Nada más probarlo te preguntas cómo puede ser que a nadie en la Rioja se le hubiera ocurrido hacer esto antes. A la vista es oscuro, concentrado y a la vez brillante. En la nariz nos llama la atención encontrar pirazinas (pimiento verde y quizás aceituna) junto a los aromas más habituales de una Tempranillo muy madura como la cereza, la ciruela o frutas compotadas. Es una nariz muy limpia y nada alcohólica, a pesar de que estamos ante un vino de mucha graduación.
Más allá de la vista y el olfato, lo que te abre los ojos como platos es una boca absolutamente deliciosa. La entrada es suave, no hay mucha acidez; la justa y necesaria, y pronto tus papilas gustativas se empiezan a excitar con un sabor amargo, elegante, muy amplio que va creciendo mientras deja aflorar toda esa fruta negra compotada convertida en licor, pero sin que la parte alcohólica llegue a destacar, para diluirse lentamente en un trago muy largo que deja en boca cierta sensación de mantequilla, siempre sobre una base tánica sedosa y algo densa pero nunca grasa. Es sencillamente delicioso, brutal, irrepetible.
Santalba Amaro 2015 es un varietal de Tempranillo con un 20 % de otras uvas procedentes de viñedos viejos de cultivo ecológico que se elabora de forma similar al Amarone della Valpolicella. La vendimia es temprana, y las uvas, tras seleccionarse tanto en el viñedo como en la bodega, descansan en esteras de caña de bambú, donde se pasifican moderadamente antes de ser pisadas en bocoyes abiertos en los que se produce la fermentación con la ayuda de levaduras neutras. Es el único vino de Santalba que no fermenta con levaduras propias, ya que requiere de unas levaduras que puedan trabajar a más temperatura. Tras macerar durante un par de meses, se hace un prensado, y el vino se trasiega a barricas de roble francés, en las que descansa durante 15 meses.
Paralelamente, se elabora el ripasso. Se añade vino de fermentación convencional a los restos de las uvas pisadas en el mismo bocoy en el que han fermentado, se deja macerar durante meses, se retiran las pastas, y este vino descansa en el bocoy durante un año y medio. Finalmente, se hace un ensamblaje de ambos vinos y nace esta verdadera maravilla.