Presumen en Jumilla de ser una de las regiones vitícolas más antiguas de Europa. No en vano, allí se han encontrado los restos más antiguos de una vitis vinifera, joyas de oro íberas de 2.500 años con motivos de uvas y un montón de vestigios que hacen pensar que en esa zona comprendida entre Murcia y Albacete se elaboraba vino hace más de 5.000 años. En la actualidad, 39 bodegas y 1.800 viticultores cultivan cerca de 23.000 hectáreas de un viñedo del que se recogen en torno a 80 millones de kilos de uva cada temporada. Pero, lejos de las cifras, lo que más nos gusta de Jumilla es encontrar proyectos como Bruma del Estrecho de Marín, la colección de vinos parcelarios en la que Elena Pacheco e Isio Ramos embotellan la mejor versión de este terruño.
Bruma del Estrecho de Marín Parcela Particiones 2017 es un coupage de parcela, un varietal de Monastrell con un aporte de Airén y Moravia Agria (menos del 5 %) cuyas cepas, de entre 55 y 60 años, se encuentran salpicadas en un viñedo de suelos arenosos ubicado en Tobarra, a 720 metros de altitud.
Las uvas de este singular paraje se vendimiaron en cajas de 20 kilos y se encubaron en un tino de roble francés en el que fermentaron, con levaduras autóctonas, a temperatura controlada (entre 24 y 26 ºC). Posteriormente, el vino se trasegó a un foudre de roble francés en el que permaneció durante 10 meses.
El resultado es un vino de color rojo picota y lágrima densa cuya nariz entrega fruta negra madura con toques licorosos que sugieren que estamos ante un vino algo más cálido que sus compañeros de colección. Una segunda capa nos muestra aromas de monte bajo y regaliz. Cuando lo probamos encontramos una boca redonda, taninos muy pulidos, complejidad, anchura y longitud. Hay recuerdos a caramelo líquido, toques minerales y notas mentoladas.
Para nosotros, es la prueba perfecta de que un vino que es cálido y maduro puede no ser pesado y hacer que seas incapaz de dejar de beberlo buscando más matices, tratando de entender un poco más de una de las regiones vitícolas más antiguas de Europa.
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Este vino y otros más de la colección Bruma del Estrecho de Marín, los encontrarás en de_scorche
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They boast in Jumilla of being one of the oldest wine-growing regions in Europe. Not surprisingly, there have been found the oldest remains of a vitis vinifera, 2,500-year-old Iberian gold jewels with grape motifs and a lot of vestiges that suggest that wine was made in this area between Murcia and Albacete more than 5,000 years ago. Currently, 39 wineries and 1,800 winegrowers cultivate about 23,000 hectares of a vineyard from which around 80 million kilos of grapes are harvested each season. But, far from the figures, what we like the most about Jumilla is finding projects such as Bruma del Estrecho de Marín, the collection of parcel wines in which Elena Pacheco and Isio Ramos bottle the best version of this terroir.
Bruma del Estrecho de Marín Parcela Particiones 2017 is an estate blend, a Monastrell varietal with a contribution of Airén and Moravia Agria (less than 5%) whose vines, between 55 and 60 years old, are sprinkled in a vineyard of sandy soils located in Tobarra, at 720 meters of altitude.
The grapes from this unique place were hand harvested in 20-kilo boxes and put in French oak vats in which they fermented, with indigenous yeasts, at a controlled temperature (between 24 and 26 ºC). Subsequently, the wine was racked into a French oak foudre in which it remained for 10 months.
The result is a cherry red wine with dense tears whose nose delivers ripe black fruit with hints of liquor that suggest that we are dealing with a wine that is somehow warmer than its collection companions. A second layer shows us aromas of scrubland and licorice. When we tasted it, we found a round palate, very polished tannins, complexity, width and length. There are hints of liquid caramel, mineral touches and minty notes.
For us, it’s the perfect proof that a wine that is warm and mature may not be heavy and make you unable to stop drinking it looking for more nuances, trying to understand a little more about one of the oldest wine-growing regions in Europe.
