¿Cuánto vive una cepa? La respuesta es: depende. En algunos lugares se desplantan cuando alcanzan los 40 años. En otros, simplemente, mueren abandonadas, enfermas, mal cuidadas o asfixiadas por heridas de poda, y en la mayoría de los casos te costará encontrar ejemplos de más de 100 o 120 años que hayan sobrevivido a la filoxera. Pues bien; los viñedos de Verdejo que trabaja Esmeralda García tienen entre 140 y 220 años de edad. Y es que los suelos arenosos en los que están plantados impidieron que la filoxera acabara con las viñas viejas de Santiuste, en Segovia.
Michika 2017 es un monovarietal de Verdejo de viñas prefiloxéricas plantadas sobre suelos calizos francoarenosos de gran profundidad, a más de 800 metros de altitud. El mosto de estas uvas, vendimiadas a mano, fermenta con levaduras autóctonas en tinajas de barro, y el vino resultante tiene una crianza bajo velo de flor en viejas botas de 125 litros que forman parte de la herencia de la familia.
Michika es un vino con personalidad y una nariz exuberante en la que encontramos fruta madura, campo y miel. Su boca es seca, directa y mineral. Es un vino claramente diferente, que muestra todo el potencial que tiene la Verdejo cuando se la trata tan bien como lo hace Esmeralda, cuando se la trata con el cuidado, el cariño y el respeto que merecen unas cepas cuya edad se cuenta por siglos en lugar de por años.

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How long does a strain live? The answer is: it depends. In some places they move when they reach 40 years old. In others, they simply die abandoned, sick, poorly cared for or suffocated by pruning wounds, and in most cases it will be difficult to find examples of more than 100 or 120 years old that have survived phylloxera. Well; The Verdejo vineyards that Esmeralda García works are between 140 and 220 years old. And it’s that the sandy soils in which they are planted prevented the phylloxera from destroying the old vines of Santiuste, in Segovia.
Michika 2017 is a Verdejo single-varietal from pre-phylloxera vines planted on deep loamy limestone soils, at more than 800 meters altitude. The must of these hand harvested grapes ferments with indigenous yeasts in clay jars, and the resulting wine is aged under velo de flor (a layer of yeast) in 125-liter old barrels that are part of the family’s heritage.
Michika is a wine with personality and an exuberant nose in which we find ripe fruit, countryside and honey. Its palate is dry, direct and mineral. It’s clearly a different wine, which shows all the potential that Verdejo has when it’s treated as well as Esmeralda does, when it is treated with the care, affection and respect that the strains, whose age is counted for centuries in place for years, deserve.
