Casi nunca lo hacemos. No solemos acompañar las fotos de los vinos con comida; no queremos que nada les robe la atención, pero el caso de hoy es un caso especial. Llevamos mucho tiempo sin poder ir al Bierzo, y por lo que parece nos queda un rato largo, así que hemos querido traer un trocito de Bierzo a la web, y lo hemos hecho con verdadero fundamentalismo: con un botillo, con lacón, con chorizo, con patatas, berza y hasta con garbanzos provenientes del Bierzo. De hecho, los garbanzos que acompañan al vino proceden nada menos que de las mismas tierras de la que se obtuvieron las uvas de Mencía con las que se elaboró este Valle del Recunco 2019. Ahí es nada.
Hablamos de La Dehesa, un viñedo realmente viejo ubicado en una ladera de Villalibre de la Jurisdicción, una zona fresca en la que la Mencía de cepas centenarias tiene un grano pequeño y concentrado, muy diferente al de los clones de nueva plantación. Vendimiadas en cajas, las uvas se enfrían en cámara 48 horas antes de pasar a fermentar en una cuba de acero inoxidable en la que no se producen remontados, sino bazuqueos. Posteriormente, el vino se trasiega a barricas usadas, donde permanece durante unos seis meses.
En copa es un vino de color cereza con el halo violáceo, de capa media alta y una nariz frutal. Las frutas rojas mandan, frutas maduras, toques de violetas, monte bajo y un paso por boca muy amable, con esa acidez justa que le aporta frescura y persistencia. Es un vino que tiene la presencia justa y necesaria para acompañar un plato contundente sin desvanecerse ni pelear por el protagonismo. Y, de alguna forma, poderlo disfrutar junto con los garbanzos que crecen en la viña da un valor especial a este maridaje que nos permite traernos un trocito de Bierzo al Instagram, un trocito del Bierzo más auténtico.
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We don’t usually join the pictures of the wines with food. We don’t want anything to steal their attention, but today is a special occasion. We haven’t been allowed to go to El Bierzo for a long time, and it seems we have a long time left, so we wanted to bring a piece of El Bierzo to our web, and we have done it with true fundamentalism: with a botillo, ham, chorizo, potatoes, cabbage and even chickpeas from El Bierzo. In fact, the chickpeas that accompany the wine come from the same plot from which the Mencía grapes which this Valle del Recunco 2019 was made were harvested.
We are talking about La Dehesa, a really old vineyard located on a hillside in Villalibre de la Jurisdicción, a cool area where the centennial Mencía vines has small and concentrated grains, very different from the clones planted in new vineyards. Hand harvested in boxes, the grapes are cooled in a cold room for 48 hours before fermenting in a stainless steel tank in which no pump-overs are made, but punching. Subsequently, the wine is racked into used barrels, where it remains for about six months.
In the glass it’s a cherry-colored wine with a violet rim, medium-high body and a fruity nose. Red fruits rule, ripe fruits, hints of violets, scrubland and a very pleasant mid palate, with just that acidity that gives it freshness and persistence. It’s a wine that has the just and necessary presence to accompany a strong dish without fading nor fighting for the spotlight. And, in some way, being able to enjoy it together with the chickpeas that grow in the vineyard gives a special value to this pairing that allows us to bring a piece of Bierzo to Instagram, a piece of the most authentic Bierzo