Tras descubrir la diversidad de los vinos blancos de Rioja elaborados con Viura y variedades minoritarias por algunas de las bodegas que componen la asociación de Bodegas Familiares de Rioja, nos disponemos a seguir profundizando en esa diversidad con una nueva propuesta de cata del evento Riojas de Pueblo, centrada en este caso en vinos elaborados con la variedad Temprenillo Blanco, una mutación descubierta en Murillo de Río Leza que ha ido ganando adeptos especialmente entre los pequeños productores.
Lagar de Cayo Tempranillo Blanco 2021
Ubicada en Azofra, la bodega familiar Quiroga de Pablo nos ofrece este monovarietal de nariz expresiva y compleja, que en diferentes capas nos muestras flores, peras, melocotón y mineralidad, un vino con un resto carbónico que nos deja algo fríos en su paso por boca dadas las enormes expectativas generadas en la fase olfativa.
Catay Tempranillo Blanco 2021
Finca de los Arandinos elabora en Entrena 2.900 botellas de un monovarietal especialmente goloso, tanto en la nariz como en la boca. Peras, melocotón y una sensación almibarada protagonizan el perfil de un vino que puede ser un perfecto puente entre los vinos frizzantes o semidulces y los vinos blancos secos convencionales.
Amicis Blanco Fermentado en Barrica 2020
De Rioja Alavesa y, más concretamente, Baños de Ebro, nos llega esta edición limitada a 1.000 botellas de un monovarietal de Tempranillo Blanco que fermenta en barricas de roble del Cáucaso y se afina sobre sus lías durante 10 meses. Elaborado por Hermanos Pascual Miguel, este Amicis se presenta en nariz con notas golosas, recuerdos a madera y una mínima sensación volátil. En boca es un vino agradable, de buena acidez, con el que parece que la cata comienza a ponerse interesante.
La Marciana Tempranillo Blanco 2020
Navarrsotillo nos ha sorprendido positivamente con este coupage de dos mutaciones blancas de uvas tintas: Tempranillo Blanco y Garnacha Blanca de producción biodinámica certificada. La bodega de Calahorra nos ha sorprendido con un vino tremendamente mineral, con la barrica al frente, que en boca destaca por su fantástica acidez, perfectamente integrada en un trago intenso y elegante. Es un vino delicioso y fácil de beber del que, desafortunadamente, solo se elaboraron 1.007 botellas.
Paco García Tempranillo Blanco 2019
La bodega de Ventas Blancas elabora este monovarietal de un único viñedo de Murillo de Río Leza (donde se descubrió la mutación), plantado en 2007 y cultivado de manera orgánica. Tras una crianza de la mitad del vino en barricas de roble francés y de la otra mitad en depósito, su posterior ensamblaje y una buena temporada en botella, encontramos una agradable nariz en la que flores, mantequillas y tostados van solapándose para dar paso a una boca con una deliciosa y puntiaguda acidez atlántica fantásticamente equilibrada por una nota golosa. Es uno de esos vinos que merece la pena conocer, como prácticamente todo lo que hace Paco García.
Colección de Familia La Mateo Tempranillo Blanco 2019
D. Mateos (Aldeanueva de Ebro), elabora su monovarietal con uvas de viñedos propios plantados en 2010, que fermentan en cubas de acero inoxidable y acaban la maloláctica en barricas de roble francés y americano para terminar criándose en barricas con sus lías durante seis meses. Estamos ante un vino gastronómico, ortodoxo pero no emocionante, que nos recibe con aromas florales, minerales y una nota tostada para pasar a deslizarse en nuestra boca con un trago amable, intenso y largo, aunque quizá algo falto de complejidad.
Martina de Cor de Mei Tempranillo Blanco 2016
Acabamos la cata con un vino del que ya hemos hablado cuando visitamos la mesa de la bodega (aquí), un monovarietal de viñedos plantados en Ábalos en 2009 que, tras una larga crianza en barrica y botella, sale al mercado como Reserva. Gastronómico, largo e intenso aunque quizá algo falto de complejidad, este vino de Cor de Mei nos hace pensar en lo interesante que será repetir esta cata en años venideros, cuando las cepas de Tempranillo Blanco vayan adquiriendo la vejez necesaria para que sus raíces profundicen más y más en los suelos de sus viñedos mientras su producción va autorregulándose y sus características organolépticas van concentrándose. Y es que en el fondo aún no sabemos hasta dónde puede llegar esta variedad de enorme potencial descubierta en un aún cercano 1988 y de la que, por tanto, no existe aún ningún viñedo viejo.