Vinos frescos, fluidos y verticales elaborados con uvas felices, sin porquerías y sin madera; esa es la idea tras La Bicicleta Voladora, el proyecto de Germán R. Blanco en Rioja que comenzó con la añada 2015 siguiendo la misma filosofía que en Quinta Milú –su proyecto en Ribera del Duero– y Casa Aurora –su proyecto en El Bierzo–. La receta es común: viticultura tradicional, orgánica y mínima intervención en bodega buscando embotellar paisajes desde la mirada del autor; porque el viticultor y el elaborador son también terroir.
Javier Colio, enólogo navarro y amigo de Germán, es la otra parte de esta bicicleta que en la etiqueta se muestra como un monociclo alado y que, aunque no lo veamos, sobrevuela el viñedo de la sierra de Yerga (entre Alfaro y Autol); una de nuestras zonas favoritas de Rioja, fronteriza con Navarra, de donde proviene en gran medida la Garnacha que aún hoy abunda en Rioja Oriental. Porque, aunque hoy decir Rioja es decir “Tempranillo”, la Garnacha del otro lado de la sierra de Yerga fue el salvavidas del viñedo riojano tras la plaga de la filoxera.
La Bicicleta Voladora Garnacha 2022 reivindica esta uva denostada en Rioja, elaborándose a partir de viñas viejas de cultivo ecológico certificado. A su llegada a la bodega, la uva macera en frío durante cuatro días, se despalilla sin estrujar, se encuba en depósitos de hormigón y fermenta a 21 ºC, tras lo cual se prensa evitando largas maceraciones. La crianza se prolonga durante ocho meses en depósitos de hormigón, barricas usadas y huevos Flextank.
De color rojo picota y capa media, la nariz de esta Bicicleta Voladora es muy limpia, frutal, con aromas a fresa madura, regaliz, una nota floral y de monte bajo. Su boca es aparentemente ligera pero profunda, frutal, ofreciendo buena acidez y alcohol bien integrado en un trago ni demasiado intenso ni demasiado largo ni complejo. Es un vino muy equilibrado, un vino fácil, perfecto para chateo o para acompañar cualquier comida.
Se trata, en resumen, de una Garnacha franca, que expresa el clima y que expresa la zona; uno de esos paisajes embotellados desde la mirada del autor; porque el viticultor y el elaborador son también una parte del terroir.
| Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
|---|---|---|---|
| La Bicicleta Voladora Garnacha 2022 | 14 % | 12.000 botellas de 75 cl | ~12 euros |
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La Bicicleta Voladora Garnacha 2022: A bottled landscape through the transparent eyes of Germán R. Blanco
Fresh, fluid, and vertical wines made with happy grapes, free from junk and oak; that’s the idea behind La Bicicleta Voladora, Germán R. Blanco’s project in Rioja, which began with the 2015 vintage, following the same philosophy as Quinta Milú—his project in Ribera del Duero—and Casa Aurora—his project in El Bierzo. The recipe is shared: traditional, organic farming and minimal intervention in the winery, seeking to bottle landscapes from the author’s perspective; because the vinegrower and the winemaker are also terroir.
Javier Colio, a Navarrese winemaker and friend of Germán, is the other part of this bicycle, which on the label appears as a winged unicycle and which, although we can’t see it, flies over the vineyards of the Yerga mountain range (between Alfaro and Autol). One of our favorite areas of Rioja, bordering Navarre, is the source of much of the Grenache that is still abundant in Rioja Oriental (Eastern Rioja). Because, although today Rioja is synonymous with Tempranillo, the Grenache from the other side of the Yerga mountain range was the lifeline of Rioja vineyards after the phylloxera plague.
La Bicicleta Voladora Garnacha 2022 reclaims this much-maligned grape in Rioja, produced from certified organically grown old vines. Upon arrival at the winery, the grapes undergo a four-day cold maceration, are destemmed without crushing, racked to concrete tanks, and fermented at 21°C (69.8ºF), after which they are pressed, avoiding long macerations. Aging continues for eight months in concrete tanks, used barrels, and Flextank eggs.
Cherry red in color and medium layered, the nose of this Bicicleta Voladora is very clean and fruity, with aromas of ripe strawberries, licorice, a floral note, and scrubland. The palate is seemingly light but deep and fruity, offering good acidity and well-integrated alcohol in a sip that’s neither too intense nor too long or complex. It’s a very balanced wine, an easy-going wine, perfect for tasting by the glass or to accompany any meal.
In short, it’s a pure Grenache wine, which expresses the climate and the area; one of those landscapes bottled from the author’s perspective; because the vinegrower and the winemaker are also part of the terroir.
