Bodegas Emina nació a finales de los años noventa del siglo pasado. Su fundador, Carlos Moro, quería elaborar un nuevo estilo de vino en dos de las zonas más reconocidas de España: Ribera del Duero y Rueda. Para este proyecto eligió el nombre de Emina, que significa “amada” en latín. Además, una hemina era la medida de vino que los monjes cistercienses podían tomar al día.
Con los años, Emina ha ido creciendo. Se construyó la bodega de Ribera del Duero en 2005 y la de Rueda en 2007, y se ha expandido a otras denominaciones de origen como Cigales y Rías Baixas.
En la actualidad, Emina elabora doce vinos en cuatro denominaciones de origen: cuatro tintos amparados por la D.O. Ribera del Duero, dos rosados adscritos a Cigales, cuatro vinos blancos —tres elaborados en Rueda y uno en Rías Baixas—, y dos espumosos también acogidos a la D.O. Rueda.
Emina Albariño: El nuevo miembro de la familia
La bodega Emina nos ha reunido en Madrid, en el Jardín de Arzábal, para presentar al nuevo miembro de la familia: Emina Albariño 2022. Los encargados de darlo a conocer han sido Paloma Moro, presidenta de Bodegas Emina, y Rafael Salgado, su enólogo y responsable de la elaboración de este monovarietal de Albariño.
Nos cuenta Paloma que “con Emina Albariño seguimos ampliando nuestra gama con un producto que conecta con las nuevas tendencias de consumo, pero que al mismo tiempo mantiene viva la esencia de nuestra filosofía: elaborar vinos que emocionen, que cuenten historias y que respeten la tierra de la que nacen”. Rafael añade que para ellos era muy importante reflejar en este vino el terruño del que procede.
La bodega donde se elabora Emina Albariño se encuentra en Salvaterra do Miño, en el Condado de Tea. Sin embargo, las uvas empleadas en este monovarietal de Albariño proceden de dos zonas distintas: el propio Condado de Tea y el Valle del Salnés. Rafael nos explica que las uvas del Condado de Tea crecen sobre suelos graníticos con una veta de hierro, lo que aporta mineralidad al vino, mientras que las del Valle del Salnés contribuyen con acidez y salinidad. Los viñedos están conducidos en emparrado, a una altura de entre 1,70 y 2,10 metros, y se sitúan entre los 150 y 300 metros sobre el nivel del mar. La producción media de estas viñas ronda los 12.000 kilos por hectárea.
Emina Albariño 2022 es la primera incursión de Bodegas Emina en Rías Baixas, en una añada marcada por la escasez de lluvias, algo poco habitual en la zona. Su elaboración comienza con una vendimia manual en cajas de 12 kilos. La fermentación, con levaduras seleccionadas por la bodega en el propio viñedo, se realiza a baja temperatura en depósitos de acero inoxidable. El vino pasa cuatro meses de crianza sobre sus lías finas, seguido de un largo periodo de reposo en botella.
¿Qué encontramos al descorchar una botella de Emina Albariño 2022? Lo primero que llama la atención es su color amarillo pajizo, limpio y brillante. En nariz aparecen frutas de hueso maduras, cítricos y notas florales, acompañadas de ligeros toques herbales. En boca destaca su acidez media-alta, en un trago de buena intensidad y volumen, con un interesante final salino.
Tras la presentación, disfrutamos de una animada charla con nuestros anfitriones durante un cóctel en el que también pudimos conocer otros vinos de la familia Emina y, por supuesto, degustar al protagonista de la jornada: Emina Albariño, el nuevo vino de Emina elaborado en Rías Baixas.

Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
Emina Albariño 2022 | 13 % | 20.000 botellas de 75 cl | 14,25 euros |