La Bruñal es una de las grandes olvidadas entre las variedades autóctonas de nuestro viñedo. El Ministerio de Agricultura (MAPA) reconoce que (a 31 de julio de 2023) hay apenas 90 hectáreas de Bruñal en nuestro territorio, de las cuales 78 se encuentran en Castilla y León. La Bruñal es, así, una de las variedades autóctonas de la zona de Arribes del Duero, limítrofe con Portugal, país en el que esta uva tiene una presencia más destacada bajo el nombre de Alfrocheiro.
En 2010, Jimbro puso en marcha un proyecto de recuperación de una hectárea de Bruñal en su finca experimental de Fermoselle (Zamora), donde se injertaron 3.000 cepas de 60 años de edad con el material genético proporcionado por el Instituto Técnico Agrario de Castilla y León (ITACyL). Hoy la bodega cuenta con seis hectáreas de Bruñal repartidas en siete parcelas, parte de ellas de nueva plantación y parte procedentes de viñedos viejos injertados, siempre sobre suelos áridos, pobres, poco profundos y con presencia de pizarras.
Para la elaboración de Jimbro Bruñal 2015 se emplean las uvas de estos viñedos, de cultivo ecológico, vendimia manual y un rendimiento de 3.800 kg/ha. Tras una vinificación convencional, el vino se somete a una crianza de entre 16 y 24 meses en barricas de roble francés, así como un afinamiento en botella de al menos 24 meses.
Cuando catamos Jimbro Bruñal 2015 encontramos un vino de color rojo picota y capa alta que apenas muestra signos de evolución pese a que han pasado nueve años desde su vendimia. Esa sorprendente juventud cuadra con una nariz limpia, con una nota de reducción que da paso a aromas de fruta roja y negra, herbales y balsámicos, mientras que en boca ofrece una buena estructura con un tanino pulido aunque con matices terrosos. Su trago vuelve a reflejar esa sorprendente juventud y vivacidad, con la madera de la crianza perfectamente integrada, cierto carácter balsámico, buena acidez, volumen, longitud e intensidad, trasladando el terruño a la copa, reflejando que está elaborado con fruta de calidad y dejándonos una excelente impresión que nos hace preguntarnos por qué la Bruñal es una de las grandes olvidadas entre las variedades autóctonas de nuestro viñedo.
Vino | Alcohol | Producción | Precio |
---|---|---|---|
Jimbro Bruñal 2015 | 15 % | 3.500 botellas de 75 cl | Estuche 2 x 75 cl: 121 euros |
Caja 6 x 75 cl: 347,70 euros |
Hemos creado este espacio para ti
Si quieres que los lectores de Nos Vamos de Vinos accedan a la web de tu bodega, distribuidora, tienda, vinoteca, hotel rural… a través de un enlace con foto como éste, te sorprenderá lo económico que es.
🇬🇧
Jimbro Bruñal 2015: An unfairly forgotten variety gives us a delicious balsamic wine
Bruñal is one of the great forgotten among the native varieties of our vineyard. The Spanish Ministry of Agriculture (MAPA) recognises that (as of July 31, 2023) there are only 90 hectares of Bruñal in our territory, of which 78 are in Castilla y León. Bruñal is, thus, one of the native varieties of the Arribes del Duero area, bordering Portugal, a country in which this grape has a more prominent presence under the name Alfrocheiro.
In 2010, Jimbro started a project to recover one hectare of Bruñal on its experimental farm in Fermoselle (Zamora), where 3,000 60-year-old vines were grafted with genetic material provided by the Technical Agricultural Institute of Castilla y León (ITACyL). Today the winery has six hectares of Bruñal spread over seven plots, part of which is newly planted and part of which comes from old grafted vineyards, always on arid, nutrient-poor, shallow soils with slate.
To make Jimbro Bruñal 2015, grapes from these vineyards are used, which are organically grown, hand harvested and yield 3,800 kg/ha. After conventional vinification, the wine is aged for between 16 and 24 months in French oak barrels, as well as aged in the bottle for at least 24 months.
When we taste Jimbro Bruñal 2015 we find a cherry red wine with a high layer that barely shows signs of evolution despite the fact that nine years have passed since it was harvested. This surprising youth is matched by a clean nose, with a note of reduction that gives way to aromas of red and black fruit, herbs and balsamic, while on the palate it offers a good structure with polished tannins but with earthy nuances. Its drink once again reflects that surprising youth and vivacity, with the wood from its ageing perfectly integrated, a certain balsamic character, good acidity, volume, length and intensity, transferring the terroir to the glass, reflecting that it is made with quality fruit and leaving us with an excellent impression that makes us wonder why Bruñal is one of the great forgotten varieties among the native varieties of our vineyard.