La familia de vinos de Bodegas Roda se construye sobre cuatro pilares: Sela, Roda, Roda I y Cirsion, siempre con el Tempranillo como protagonista. Sela es el escalón de acceso, un vino de autor con crianza elaborado a partir de viñedos jóvenes. Roda (conocido como Roda II desde 1992, su primera añada, hasta 2001) es un reserva en el que se busca expresar el perfil de la fruta roja. En Roda I encontramos el perfil opuesto o, más exactamente, complementario: el de la fruta negra; mientras que Cirsion es, sencillamente, el mejor vino que esta bodega ha sabido crear.
Aprovechando un reciente viaje a La Rioja y algunas horas libres, decidimos parar por la bodega para hacer una cata vertical de Roda I (2011, 2012 y 2013). Como factor común, nuestros protagonistas están elaborados con uvas procedentes de viñas de más de 30 años con una baja carga (1,5 kilos por cepa), vinificados en tinos de roble y criados 16 meses en barricas de roble francés (mitad nuevas y mitad usadas), con 20 meses más de crianza en botella; para ser justos, Roda I 2013 lleva seis años y medio en la botella en el momento en el que lo catamos, a lo que sus compañeros suman, obviamente, otros 12 y 24 meses.
Aparte de la espera en botella, las tres añadas se diferencian por su coupage, compuesto por un 91 % de Tempranillo en 2011, un 96 % en 2012 y el 100 % en 2013, con el 9 % de Graciano completando la mezcla en 2011 y el 4 % en 2012.
En cuanto al clima, 2011 fue un año sin grandes precipitaciones, con brotación temprana y un verano algo irregular, más cálido al inicio y más fresco al final. Por su parte, 2012 fue claramente seco, de brotación tardía, producción escasa, fruta sana y vendimia tardía. En cuanto a 2013, hubo abundantes lluvias y una maduración irregular que obligó a extremar el cuidado con la selección.
Cata de Roda I 2011, 2012 y 2013
Hechas las presentaciones, es hora de empezar a disfrutar. En la fase visual nos costaría mucho distinguirlos si mezcláramos las copas, con un color cereza con el halo color caldera como punto en común. En cuanto a la nariz, Roda I 2013 nos recibe con fruta negra madura, ciruela, compota, queso azul, monte bajo, tostados, torrefactos… En 2012 la nariz es más tímida y algo menos frutal. El perfil, no obstante, se repite, aunque hay mayores trazas de madera y detectamos trufa, mientras que la nariz de 2011, de un perfil semejante, se sitúa en un punto intermedio en cuanto a intensidad, vuelve a mostrar la trufa e incluso champiñón.
Para nuestra sorpresa, la boca del más joven es la que se desvía más del perfil esperado, con taninos domados, una buena acidez y, pese a ser el más joven, cierta sensación de evolución. Roda I 2012 es el más elegante y armonioso, el más sedoso al darle el primer trago. En cuanto a 2011, es quizás el vino con mayor tensión, con una estructura maravillosa, notas de caramelo, un tanino sedoso y una formidable longitud. Justo es aclarar que, en los tres casos, degustamos el vino servido con Coravin desde tres botellas de 50 centilitros, por lo que es esperable una evolución mayor que en formatos más grandes, y una cierta desviación al no poder asegurar que las tres botellas hayan sido empezadas a la vez.
En cualquier caso, volvemos a catarlos una y otra vez. Roda I 2013 tarda más en abrirse, pero cuando lo hace es auténtica seda. La añada 2012 es la que menos cambia, es equilibrio puro, mientras que 2011 nos deja con esa sensación de plenitud que solamente los grandes vinos finos de Rioja pueden ofrecer.
Vino | Alcohol | Producción | Precio |
Roda I 2011 | 14,5 % | 62.640 litros en botellas de 0,5, 0,75, 1,5, 3, 6, 9, 12, 18 y 27 litros | ~42,50 euros (75 cl) |
Roda I 2012 | 14,5 % | 52.994 litros en botellas de 0,5, 0,75, 1,5, 3 y 6 litros | ~42,50 euros (75 cl) |
Roda I 2013 | 14,5 % | 21.616 litros en botellas de 0,5, 0,75, 1,5, 3 y 6 litros | ~42,50 euros (75 cl) |
Estuche Roda I 2011, 2012 y 2013 | – | – | 99 euros (tres botellas de 50 cl) |