Basta dar un sorbo para percibirlo. No hace falta más. De hecho, puedes intuirlo con tan sólo acercar la copa a la nariz. En nuestra botella 94 de una producción de solamente 267 hay una honestidad arrolladora, hay amor por el vino, por las cosas bien hechas, por el terruño atlántico en el que están plantadas las cepas de Caíño que dan origen a este Don Olegario Caíño tinto Atlántico 2018.
Este monovarietal de Caíño Tinto fermenta con sus propias levaduras en una bañera de 1.000 litros para, tras un prensado suave, pasar a descansar en barrica de roble francés durante ocho meses. A la vista nos llama la atención un color picota, cardenalicio según se acerca al borde de la copa, que denota una baja extracción y mucha juventud. Su nariz es amable, no demasiado intensa, diferente, con aromas a flores silvestres, herbales, vegetales y especiados, esos aromas propios de esta uva que en otros vinos se intentan camuflar. Y en boca la acidez y la salinidad se disputan el protagonismo en un trago directo, fresco y más bien corto.
Es un vino tremendamente atlántico, varietal, impecable, sápido, directo… una ventana abierta a la ría de Arosa que hemos disfrutado gracias a la de-box de de-scorche.
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It just take a sip to notice it. No more is needed. In fact, you can feel it just by bringing the glass to your nose. In our bottle 94 of just 267 there’s an overwhelming honesty, there’s love for wine, for things well done, for the Atlantic terroir where the Caíño vines are planted, those vines that give rise to this Don Olegario Caíño Tinto Atlántico 2018.
This Caíño Tinto single-varietal ferments with its own yeasts in a 1,000-liter open vat and, after gentle pressing, goes to rest in French oak barrels for eight months. At first glance, we are struck by a cherry color, cardinal as it approaches the edge of the glass, which denotes low extraction and a lot of youth. Its nose is friendly, not too intense, different, with aromas of wild flowers, herbs, vegetables and spices, those typical aromas of this grape that are frequently hidden in other wines. And in the palate, acidity and salinity compete for the leading role in a direct, fresh and rather short drink.
It’s a tremendously Atlantic wine, varietal, impeccable, tasty, direct … an open window to the Arosa estuary that we have enjoyed thanks to the de-box of de-scorche.
