Roostiq Madrid es un coqueto restaurante que se encuentra en pleno barrio de Chueca. Abrió hace cinco años, y ya se ha ganado un puesto entre los restaurantes más buscados tanto por los amantes del vino como por aquellos que se preocupan por lo que comen, ya que en Roostiq casi la totalidad de sus productos son ecológicos y de producción propia.
Su lema “de la granja a la mesa” es una realidad. En su finca situada en Ávila crecen los tomates, puerros y acelgas que le han dado su merecida fama; una finca donde todo se cultiva de manera ecológica siguiendo los principios de la biodinámica y de donde cada día, a primera hora de la mañana, salen los productos con los que se cocinará en el restaurante esa misma jornada. Pero además de sus propias verduras, Roostiq también cría sus gallinas en libertad, al igual que sus cerdos de raza ibérica.

Por su parte, Roostiq Marbella se inauguró hace apenas un año en la urbanización Villa Parra Palomeras 61 y sigue la misma filosofía que el local de Madrid: productos propios que salen de sus fincas por la mañana para suministrar a una cocina que atenderá a 500 comensales cada noche.
La carta de vinos de Roostiq Madrid
Cuando nos pusimos a ojear la carta de vinos de Roostiq Madrid, lo primero que nos llamó la atención es la cantidad de ellos que puedes disfrutar por copas: desde un Ultreia Saint Jacques por 5,50 euros a un Krug Grande Cuvée ed.170 por 57 euros, así hasta un total de 33 referencias, si hemos contado bien, donde no faltan los clásicos como Mauro por 17 euros o los vinos de Jerez como el Amontillado Viña AB por 5 euros la copa.
No obstante, ha sido en realidad su colección de champanes y borgoñas ordenados por apelaciones lo que realmente nos ha maravillado. En su carta hay champanes de las subzonas de Montagne de Reims, Côte del Blancs, Vallée de la Marne, Côte de Sézanne y Côtes del Bar. Por su parte, las subzonas de Borgoña entre las que se puede elegir abarcan Chablis, Côte de Beaune, Côte Chalonnaise, Côte de Nuits y Maconnais para los blancos, así como Côte de Beaune, Côte de Chalonnaise, Côte de Nuits, Bourgogne Passe-Tout-Grains, Beaujolais y Bourgogne Côtes d’Auxerre para los tintos.

Pero no todo es Borgoña y Champagne en la carta de vinos de Roostiq. Aunque la cantidad de ellos que puedes tomar es casi abrumadora, también hay una gran selección de vinos españoles y alguna que otra curiosidad de otras partes del mundo como Kumeu River Estate, un Chardonnay de Nueva Zelanda.
Los maridajes estrella de Roostiq
Uno de las propuestas estrella de Roostiq son sus famosos torreznos que proponen maridar con champán. Sus torreznos cortados muy finos y con un toque ahumado combinan a la perfección con la acidez de un buen Champagne. En nuestro caso, el elegido fue Bertrand-Delespierre Enfant de la Montagne, un coupage de Chardonnay (40 %), Pinot Noir (35 %) y Meunier (25 %) provenientes de Premiers Crus de la montaña de Reims. Se trata de un champagne fino y elegante con el que decidimos acompañar no solo los torreznos sino el resto de nuestra comida en Roostiq Madrid, que consistió en tomate, puerros y su famoso pollo a la brasa, un pollo que es criado en libertad y que no se sacrifica hasta que alcanza los nueve meses.
El postre decidimos maridarlo, siguiendo la recomendación del sumiller, de un vino del Condado de Huelva del que ya habíamos hablado aquí anteriormente:1918 Antonio Contreras Labrador. Se trata de un monovarietal de Zalema que tiene una crianza oxidativa en barricas de roble americano de 600 litros siguiendo el sistema de criaderas y solera; una combinación muy acertada, ya que los toques de frutos secos del vino de Contreras Ruiz acompañaban a la perfección a una deliciosa tarta de queso con la que pusimos broche final a nuestra visita a Roostiq; una visita que pensamos repetir, eso sí, después de estudiarnos su gran carta de vinos.