Rioja tiene una oportunidad magnífica de enmendar errores del pasado y convertir la categoría de Viñedo Singular en un marchamo de calidad que las etiquetas Reserva y Gran Reserva hoy por hoy no tienen necesariamente. Cuando encontramos esta selección de vinos en el menú de catas del evento Riojas de Pueblo, en el que la asociación de Bodegas Familiares de Rioja da a conocer sus mejores elaboraciones, no lo dudamos ni por un instante. ¿Serán capaces de mantener estos siete vinos el buen nivel que hemos encontrado en la práctica totalidad de los vinos de Viñedo Singular que hemos conseguido catar hasta ahora?
La Artesilla Blanco Reserva 2019
Una vieja parcela de 1975 de la localidad de Ábalos sirve a su propietaria, la bodega cigüeñera Leza García, para elaborar un monovarietal de Viura fermentado en barricas de acacia, roble francés y americano, y criado en barricas durante ocho meses, los cuatro primeros con batonages semanales. Comenzamos la cata sorprendidos por una nariz tímida en la que, buscando un poco, aparecen hollejos, mantequilla, leves notas ahumadas… todo muy discreto, muy amalgamado. Esa timidez se invierte cuando el vino llega finalmente a la boca y se presenta con una fantástica acidez, longitud, equilibrio, elegancia… Es, sin duda, un vino fabuloso, de esos que no te hartas de probar.
Los Quiñones de Tobelos Blanco Viñedo Singular 2019
Una parcela de 0,6 hectáreas plantada en 1950 en San Vicente de la Sonsierra es la encargada de proporcionar la Viura a este vino monovarietal de la bodega Tobelos que fermenta en dos bocoyes de 500 litros, una barrica de 225 litros y un pequeño depósito de 200 litros. Tras una crianza de ocho meses, con batonages, 1.806 botellas de este vino se etiquetarán, y una de ellas es la que hoy nos ofrece aromas a mantequillas y una leve nota ahumada, así como un trago suave, correcto, de buena acidez, al que quizá le falte un poquito de magia. En cualquier caso, nuevamente la etiqueta de Viñedo Singular nos entrega un buen vino.
Cerro La Isa Blanco Viñedo Singular 2020
Juan Carlos Sancha es el responsable de este auténtico coupage de parcela en el que se juntan Garnacha Blanca, Malvasía, Viura, Turruntés y Calagraño procedentes de un viñedo plantado en 1906 y cultivado en ecológico. Se trata de un vino fermentado en barricas de 500 litros de roble francés de gran calidad que nos deja en nariz una intensa carga de aromas florales, mantequilla y un toque mineral. Tras esta exuberante nariz encontramos una fantástica acidez en boca y un trago delicioso, complejo, intenso, diferente a todo, muy muy adictivo, con un final complejo. Curiosamente, esa complejidad la encontramos también en el hermano tinto de este vino, que catamos, junto a su autor, en la mesa de cata de la bodega en este mismo evento (puedes leerlo aquí).
Finca La Emperatriz Blanco Reserva 2017
Hemos tenido muy buenas experiencias con los vinos de los Hermanos Hernáiz, pero no habíamos tenido aún la ocasión de degustar su blanco de Viñedo Singular, un monovarietal de Viura procedente de cepas plantadas en 1965. Fermentado y criado parcialmente en barrica y parcialmente en depósito de hormigón, se trata de un vino de nariz discreta, con un toque floral y ni rastro de madera, que en boca resulta agradable aunque quizá algo plano, con un delicado final mentolado. Es, definitivamente, un buen vino, quizá algo falto de la magia que esperamos de un Viñedo Singular.
Finca La Emperatriz Tinto Reserva 2017
Teníamos un gran recuerdo de este vino, del que en su momento hablamos detalladamente aquí. En esta ocasión, hemos encontrado sensaciones similares, si bien con un perfil de fruta más madura en boca y una nota tostada más intensa en nariz. Muy probablemente, la botella de esta cata necesitaba aún oxigenarse un poco para expresar todo el potencial que es capaz de desarrollar este coupage de Tempranillo (76 %), Garnacha (22 %) y Viura (2 %).
Vado de la Reina Viñedo Singular Garnacha 2018
Esperábamos más del viñedo singular de David Moreno, en cuya bodega se elaboran vinos más que interesantes. Este Vado de La Reina, el primer monovarietal de este elaborador de Badarán, procede de una viña de 90 años propiedad de la bodega, y hace una crianza de 18 meses en barricas de roble, una estancia en madera inusualmente larga para la Garnacha. En nariz encontramos una fruta madura y aromas que nos cuesta describir y nos hacen pensar que quizá la botella no se encuentre en su mejor momento. En boca es simplemente un vino desequilibrado, en el que no hemos encontrado nada de lo que esperábamos.
Viña Gena Viñedo Singular 2018
Una vez más, estamos ante un vino del que ya hemos hablado (lo hemos hecho aquí), puesto que lo catamos en la mesa de su bodega (Villota) en este mismo evento. Fruta roja y negra, violetas, monte bajo, taninos vivos y buena longitud nos dejan un fantástico sabor de boca y nos hacen mantener nuestra fe en la categoría de Viñedo Singular con la que Rioja tiene una oportunidad de oro de crear una indiscutible marca de calidad que ponga en valor las mejores piezas de su patrimonio vitícola.