Tío Pepe Fino en Rama Saca de 2024

Cada año descorchamos con la misma ilusión la botella de Tío Pepe Fino en Rama con la que Antonio Flores, master blender de González Byass, consigue deleitarnos y sorprendernos; deleitarnos por razones obvias, por la calidad y la sensación de autenticidad de lo que estamos bebiendo; sorprendernos por cómo el perfil de un vino que es en realidad una mezcla de añadas que debería tener a la uniformidad consigue ofrecer una personalidad tan marcada en cada saca, en cada selección de botas.

La decimocuarta edición de Tío Pepe Fino en Rama nos ha llamado poderosamente la atención por su acidez vibrante, un rasgo muy marcado de esta saca en la que Antonio Flores ha recurrido, por primera vez, a las soleras de la Gran Bodega Tío Pepe, fundada en los años 60 del pasado siglo. Y es que, hasta ahora, Antonio se había limitado a “buscar” entre las botas de las soleras de las bodegas Constancia y Rebollo, cuyos orígenes se remontan al siglo XIX.

Precisamente, esa selección minuciosa de las escasas botas cuya saca anual irá a parar el fino en rama en lugar de a la producción regular de Tío Pepe es lo que hace tan especial este vino; la selección y, por supuesto, la ausencia de clarificación.

Cabe recordar que el fino se elabora con la primera prensa de las uvas de variedad Palomino procedentes de los pagos de Carrascal y Macharnudo. Acabada la fermentación, se fortifica y entra en el sistema de criaderas y soleras, donde se criará bajo velo de flor durante cuatro años. De las botas (grandes barricas de roble americano) seleccionadas, se extraerá una pequeña cantidad que se ensamblará y permanecerá en un depósito durante unas semanas para que el vino se limpie lo máximo posible por gravedad, y desde allí se embotellará con un simple filtrado sanitario. 

Al servirlo, encontramos un vino de color amarillo limón que nos sorprende por la intensidad de su nariz, perceptible desde una cierta distancia con una amalgama de aromas de levadura, frutos secos, flores y piel de cítrico. Pero la mayor sorpresa viene de una boca que nos recibe con una acidez punzante, muy cítrica, que da paso a un trago que se ensancha y gana sensación de volumen para mostrar frutos secos, cierta calidez, un toque salino y un posgusto muy largo, perseverante. Se trata de una boca más intensa que en otras ocasiones, una boca en la que el “impacto” gana la partida al “equilibrio” y, posiblemente, a la complejidad para sorprendernos, un año más, por enésima vez y, por supuesto, para deleitarnos… por enésima vez.

Tío Pepe Fino en Rama Saca de 2024. Detalle de la etiqueta
VinoAlcoholProducciónPrecio (75 cl)
Tío Pepe Fino en Rama Saca de 202415 %18,75 euros

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Tío Pepe Fino en Rama Saca de 2024: The solera that does understand vintages

Every year we uncork with the same enthusiasm the bottle of Tío Pepe Fino en Rama with which Antonio Flores, master blender at González Byass, manages to delight and surprise us.

The fourteenth edition of Tío Pepe Fino en Rama has caught our attention for its vibrant acidity, a very marked feature of this release in which Antonio Flores has used, for the first time, the soleras of the Gran Bodega Tío Pepe, founded in the 60s of the last century. Until now, Antonio had just “searched” among the solera barrels of the Constancia and Rebollo winery buildings, whose origins date back to the 19th century.

Tío Pepe Fino en Rama Saca de 2024. Etiqueta trasera

This meticulous selection of the few solera barrels whose annual harvest will go to the Fino en Rama instead of the regular production of Tío Pepe is what makes this wine so special; the selection and, of course, the lack of clarification.

It’s worth remembering that the fino wine is made with the first press of Palomino variety grapes from the Carrascal and Macharnudo estates. Once fermentation is finished, it is fortified and enters the criaderas and soleras systems, where it will be aged under flor (layer of yeasts) for four years. From the selected barrels, a small amount will be extracted and blended and will remain in a tank for a few weeks so that the wine is cleaned as much as possible by gravity, and then it will be bottled with a simple sanitary filtering.

When served, we find a lemon yellow wine that surprises us with the intensity of its nose, perceptible from a certain distance with an amalgam of aromas of yeast, dried fruits, flowers and citrus peel. But the biggest surprise comes from a palate that welcomes us with a sharp, very citric acidity, which gives way to a drink that widens and gains a sensation of volume to show nuts, a certain warmth, a saline twist and a very long persistent aftertaste. It’s a more intense palate than on other occasions, a palate in which “impact” wins the game over “balance” and, possibly, it also wins over complexity to surprise us, one more year, and, of course, to delight us… one more year.

Tío Pepe Fino en Rama Saca de 2024. Tapón y cápsula
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