En el triángulo formado por La Horra, La Aguilera y Gumiel de Mercado, a una altitud de entre 830 y 910 metros, se encuentran los viñedos de San Cobate, una bodega nacida en 2016 con la intención de hacer vinos de parcela, de hacer vinos donde la madera esté en un segundo plano y donde la fruta sea lo más importante.
San Cobate La Finca 2018 es un monovarietal de Tempranillo, que como su nombre indica, es el vino que la bodega elabora con uvas de cuatro parcelas de la finca, con distintos suelos, altitudes y orientaciones. Tras una vendimia manual, en cajas, la uva pasa por mesa de selección, es despalillada y ligeramente estrujada. La fermentación, con levaduras autóctonas, tiene lugar en depósitos de hormigón. El vino lleva a cabo una crianza de entre 16 y 18 meses que comienza en barricas de distintos tamaños y acaba en tinos de madera de mayor capacidad, empleándose siempre madera de varios usos.
De un bonito color picota, en nariz manda la fruta fresca, acompañada de notas de monte bajo. En boca es un vino fino, mucho más ligero de lo que es habitual en la zona, con un tanino pulido y una buena acidez, en un trago medio, frutal, y muy elegante. Es un vino diferente, de una bodega a la que habrá que seguir la pista. De hecho, sus parcelarios se encuentran ya en nuestro punto de mira.
| Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
| San Cobate La Finca 2018 | 14 % | – | ~17,60 euros |
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In the triangle formed by La Horra, La Aguilera and Gumiel de Mercado, at an altitude of between 830 and 910 meters, are the vineyards of San Cobate, a winery founded in 2016 with the intention of making single-plot wines, of making wines where the wood is in the background and where the fruit is the most important thing.
San Cobate La Finca 2018 is a Tempranillo single varietal, that as its name suggests, is the wine that the winery makes with grapes from four plots of the estate, with different soils, altitudes and orientations. After a manual harvest, in boxes, the grapes go through a selection table, are destemmed and slightly crushed. The fermentation, with indigenous yeasts, takes place in concrete tanks. The wine is aged for between 16 and 18 months, beginning in barrels of different sizes and ending in larger-capacity wooden vats, always using wood of several uses.
With a beautiful cherry color, fresh fruit commands on the nose, accompanied by notes of scrubland. On the palate it’s a fine wine, much lighter than is usual in the area, with polished tannins and good acidity, in a medium, fruity and very elegant drink. It is a different wine, from a winery that will have to be tracked down. In fact, their single-plot wines are already in our sights.
