Nuevas etiquetas ambientadas en la naturaleza y el terruño de La Seca (Valladolid), en el que se cultivan las más de 100 hectáreas de viñedo de una bodega que recoge la historia de cinco generaciones de viticultores, revisten las botellas troncocónicas (hasta ahora bordelesas) que contienen las nuevas añadas de dos auténticos best-sellers.
Javier Sanz Viticultor Verdejo 2020 es un monovarietal elaborado con uvas de vendimia mecánica nocturna despalilladas por la propia vendimiadora que maceran en frío al llegar a bodega. El mosto se desfanga por gravedad durante 24 horas y pasa a fermentar, a 15 grados, en depósitos de acero inoxidable para ser posteriormente criado con sus lías finas durante tres meses.
Por su parte, Javier Sanz Sauvignon Blanc 2020 es también un monovarietal, y su vinificación es similar, salvo por la crianza sobre lías, que es de solo dos meses.
Cuando los descorchamos, encontramos dos vinos de color amarillo pajizo con reflejos verdosos, casi imposibles de distinguir visualmente si mezclamos las copas. Pero en la nariz comienzan a surgir las diferencias. El Verdejo es bastante más intenso, y nos lleva al melocotón en almíbar, mientras que el Sauvignon Blanc también nos lo recuerda, pero de manera más sutil, y sobre un agradable fondo de hierba fresca.
La boca del Verdejo es agradable, equilibrada, con muy buena acidez y un amargor final que le aporta una cierta personalidad. El Sauvignon Blanc repite los patrones de acidez y equilibrio, pero es algo más corto, algo menos intenso, y hay un amargor un poco más marcado, además de un residuo carbónico muy leve, casi imperceptible.
Son, en resumen, dos vinos similares, que se beben muy bien; dos vinos sin defectos, totalmente alejados de complicaciones, perfectos para sumergir en una cubitera y, copita a copita, dar y quitar razones a los partidarios de la Verdejo frente a la Sauvignon… y viceversa.
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New labels set in nature and the terroir of La Seca (Valladolid), in which more than 100 hectares of vineyards are cultivated in a winery that collects the history of five generations of winegrowers, cover the cone-shaped bottles (up to now Bordeaux style) containing the new vintages of two true best-sellers.
Javier Sanz Viticultor Verdejo 2020 is a single-varietal made with grapes from mechanical night harvest, destemmed by the grape harvester itself, which are cold macerated upon arrival at the winery. The must is cleaned by gravity for 24 hours and ferments at 15 Celsius degrees in stainless steel tanks to be subsequently aged on its fine lees for three months.
For its part, Javier Sanz Sauvignon Blanc 2020 is also a single-varietal, similarly vinified except for the aging on lees, which is only two months.
When we uncork them, we find two straw-yellow wines with greenish reflections, almost impossible to distinguish visually if we mix the glasses. But in the nose the differences begin to emerge. The Verdejo is much more intense, and brings us to the peach in syrup, while the Sauvignon Blanc also reminds us, but in a more subtle way, and over a pleasant background of fresh grass.
The Verdejo’s palate is pleasant, balanced, with very good acidity and a final bitterness that gives it a certain personality. Sauvignon Blanc repeats the acidity and balance patterns, but it is somewhat shorter, somewhat less intense, and there’s a slightly more marked bitterness, as well as a very slight, almost imperceptible carbonic residue.
They are, in short, two similar wines, which are very easy drinkable; two flawless wines, totally complications free perfect to submerge in an ice bucket and, glass by glass, give and take reasons to supporters of Verdejo versus Sauvignon … and vice versa.
