Aunque en Nos Vamos de Vinos somos partidarios de tomar vinos de cualquier estilo durante todo el año, lo cierto es que en verano nos apetece más disfrutar de vinos ligeros, que puedan refrescarse, y ahora que llega el otoño es buena idea reencontrarse con vinos más estructurados que piden temperaturas de servicio moderadas.
Y es que aunque parece que hemos convertido el concepto de ‘estructura’ en un sinónimo de tanino, lo cierto es que la estructura está formada por una amalgama de elementos entre los que también se encuentran la acidez, el alcohol, el azúcar residual, el carbónico (en los espumosos) y las lías finas.
En esto de la estructura, está claro que los tintos juegan con ventaja. Al macerar durante semanas con los hollejos, adquieren esos taninos que llevarán la voz cantante en esta materia. También la crianza en barrica aporta sus dosis de tanino, aunque en esta liga también pueden jugar los vinos blancos, que, además, pueden explotar otros dos fantásticos recursos para adquirir estructura: la acidez y las lías.
Este Viore Verdejo sobre Lías 2023 es un perfecto ejemplo de cómo un vino blanco puede presumir de cuerpo y estructura, ofreciendo esa seriedad y ese potencial gastronómico que no puede (ni pretende) ofrecer un vino blanco sin crianza.
Para elaborarlo, se emplean uvas procedentes de unas pocas hileras seleccionadas de Los Tordos, un pequeño viñedo plantado a entre 700 y 770 metros de altitud en una ladera coronada por hierbas aromáticas y pinos. Las uvas se vendimian con un elevado grado de maduración “lo que aporta más graduación alcohólica y nos va a ayudar a potenciar la intensidad gustativa y a reforzar el carácter untuoso que aportan las lías y la complejidad que nos da la crianza en roble”, según explica la propia bodega.
Tras fermentar en depósitos de 10.000 litros, una parte del vino se cría en los depósitos con sus lías finas durante siete meses, mientras otra parte hace una crianza de cinco meses en barricas nuevas de 500 litros de roble francés.
El resultado es un vino de color amarillo pajizo y una intensa nariz con aromas a fruta de hueso, fruta tropical (piña), piel de cítricos y un toque anisado. Su boca nos transmite una acidez equilibrada y un trago fresco con bastante volumen –sin resultar graso–, cítrico, de buena longitud, una destacable intensidad y un toque amargo en el posgusto. Es un vino que se bebe con facilidad, que muestra un buen potencial gastronómico y que marida estupendamente con el otoño… o con cualquier época del año.
Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
Viore Verdejo sobre Lías 2023 | 13,5 % | – | 12 euros |
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Viore Verdejo sobre Lías 2023: Enjoy an autumn on lees
Although at Nos Vamos de Vinos we are in favour of drinking wines of any style throughout the year, the truth is that in summer we prefer to enjoy light wines, that can be refreshed, and now that autumn is coming it’s a good idea to rediscover more structured wines that require moderate serving temperatures.
And although it seems that we have turned the concept of ‘structure’ into a synonym for tannin, the truth is that the structure is formed by a mixture of elements among which are also acidity, alcohol, residual sugar, carbon dioxide (in sparkling wines) and fine lees.
In this matter of structure, it’s clear that reds have an advantage. By macerating for weeks with the skins, they acquire those tannins that will lead the way in this issue. Barrel aging also adds its dose of tannin, although white wines can also play in this league, that can also exploit two other fantastic resources to acquire structure: acidity and lees.
This Viore Verdejo sobre Lías 2023 is a perfect example of how a white wine can boast body and structure, offering that seriousness and gastronomic potential that a white wine without aging cannot (and does not intend to) offer.
To make it, grapes from a few selected rows of Los Tordos estate are used, a small vineyard planted between 700 and 770 meters above sea level on a hillside crowned by aromatic herbs and pine trees. The grapes are harvested at a high degree of ripeness “which provides more alcohol content and will help us enhance the taste intensity and reinforce the unctuous character provided by the lees and the complexity that aging in oak gives us”, as explained by the winery itself.
After fermenting in 10,000-litre tanks, part of the wine is aged in the tanks with its fine lees for seven months, while another part is aged for five months in new 500-litre French oak barrels.
The result is a straw-yellow wine with an intense nose with aromas of stone fruit, tropical fruit (pineapple), citrus peel and a hint of anise. On the palate it conveys a balanced acidity and a fresh mouthfeel with plenty of volume – without being fatty –, citrus, good length, a remarkable intensity and a bitter touch in the aftertaste. It’s easy to drink, it shows good gastronomic potential and it pairs wonderfully with autumn… or any time of year.