Por cifras, Empordà es una zona de producción pequeña, con apenas 1.827 hectáreas de viñedo, 51 bodegas y una producción que apenas supera los 50.000 hectolitros, equivalentes a unos 6,6 millones de botellas. Pero en el mundo del vino, afortunadamente, el tamaño y la importancia no siempre están relacionados, y este privilegiado terruño mediterráneo fronterizo con Francia puede presumir, entre otras cosas, de ser la cuna de la viticultura en nuestro país, al ser Ampurias considerada como la puerta de entrada por donde los griegos introdujeron el cultivo de la viña en nuestra península.
Más allá de su legado, el Ampurdán concentra una variedad de suelos inusual, con pizarra, arena, sedimentos aluviales, limos, arcillas, gravas… Y es precisamente la amplia gama de matices propiciada por esa heterogeneidad la que Perelada ha querido reflejar en Finca La Garriga Blanco 2023.
Se trata de un monovarietal de Chardonnay procedente de cepas cultivadas en secano en La Garriga, una finca de 41 hectáreas con suelos de diversa composición y pH entre neutro y ligeramente ácido. Tras una fermentación en barricas nuevas de acacia, el vino se somete a una crianza de cuatro meses en las mismas barricas con batonages antes de pasar a la botella.
Al servirlo en la copa observamos un color entre pajizo y limón. Su nariz, compleja y limpia pero a la vez austera, ofrece aromas a mantequillas, hinojo, menta, sutiles recuerdos a flores silvestres, fruta de hueso y una nota ahumada. Pero la discreción de la nariz desaparece en cuanto llevamos La Garriga a la boca para encontrar una sorprendente acidez que difícilmente asociaríamos con un vino mediterráneo. Esa entrada vibrante da paso a un trago serio, de excelente volumen, notable intensidad y una destacable longitud, en el que las notas balsámicas llevan la batuta, recordándonos el hinojo que habíamos detectado en la fase olfativa antes de desvanecerse en un final de trago agradablemente amargo, muy sutil, que nos deja la sensación de estar disfrutando de un vino elegante, delicioso y fácil de beber; un vino que pone en valor el terruño del Ampurdán mientras nos recuerda que el tamaño y la importancia no siempre están relacionados.
Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
Perelada Finca La Garriga Blanco 2023 | 12 % | 9.000 botellas de 75 cl | 22,50 euros |
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Perelada Finca La Garriga Blanco 2023: A delicious liquid tribute to the inception of viticulture
Empordà is a small production area, with just 1,827 hectares (4515 acres) of vineyards, 51 wineries and a production that barely exceeds 50,000 hectoliters, equivalent to about 6.6 million bottles. But in the world of wine, fortunately, size and importance are not always related, and this privileged Mediterranean terroir bordering France can boast, among other things, of being the cradle of viticulture in our country, as Ampurias is considered the gateway through which the Greeks introduced the farming of vineyards in our peninsula.
Beyond its legacy, the Ampurdán region concentrates an unusual variety of soils, with slate, sand, alluvial sediments, silt, clay, gravel… And it’s just the wide range of nuances given by this heterogeneity that Perelada wanted to reflect in Finca La Garriga Blanco 2023.
It’s a single-varietal Chardonnay from vines grown on dry land in La Garriga, a 41-hectare estate with soils of diverse composition and pH between neutral and slightly acidic. After fermentation in new acacia barrels, the wine is aged for four months in the same barrels with batonages before being bottled.
When served in the glass we observe a color between straw and lemon. Its nose, complex and clean but at the same time austere, offers aromas of butter, fennel, mint, subtle hints of wild flowers, stone fruit and a smoky note. But the discretion of the nose disappears as soon as we bring La Garriga to the mouth to find a surprising acidity that we’d hardly associate with a Mediterranean wine. That vibrant entry gives way to a serious drink, with excellent volume, notable intensity and remarkable length, in which the balsamic notes take the lead, reminding us of the fennel that we’d detected in the olfactory phase before fading into a pleasantly bitter ending, very subtle, which leaves us with the feeling of enjoying an elegant, delicious and easy-to-drink wine; a wine that highlights the terroir of Empordà while reminding us that size and importance are not always related.