Compuesta por un fino, un amontillado, un oloroso, un PX y un palo cortado, la gama Antique de la bodega Fernando de Castilla agrupa sus vinos más exclusivos; vinos con larguísimas crianzas creados para obtener la máxima expresión de las elaboraciones más tradicionales del Marco de Jerez.
Dentro de esta gama, cada estilo de vino cuenta con un tiempo de crianza concreto: el que en la bodega consideran que es el óptimo para esa elaboración. Su fino, por ejemplo, permanece una media de nueve años en las criaderas y soleras de la bodega, mientras que el PX descansa durante 30 años. Todos, no obstante, se embotellan sin apenas filtrado ni clarificación, en botellas transparentes de 50 cl que permiten observar sus reveladoras tonalidades.
Centrándonos en su palo cortado, se elabora a partir de un vino tranquilo monovarietal de uva Palomino Fino prensada y fermentada en depósitos de acero inoxidable. Tras ser encabezado (suplementado con alcohol vínico hasta que éste alcanza el 20 % del volumen total), el vino se introduce en las viejas botas de roble americano parcialmente vacías de su solera, donde se mezclará con las añadas anteriores sometiéndose a una tranquila crianza premeditadamente oxidativa de nada menos que 30 años.
Cuando servimos una copa de Fernando de Castilla Palo Cortado Antique, encontramos un vino de color avellana con la turbidez propia de su bajo filtrado. Su nariz es muy limpia, muy pura, y nos ofrece una amalgama de aromas entre los que poco a poco vamos descubriendo frutos secos, miel, pieles de cítrico, flores y una nota de laca.
Su entrada en boca es directa e intensa, y enseguida nos sorprende por presentar una vivacidad impropia de su edad y de su oxidación, con una buena acidez, un trago larguísimo y un volumen acorde a su concentración de aromas y a la intensidad de sus sabores; un trago que va dejando aflorar una sugerente nota amarga justo antes de que los frutos secos se apoderen de su arrebatador posgusto.
No te lo pierdas si eres un aficionado al Jerez más puro y ortodoxo, si eres un catador de manual que busca equilibrio, longitud, intensidad y complejidad o incluso si eres un escéptico de los que piensa que los vinos del Marco son pesados y alcohólicos; éste no lo es.
| Vino | Alcohol | Producción | Precio (50 cl) |
| Fernando de Castilla Palo Cortado Antique | 20 % | Saca de 3.000 botellas de 50 cl | 48,90 euros |
Otros datos: Azúcar residual: 4 g/l. Acidez: 6,74 g/l.
Hemos creado este espacio para ti
Si quieres que los lectores de Nos Vamos de Vinos accedan a la web de tu bodega, distribuidora, tienda, vinoteca, hotel rural… a través de un enlace con foto como éste, te sorprenderá lo económico que es.
🇬🇧
Fernando de Castilla Palo Cortado Antique: Welcome to the purest and most orthodox Sherry
The Antique range from the Fernando de Castilla winery is composed of a Fino wine, an Amontillado, an Oloroso, a PX and a Palo Cortado. All of them bring together its most exclusive wines; wines with very long aging periods created to obtain the maximum expression of the most traditional elaborations of the Marco de Jerez.
Within this range, each style of wine has a specific aging time that the winery considers to be optimal for that kind of wine. Their Fino, for example, remains an average of nine years in the winery’s criaderas and soleras, while the PX rests for 30 years. All of them, however, are bottled with hardly any filtering or clarification, in transparent 50 cl bottles that allow you to observe their revealing tones.
Focusing on its Palo Cortado, it’s made from a single-varietal regular wine made from Palomino Fino grapes pressed and fermented in stainless steel tanks. After being fortified (supplemented with wine alcohol until it reaches 20% of the total volume), the wine is raked to the old American oak barrels partially empty of its solera, where it will be mixed with the previous vintages, undergoing a quiet, premeditated oxidative aging for no less than 30 years.
When we serve in the glass Fernando de Castilla Palo Cortado Antique, we find a hazelnut-colored wine with the turbidity typical of its low filtration. Its nose is very clean, very pure, and offers us an amalgam of aromas among which little by little we discover dried fruits, honey, citrus peels, flowers and a note of lacquer.
Its entry into the mouth is direct and intense, and it immediately surprises us by presenting a liveliness inappropriate for its age and oxidation, with good acidity, a very long drink and a volume in line with its concentration of aromas and the intensity of its flavors; a drink that lets a suggestive bitter note emerge just before the nuts take over its captivating aftertaste.
Don’t miss it if you are a fan of the purest and most orthodox Sherry, if you are a taster looking for the perfect balance, length, intensity and complexity or even if you are a skeptic who thinks that Sherry wines are heavy and alcoholic; this one is not.
