Hoy toca doble cata; doble cata con el mismo vino. La primera botella la probamos en mayo de 2019, frente al viñedo de Garnacha vieja con el que se elabora. La segunda botella (la tercera, más bien, aunque de la segunda no hay registros) la descorchamos el pasado diciembre, esta vez ya en casa.
Conversa Garnacha 2016 es un monovarietal de (oh sorpresa) Garnacha procedente de un viñedo plantado en vaso sobre una ladera de suelos arcillosos y arenosos ubicada en el norte de la Rioja Oriental. Fermentó en acero inoxidable, a baja temperatura, permaneció encubado durante 15 días, se trasegó a barricas usadas de 600 litros (donde descansó unos 14 meses), se clarificó, se filtró y se embotelló.
A la vista es granate; no hay sorpresas. Pero la nariz sí que te dice: «eh, estoy aquí, soy una Garnacha exuberante, huelo deliciosamente bien, a frutas rojas, fruta negra madura, gominola, higo paso, regaliz… tengo notas de azúcar caramelizado…». Y si la nariz es llamativa, la boca no se queda atrás; frutal, con olores a monte, notas ansiadas, un ligero amargor y una estructura tánica que no es molesta pero se marca de una forma clara. Tarda algo de tiempo en expresarse, pero según se abre va creciendo, de una forma homogénea, sin contar nada nuevo pero contando todo con mayor volumen.
Y ahora viene lo bueno: ¿diferencias entre las dos botellas? Esta vez muy pocas. Basándonos un poco más en nuestros recuerdos que en nuestras propias notas, diríamos quizá que los siete meses de descanso extra en la botella le han sentado muy bien y le han dado a este vino un punto más de expresividad y redondez. Pero, una vez más la conclusión es obvia: va a haber que volver a abrir una botella para estar más seguros.
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Today is double tasting; double tasting with the same wine. We tasted the first bottle in May 2019, in front of the old Grenache vineyard where its grapes are from. We uncorked the second bottle (the third, in fact, although there are no records of the second) last December, this time at home.
Conversa Garnacha 2016 is a Grenache single-varietal (oh surprise) from a vineyard planted in goblet style on a slope of clay and sandy soils located in the north of the Rioja Oriental. It fermented in stainless steel tanks, at low temperature, remained in the tank for 15 days, was racked into used 600-liter barrels (where it rested for about 14 months), clarified, filtered and bottled.
In the visual phase it’s garnet; there are no surprises. But its nose tells you: «hey, I’m here, I’m an exuberant Grenache, I smell deliciously of red fruits, ripe black fruit, jelly beans, dried figs, liquorice … I have hints of caramelized sugar …». And if the nose is striking, the palate is not far behind; fruity, with countryside aromas, fennel notes, a slight bitterness and a tannic structure that is not a nuisance but is clearly present. It takes some time to express itself, but as it opens up, it grows, in a homogeneous way, without telling anything new but telling everything with greater volume.
And now the differences between the two bottles. This time very few. Based a little more on our memories than on our own notes, we would perhaps say that the seven months of extra rest in the bottle have been very good for it and have given this wine an extra point of expressiveness and roundness. But, once again, the conclusion is obvious: a new bottle will have to be uncorked… just to be sure.
