rojo cereza de las buenas garnachas, pero más transparente, casi como si se tratara de un clarete. Pero este vino es un monovarietal; de una única uva, de una única parcela, de un lugar en el que las raíces de las cepas viejas de Garnacha luchan con las rocas de granito para encontrar su sitio, donde las yemas que acaban floreciendo en primavera luchan contra las noches frías y contra las heladas (dos en esta añada), y donde el fruto de estas plantas heroicas lucha por madurar tras un verano terriblemente seco.

Reina de los Deseos es el resultado de una materia prima excepcional, de un cuidado constante del terruño, de una intervención prácticamente nula y del saber hacer de Daniel Gómez Landi y Fernando García, tan antagónicos como inseparables desde que coincidieron en un Máster de Enología en la Universidad Politécnica de Madrid, en el año 2005; antagónicos e inseparables, pero con muchas cosas en común, y entre ellas la idea de hacer el mejor vino posible con la materia prima de la que disponen.
Baja extracción y 14 meses de barrica
Y ese rojo traslúcido es parte de esa idea, un color que nos habla de una baja extracción, de un mosto bien tratado, un color al que sigue una nariz perfecta en la que no hay violetas pero sí monte bajo. Tampoco encontramos ni rastro de barrica, pese a que la Reina de los Deseos ha descansado en ella ni más ni menos que 14 meses; ni rastro de café, regalices, tostados… ni siquiera vainilla. Quizá al final de una pausada cena queremos encontrar una madera neutra, y también aparecen notas anisadas que asociamos a ese monte bajo donde crece el viñedo. Pero la base es fruta, una fruta golosa, una fruta madura pero no empalagosa, intensa, larga y ancha, con un paso por boca muy sedoso… pero que muy sedoso. La boca, desde luego, es sublime, pero de alguna forma lo esperábamos.
Además del color, puede que la mayor sorpresa venga del final de una botella sin precipitados. ¿Por qué filtrar un vino tan complejo, un vino tan “adulto”? Evidentemente, no se trata de un fallo, no es un defecto, pero para nosotros puede chocar un poco con la filosofía de ese vino perfecto que pretende ser una fiel expresión de su terruño. En cualquier caso, puede ser una buena pregunta si algún día nos cruzamos con ellos. Aunque antes, por supuesto, no podemos por más que agradecerles que hayan elaborado la Garnacha perfecta o, al menos, la mejor Garnacha de las que hemos probado hasta la fecha… o una de las mejores.
