Viñas del Vero Chardonnay 2019
Elaborado a partir de viñedos de unos 30 años plantados sobre suelos pobres, Viñas del Vero Chardonnay 2019 es un vino fresco, aromático y frutal que refleja la extraordinaria adaptación de la uva Chardonnay al terruño del Somontano.

De la mano de la familia Lalanne, la uva Chardonnay llegó al Somontano desde Burdeos a finales del siglo XIX. Como en tantas otras ocasiones, sus cultivos desaparecieron con la filoxera, y los Lalanne iniciaron una nueva vida a este lado de los Pirineos.
Chardonnay y Somontano se adaptaron sin dificultad, y en Viñas del Vero decidieron comenzar a plantar, en 1987, 54 hectáreas en el Pago La Piedra, una colina próxima a Barbastro, de 415 metros de altitud, suelos franco-arcillosos con abundantes margas, yeso, acumulación de carbonatos y, muy importante, con parcelas en todas las orientaciones.

Viñas del Vero Chardonnay 2019. Cápsula

Así, el primer Chardonnay de Viñas del Vero se elaboró en 1991, y en la actualidad se ofrece como coupage con uva Macabeo, en pequeñas vinificaciones con los vinos blancos de las gamas más altas y, en su versión más fresca, en este monovarietal que protagoniza nuestra cata de hoy.

Cata de Viñas del Vero Chardonnay 2019

Viñas del Vero Chardonnay 2019 se elabora con uvas de cepas de algo más de 30 años plantadas en espaldera y vendimiadas de madrugada. Tras una maceración pelicular, se fermenta exclusivamente el mosto flor (no hay, por tanto, prensado), durante siete días y a baja temperatura, en depósitos de acero inoxidable. Antes del embotellado, el vino se somete a una estabilización en frío, y a continuación descansará unos meses en bodega. Al servirlo en la copa nos llama la atención un color muy ligero, amarillo pajizo, cristalino.

Viñas del Vero Chardonnay 2019. Corcho

Por el contrario, en nariz se muestra exuberante, con un torrente de aromas en el que predominan las flores blancas y la fruta blanca, si bien también podemos encontrar algunas notas cítricas, frutas tropicales, hierba fresca… Un despliegue de aromas que se traduce en una boca muy equilibrada, muy frutal, en la que el amargor y la acidez van de la mano, dejando por detrás una ligera sensación golosa sobre un cuerpo untuoso (moderadamente), con un resto carbónico en un vino adictivo que resulta muy fácil de beber.

Viñas del Vero Chardonnay 2019. Etiqueta trasera
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