Llueve en un día gris tirando a negro, de esos en los que el frío se empeña en abrazarte y el cielo imita al suelo, a la pizarra que emerge en los parajes del Cotelo, La fuente de San Lázaro o Valdetruchas, a unos cientos de metros todos ellos del lugar donde nos encontramos. Villafranca del Bierzo celebra en este día gris tirando a negro una jornada repleta de emociones, una jornada que comienza con el grito indignado de Josep Dasca y Alba Vives, una pareja de viticultores del Alt Camp (Tarragona) que no puede entender por qué el Incavi les sanciona por tener la osadía de poner el origen de sus uvas en las etiquetas que visten las botellas de los vinos que nacen de esa tierra.
Este es el origen de La contra etiqueta. Lo que se ve y lo que se bebe, el documental de Clara Isamat que durante una hora nos hará preguntarnos si las denominaciones de origen y los organismos oficiales certifican, regulan, estandarizan, prohíben o castigan. A través del testimonio de los protagonistas de su documental, Clara nos hará plantearnos diferentes cuestiones sobre la conservación del patrimonio, el apego a la tierra y a las tradiciones, las trabas burocráticas, la continuidad de las generaciones que en lugar de heredar un tesoro de la naturaleza heredan un problema, la unión de fuerzas frente a las injusticias, las luchas quijotescas o la transparencia filosófica con la que “Pitu” Roca nos retira una venda que en ocasiones nos impide ver dónde verdaderamente está lo transparente.
La periodista Raquel Pardo (izquierda) fue la maestra de ceremonias del encuentro Bierzo Fuera de Serie, en el que Clara Isamat (derecha) fue una destacada protagonista con su documental La contra etiqueta. Lo que se ve y lo que se bebe.
Aún acurrucados en nuestra butaca del teatro villafranquino en este día gris tirando a negro, de esos en los que el frío se empeña en abrazarnos, disfrutamos de una mesa redonda en la que la periodista Raquel Pardo plantea las cuestiones surgidas tras el visionado de La contra etiqueta.
La propia Clara Isamat –fotoperiodista y sumiller–, Santi Ysart –vitivinicultor al frente de Cantariña Vinos de Familia–, Lorena Garcel –jefa de merchandising en Inditex y coautora del vino Inconexo– y Adelino Pérez –presidente de la D. O. Bierzo y gerente de bodegas Adriá– van arrojando luz a las cuestiones planteadas por Raquel en una discusión amable y constructiva que nos deja con buen sabor de boca para, tras la comida, disfrutar de la parte más lúdica de la jornada de este Bierzo Fuera de Serie celebrado durante un día gris tirando a negro.

Cata de vinos de un Bierzo Fuera de Serie
Por la tarde, cambiamos de escenario para disfrutar de una cata de vinos en La Torre, una diáfana bodega de paredes de piedra levantadas hace más de 300 años. Allí Santiago Ysart nos dará a catar Cantariña 4 La Blanca, un vino que refleja la diversidad del Bierzo, en el que además de Godello hay otras variedades como la Palomino y la Doña Blanca que, en esta añada, se reparten el protagonismo equitativamente.
Tras él será el turno de Alejandro Luna –enólogo y gerente de Luna Beberide–. Con él cataremos Finca Luna Beberide 2022, un auténtico clásico de la bodega que recibe ahora la calificación de “vino de paraje” recogida en el recientemente renovado pliego de la denominación de origen Bierzo, en el que la zonificación cobra protagonismo frente a la crianza.

David Cancela –responsable de viticultura en Bodegas Mauro– nos explica las características de Valeyo 2022, el monovarietal de Mencía con el que la bodega vallisoletana quiere echar raíces en El Bierzo.
César Márquez toma el relevo para presentarnos El Rapolao 2022 y explicarnos cómo hasta 14 elaboradores interpretan hoy el que se ha convertido en el paraje más famoso de El Bierzo, una ladera fresca que recibe menos horas de sol y se traduce en vinos muy amables, frutales pero serios.
A continuación será Nacho León –vitivinicultor al frente de Demencia y organizador de este evento– quien nos ofrezca su Demencia Villegas, un vino de paraje que muestra la singularidad de una ladera de suelos arenosos que ofrece un perfil netamente distinto a Rapolao, a pesar de encontrarse a unos cientos de metros, en Valtuille de Abajo.

Finalmente, cataremos un vino que es el perfecto broche para la jornada: Cabanelas. Este parcelario monovarietal de Mencía es un vino serio pero amable. Marcos García –viticultor, enólogo y copropietario, junto a su hermana Elena, de Vinos Valtuille– nos explica, sin poder disimular una cierta emoción, que es un vino que “se hace solo”, aunque en realidad discrepamos un poco porque sabemos que el cariño que Marcos le pone tanto al cuidado de las viñas con las que lo elabora como a la propia elaboración de este vino no se ajustan realmente al manido concepto de “mínima elaboración”, sino que cuadran más bien con el de “máxima observación”, uno de los conceptos compartidos durante esta jornada que adoptaremos a partir de ahora.
Tras este vino de trago largo, taninos finos y equilibrio perfecto con el que Marcos rinde cada año tributo a sus abuelos, no podemos dejar de pensar en todo lo que hemos compartido durante esta jornada, en el legado de generaciones de viticultores que hoy hace de El Bierzo una comarca “fuera de serie”. Y no podemos dejar de pensar tampoco en la responsabilidad de todos para preservarlo; en nuestro caso como consumidores que debemos elegir con criterio, siendo además conscientes de que hemos de pagar un precio justo, y en nuestro caso también como divulgadores de esta realidad que nos ha traído hoy a Villafranca del Bierzo en un maravilloso día gris tirando a negro.
