Todo tiene un sentido, todo está pensado y nada sucede porque sí. Es lo primero que llama nuestra atención cuando visitamos Bodegas Rodero, más conocida como Carmelo Rodero. Esta bodega familiar vive un gran momento del que nos encanta ser testigos. La primera y la segunda generación trabajan mano a mano. Carmelo Rodero cede con orgullo el testigo a sus hijas. Beatriz toma las riendas de la dirección técnica mientras María se responsabiliza de la comercial, todo ello, por supuesto, sin que el padre deje de estar pendiente de todo lo que ocurre.
Beatriz, María y Carmelo nos reciben en su bodega con una sonrisa y una copa de vino. Sus vinos son un fiel reflejo de esta familia; en todos ellos se percibe la calidad de la materia prima y el cuidado en cada detalle de la elaboración. Son unos vinos que se están modernizando. La impronta de Beatriz y María va dejándose notar en vinos de un estilo más moderno; vinos más ligeros, con mayor presencia de la fruta y una madera muy atenuada.
Bodega, gravedad y canto gregoriano
Las instalaciones de esta bodega situada en Pedrosa de Duero (Burgos) han ido creciendo al ritmo de las necesidades; de hecho, en estos momentos se están rematando los detalles de la última ampliación. En ella, todo está pensado para que la elaboración de los vinos sea lo más cómoda posible, siempre utilizando la gravedad para su vinificación. No encontrarás arte ni artificios, pero sí un meticuloso trabajo de planificación para solventar cualquier problema que se pudiera presentar. Por ejemplo, tienen tres lugares de entrada de uva por si la lluvia se presenta en vendimia y hay que vendimiar muchas parcelas al mismo tiempo.
El trabajo de vinificación se hace por parcelas y variedades, utilizando siempre depósitos de acero inoxidable con control de temperatura. De hecho, la temperatura durante la fermentación se mueve entre los 23 ºC y 24 ºC para el vino joven y entre los 25 ºC y 26 ºC para los vinos que van a tener una crianza en barrica.
En Carmelo Rodero, el trabajo por gravedad es fundamental en la elaboración de los vinos. Solo se usa la bomba en el momento de vaciar las barricas, que además no son trasegadas durante el tiempo de crianza. Para ello, tienen dos sistemas: uno de depósitos rotatorios, patentado por Carmelo, y el más usual que consiste en utilizar un puente grúa y varios ovis. Con el sistema rotatorio en funcionamiento desde 2004 se elaboran los parcelarios. Y desde 2019, los restantes vinos se elaboran usando dos puentes-grúa y tres ovis.
Las barricas duermen bajo tierra, en silencio, y cuando este silencio se ve alterado por los trabajos de la bodega, la música –más concretamente el canto gregoriano– intenta contrarrestar los ruidos que producen los movimientos de las barricas. Solo se trabaja con roble francés de distintas tonelerías y en formato de 225 litros, aunque con la nueva ampliación se van a introducir algunos tinos donde envejecerán algunos lotes de los vinos más especiales de la bodega. De este modo, se modernizarán un poco los vinos más clásicos de la casa, bajando la presencia de la madera y aumentando la de la fruta. Las instalaciones se completan con una moderna embotelladora y un botellero donde se almacenan los vinos que descansan en botella.
Los vinos de Carmelo Rodero
Carmelo Rodero posee 170 hectáreas de viñedo en producción, todas ellas situadas entre 12 y 14 kilómetros alrededor de la bodega. Por lo tanto, entre el 80 % y el 85 % de la fruta con la que elabora sus vinos procede de viñedos propios; solo utilizan uva comprada a otros viticultores para elaborar Carmelo Rodero Crianza.
La producción anual de la bodega ronda el millón de botellas, el 80 % de las cuales se vende en el mercado nacional. El otro 20 % se exporta, siendo México, República Dominicana y Suiza sus principales mercados internacionales.
Carmelo Rodero Joven 2024
Como ya hemos dicho, Carmelo, Beatriz y María nos reciben con una copa de vino: una muestra de depósito de su vino joven 2024, que está a punto de ser embotellado. Es un vino que solo puedes encontrar en Burgos, Valladolid y Palencia. En su momento, pensaron dejar de elaborarlo, ya que para producir este monovarietal de Tempranillo utilizan uva propia, pero no podían dejar desabastecidos de su vino de chateo a estos tres mercados.
Lo primero que nos llama la atención del único vino de Carmelo Rodero que no toca la madera es su buena textura. Se trata de un vino muy frutal, en cuya nariz también encontramos especias acompañando a la fruta roja fresca. En boca es fácil, fresco, jugoso, con un tanino domado en un trago ligero pero de suficiente estructura. Es un vino perfecto para descubrir hacia dónde dirige sus pasos esta bodega familiar.
Carmelo Rodero 9 meses 2023
Carmelo Rodero 9 Meses es probablemente el vino más popular de la bodega. Está elaborado con uvas propias, cuyas cepas están plantadas en diferentes viñedos situados entre los 824 y los 855 metros de altitud, con suelos arcillosos, pedregosos y calizos. Las cepas, con una edad media de 20 años, son conducidas en vaso y en espaldera.
Este monovarietal de Tempranillo fermenta en depósitos de acero inoxidable, y algunos de los lotes que lo componen han sido fermentados con raspón. El vino tiene una crianza de nueve meses, de los cuales los tres primeros los pasa en barricas nuevas de roble francés, y los seis siguientes en barricas de un uso.
Carmelo Rodero 9 Meses presenta un perfil más clásico que el joven. En su nariz encontramos fruta roja y negra acompañada de notas especiadas y de monte bajo. Su boca es frutal, con una buena acidez y un tanino domado en un trago amplio y suficientemente largo.
Carmelo Rodero Crianza 2022
Es el turno de hablar de otro de los vinos clásicos de la bodega: Carmelo Rodero Crianza 2022. Se trata de un varietal de Tempranillo (90 %) con un ligero aporte de Cabernet Sauvignon (10 %). Es el vino de la bodega al que va casi toda la uva comprada por Bodegas Rodero, una uva que se adquiere en distintas zonas de la denominación de origen Ribera del Duero, alejadas de la bodega, para así complementar las uvas de viñedos propios, todos ellos plantados en los alrededores de Pedrosa de Duero.
La edad media de los viñedos con los que se elabora este crianza está entre los 30 y los 35 años, y los suelos donde crecen las cepas, conducidas en vaso y en espaldera, son limosos y pedregosos. Tras una vendimia manual, las uvas fermentan en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura. Alrededor del 25 % del vino hizo la maloláctica en barrica; el resto, en los depósitos de acero inoxidable. La crianza de 15 meses se lleva a cabo en barricas de roble francés, una tercera parte de ellas nuevas y el resto de un uso. Tras el embotellado, el vino descansa en botella un mínimo de seis meses antes de salir al mercado.
Carmelo Rodero Crianza 2022 se presenta en copa con un color rojo picota intenso. En nariz manda la fruta negra, acompañada de especias dulces, notas de monte bajo y tostados. En boca tiene una buena acidez y un tanino dulce en un trago fácil, ligeramente goloso, equilibrado, complejo y largo, con un final ligeramente láctico.
Carmelo Rodero Raza 2021
Raza 2021 es el nuevo miembro de la bodega, el sustituto de su Reserva. De hecho, luce la tirilla de reserva en la contraetiqueta, pero, a diferencia de lo que se suele esperar de un reserva de Ribera del Duero, es un vino moderno, con la fruta roja en primer plano tanto en nariz como en boca y un trago fino, elegante, complejo y largo, con una muy buena acidez y un tanino sedoso.
Se trata de un varietal de Tempranillo (90 %) con un ligero aporte de Cabernet Sauvignon (10 %), procedente de viñas situadas en Pedrosa de Duero y cuatro de sus pedanías: Quintana, Boada, Valcavado y Guzmán. Son viñedos de entre 30 y 35 años de edad, plantados sobre suelos principalmente arcillosos a una altitud que va desde los 837 metros hasta los 862 metros sobre el nivel del mar.
Tras una vendimia manual con selección de racimos en el viñedo, las uvas fermentan en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura. El vino tiene una crianza de 20 meses en barricas nuevas de roble francés, seguida de al menos un año en botella antes de salir al mercado.

Pago de Valtarreña 2020
Es el turno de hablar del parcelario de Bodegas Rodero. Se trata de Pago de Valtarreña 2020, un monovarietal de Tempranillo procedente de un único viñedo situado en la parcela que le da nombre; una viña situada a 805 metros de altitud, donde las cepas, con una edad media de entre 40 y 45 años, son conducidas en espaldera y crecen sobre suelos de arenas y arcillas.
La vendimia es manual, con selección de racimos en la propia viña, y el vino fermenta en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura. La crianza tiene lugar en barricas nuevas de roble francés y se alargó hasta los 23 meses. Tras el embotellado, el vino descansó un tiempo en la bodega antes de salir a la venta.
Pago de Valtarreña es un vino clásico de la Ribera del Duero, donde la madera y la fruta negra comparten el protagonismo en nariz, acompañadas de monte bajo y especias dulces. En boca es un vino opulento y estructurado, con un tanino muy pulido y una buena acidez en un trago amplio, complejo y muy largo.
TSM 2021
Acabamos nuestro viaje por Bodegas Rodero con su buque insignia, TSM 2021, un varietal de Tempranillo (75 %), acompañado de Merlot (15 %) y Cabernet Sauvignon (10 %), que nace en viñedos situados entre 842 y 875 metros de altitud, con suelos arcillosos y calcáreos, donde crecen cepas de entre 40 y 45 años, conducidas en vaso y espaldera.
Tras una vendimia manual con selección de racimos en el viñedo, las uvas fermentan en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura. El vino tiene una crianza de 17 meses en barricas nuevas de roble francés de 225 litros, seguida de otra en botella, donde acaba de redondearse.
Estamos ante un vino de color rojo picota, con la fruta negra al mando en la nariz, acompañada de aromas balsámicos y especias dulces. En boca tiene una buena acidez y un tanino pulido en un trago voluminoso, estructurado, complejo y muy largo. Es un vino impecable, al que le sientan fenomenalmente los años en botella, como pudimos comprobar al final de nuestra visita, catando la añada 2005; el broche perfecto para una jornada en el universo de Carmelo Rodero.

Vino | Alcohol | Precio (75 cl) |
Carmelo Rodero Joven 2024 | – | ~ 8 euros |
Carmelo Rodero 9 meses 2023 | 14,9 % | ~ 14 euros |
Carmelo Rodero Crianza 2022 | 15 % | ~ 26 euros |
Carmelo Rodero Raza 2021 | 15,2 % | ~ 42 euros |
Pago de Valtarreña 2020 | 14,5 % | ~ 60 euros |
TSM 2021 | 15,1 % | ~ 77 euros |