Milagros de Figuero 2017

Ha pasado ya un tiempo desde que quedamos con Cristina y con Jesús Felipe para hablar de sus vinos, pero nos parece que fue ayer, especialmente tras haber descorchado la botella de un vino que homenajea a la abuela Milagros, la abuela de Cristina y, de alguna manera, el origen de lo que hoy es Figuero. Y es que la historia de esta bodega ubicada en La Horra (Burgos), comienza hace nada menos que 60 años, cuando José María y su mujer, Milagros, reciben un millar de cepas de regalo de boda.

Milagros de Figuero 2017 es uno de los vinos más especiales de la bodega. Para elaborarlo, se emplean uvas de Tempranillo de un viñedo plantado, en vaso, entre 1940 y 1956 en el paraje conocido como Camino de los Frailes. Las uvas se encuban, por gravedad, en depósitos en los que, tras una maceración pelicular en frío a 12 ºC durante dos días, arranca la fermentación alcohólica espontánea, con control de temperatura, a 29 ºC, con dos remontados diarios y un delestage al final de la fermentación. El vino macera con las pieles 18 días más y se trasiega a barricas nuevas de roble francés de 500 litros, donde hará la maloláctica y una crianza de 16 meses, seguida de un afinado de, al menos, otros 18 meses en botella.

Milagros de Figuero 2017 maridada

En la copa encontramos un vino de color picota con una nariz que nos sorprende por su exuberancia desde un primer instante, sin necesidad de decantar; una nariz en la que predominan la fruta negra fresca, fruta roja, violetas y unas sutiles pinceladas de laca. Pero si su nariz es sugerente, perfumada y seria, su boca es simplemente deliciosa, compleja, equilibrada, bien estructurada y a la vez sedosa. El trago arranca con muy buena acidez, con sabores frutales, amplios, por momentos golosos, sensaciones que recorren con mucha sutileza todos los rincones de tu lengua y de tu paladar. Es un vino glicérico, de taninos sedosos, trago largo y una frescura muy poco habitual en un Tempranillo de cepas viejas de baja producción y larga crianza en el que no se marca apenas la madera.

Más allá de su enorme nivel de perfección, Milagros de Figuero es un canto al paisaje, al mejor paisaje de esa Ribera del Duero forjada por personas como José María y, cómo no, Milagros.

Milagros de Figuero 2017 Cápsula

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Milagros de Figuero 2017: A hymn to the best landscape of Ribera del Duero

It’s been a while since we met Cristina and Jesús Felipe to talk about their wines, but it seems to us that it was yesterday, especially after uncorking the bottle of a wine that pays tribute to Milagros, Cristina’s grandmother and, of somehow, the origin of what is now Figuero. So the history of this winery located in La Horra (Burgos), begins no less than 60 years ago, when José María and his wife, Milagros, received a thousand strains as a wedding gift.

Milagros de Figuero 2017 is one of the winery’s most special wines. To make it, Tempranillo grapes are used from a vineyard planted, in goblet style, between 1940 and 1956 in the estate known as Camino de los Frailes. The grapes were concealed, by gravity, in tanks in which, after a skin contact cold maceration at 12 ºC for two days, spontaneous alcoholic fermentation begins, with temperature control, at 29 ºC, with two daily pump-overs and a rack and return at the end of fermentation. The wine macerates with the skins for 18 more days and is transferred to new 500-liter French oak barrels, where it will undergo malolactic and aging for 16 months, followed by resting for at least another 18 months in the bottle.

Milagros de Figuero 2017 Corcho

In the glass we find a cherry-coloured wine with a nose that surprises us with its exuberance from the first moment, without the need to decant; a nose dominated by fresh black fruit, red fruit, violets and subtle hints of lacquer. But if its nose is suggestive, perfumed and serious, its palate is just delicious, complex, balanced, well structured and silky at the same time. The sip starts with very good acidity, with wide, fruity flavors, at times sweet, sensations that run through every corner of your tongue and palate with great subtlety. It’s a glyceric wine, with silky tannins, a long sip and a very unusual freshness in a Tempranillo wine from low yields old vines with long aging in which the wood is barely present.

Beyond its enormous level of perfection, Milagros de Figuero is a hymn to the landscape, to the best landscape of that Ribera del Duero forged by people like José María and, of course, Milagros.

Milagros de Figuero 2017 Trasera
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