El mundo del Jerez es diferente; es diferente y es embaucador. Una vez que comienzas a entenderlo, a sumergirte en sus diferentes elaboraciones… ya no puedes parar. Son vinos asombrosos, tan cálidos, tan estructurados, tan complejos y llenos de matices que tras dinamitarte los esquemas te enganchan para siempre. Y si de repente se presenta en tu copa un palo cortado como éste, el enamoramiento está garantizado.
Urium Palo Cortado es uno de esos vinos que llama tu atención desde el primer sorbo. Su presencia lo acapara todo. Cuando te lo acercas a la boca, todo lo demás desaparece. Los aromas de frutos secos y de madera noble, los destellos de miel, las almendras amargas activan un resorte que atenúa lo que quiera que estuvieras oyendo, viendo o imaginando, un resorte que hace que el mundo a tu alrededor desaparezca y te quieras centrar en ese trago, ese trago complejo, intenso, cálido, de acidez punzante y ese posgusto largo que poco a poco, lenta y suavemente, te deja que regreses a dondequiera que estuvieras antes de llevarte la copa hacia la boca.
Y es que este monovarietal de Palomino que ha pasado por una crianza biológica y, tras perder el velo de flor, una larga crianza oxidativa, es una de esas elaboraciones que hace que el mundo del Jerez sea diferente; tan diferente y tan embaucador.
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The world of Sherry wines is different; it’s different and it’s tricky. Once you begin to understand it, to immerse yourself in its different elaborations … you can not longer stop. They are amazing wines, so warm, so structured, so complex and full of nuances that after blowing your schemes up, they hook you forever. And if suddenly a Palo Cortado like this one appears in your glass, falling in love with it is guaranteed.
Urium Palo Cortado is one of those wines that catches your attention from the first sip. Its presence monopolizes everything. When you bring it to your mouth, everything else disappears. The aromas of nuts and wood, the hints of honey, the bitter almonds activate a switch that attenuates whatever you were hearing, seeing or imagining, a switch that makes the world around you disappear and you want to focus on that sip, that complex sip, intense, warm, with sharp acidity and that long aftertaste that little by little, slowly and gently, lets you return to wherever you were before bringing the glass to your mouth.
And it is that this Palomino single-varietal that has undergone biological aging and, after losing the velo de flor layer of yeast, a long oxidative aging, is one of those elaborations that makes the world of Sherry so different; so different and so tricky.
