Hemos disfrutado mucho de una cata vertical de La Puerta del Viento. Cada añada de este monovarietal de Mencía tiene una personalidad propia, y las explicaciones de su creador, Jorge Vega, nos han ayudado a entender los porqués. De los dos jóvenes (2016 y 2017), nos quedamos, sin dudarlo, con la añada de 2016, cuyo clima fue más benigno. El crianza de 2015 nos pareció muy honesto, sin apenas presencia de la madera en boca. En cuanto a los más antiguos (Súper 4 2010 y 2012), resulta realmente difícil elegir, pero lo que está claro es que ser vinos naturales, sin SO2 añadido, no les impide conservarse en perfecto estado y evolucionar.
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We have enjoyed a vertical tasting of La Puerta del Viento. Each vintage of this Mencía varietal has its own personality, and the explanations of its winemaker, Jorge Vega, have helped us to understand why. Of the two young (2016 and 2017), we prefer the 2016 vintage. The Crianza of 2015 is very honest, with hardly any presence of wood in the mouth. As for the oldest ones (Super 4 2010 and 2012), it’s really difficult to choose, but what is clear is that being natural wines, without SO2 added, does not prevent them from remaining in perfect condition and evolving.
