Álvaro González Marco sigue una filosofía muy simple en su bodega del Penedés. Se basa en seleccionar viñas sanas y trabajadas en ecológico siguiendo algunos de los principios de la biodinámica, y elaborar con sus frutos, de manera manual, tanto en viña como en bodega, vinos vivos de mínima intervención. Y es que para este artesano del vino natural todo tiene que estar en equilibrio, y el respeto por el medio ambiente es fundamental.
Fins Ara Ancestral 2020 es un monovarietal de Parellada cultivada sobre suelos calcáreos a 550 metros de altitud. Tras una prensa directa de las uvas con raspón, el mosto fermenta con levaduras autóctonas en tanques de acero inoxidable y, antes de que la fermentación concluya (lo hará en la botella), el vino es embotellado y permanece con sus lías al menos 12 meses antes del degüello.
En copa se presenta con un color amarillo limón claro con reflejos verdosos y una burbuja muy fina. En nariz encontramos manzana y hierba fresca, acompañadas de notas minerales y de panadería. Su boca es fresca, mineral, con recuerdos a pastel de manzana y un posgusto con notas de frutos secos. Es un ancestral muy fácil, adictivo, con una buena intensidad, que muestra el potencial de una uva que normalmente encontramos formando parte del coupage del Cava y que aquí aparece como protagonista absoluta.
| Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
| Fins Ara Ancestral 2020 | 10% | – | ~17 euros |
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Álvaro González Marco follows a very simple philosophy in his Penedés winery. It’s based on selecting healthy and organically worked vines, following some of the principles of biodynamic agriculture, and making “live wines” by working by hand, both in the vineyard and in the winery, always with minimal intervention. So for this artisan of natural wine everything has to be in balance, and the respect for the environment is essential.
Fins Ara Ancestral 2020 is a Parellada single-varietal from vines grown on calcareous soils at 550 meters of altitude. After a direct pressing of the grapes with the stem, the must is fermented with indigenous yeasts in stainless steel tanks and, before the fermentation is completed (it will do so in the bottle), the wine is bottled and remains on its lees for at least 12 months before the degorgement.
In the glass it has a light lemon yellow color with greenish reflections and a very fine bubble. On the nose we find apples and fresh grass, accompanied by mineral and bakery notes. Its palate is fresh, mineral, with hints of apple pie and a nutty aftertaste. It’s a very easy, addictive ancestral method wine, with a good intensity, that shows the potential of a grape that we normally find as part of the Cava blend and that here appears as the absolute protagonist.
