Riojas de Pueblo. Cata de vinos blancos de Viura y otras variedades

Riojas de Pueblo reunió a 45 de las 54 bodegas que componen la asociación de Bodegas Familiares de Rioja. Como ya habíamos comentado aquí, mientras que en la planta baja se celebraba la tradicional feria con mesas en la que cada productor da a conocer sus elaboraciones y su proyecto, en el piso superior se habían habilitado puestos individuales de cata con un menú de 15 catas temáticas que daban a conocer la diversidad de esta Rioja de pequeños productores a través de un centenar de vinos.

Comenzamos con una cata un tanto heterogénea pero con una interesante lógica detrás, ya que a través de siete vinos netamente diferentes nos adentraremos en la realidad de las variedades blancas riojanas, claramente eclipsadas por las tintas. No hay que olvidar que, como bien nos recuerdan los organizadores del evento: “desde el año 2007, tras casi dos décadas de prohibición para plantar uvas blancas, se autorizaron nuevas variedades: algunas autóctonas desaparecidas y otras foráneas”. Y es que si los vinos tintos de esta región están sobradamente reconocidos, a los vinos blancos riojanos les queda aún un importante capítulo por escribir.

Peña La Rosa Blanco Joven 2020

Elaborado por Fernández Eguíluz en Ábalos, este varietal de Viura (90 %) con un aporte de Malvasía (10 %) se elabora con una vinificación convencional a partir de uvas procedentes de cepas de entre 40 y 100 años. Es un agradable vino de buena acidez y trago medio-largo que sorprende por el gran aporte floral de la Malvasía, a pesar de su minoritario porcentaje en el coupage.

Caecus Verderón Fermentado en Barrica

Pago de Larrea elabora en Elciego este varietal de Viura (95 %) con un pequeño aporte de Malvasía (5 %) en cuya nariz se combinan los aromas a mantequilla y tostados procedentes de la fermentación en barrica con los aromas florales de la Malvasía. Es un vino estructurado, con muy buena acidez, en el que las decisiones de elaboración acaban imponiéndose sobre la fruta.

Hacienda Grimón Viura Barrica 2019

En este monovarietal de Viura elaborado por Hacienda Grimón ha habido cierta discrepancia entre los integrantes de Nos Vamos de Vinos. Nuevamente estamos ante un vino con aromas muy marcados de mantequilla y notas ahumadas. A pesar de realizar la conversión maloláctica, la sensación de acidez se impone a casi cualquier otro registro en un vino opulento de producción ecológica y crianza de seis meses en barricas nuevas que, probablemente, no ha desvelado aún su mejor cara.

Don Quintín Blanco 2020

Este coupage de Viura, Malvasía y Garnacha Blanca de Ortega Ezquerro es probablemente el segundo vino que más nos ha gustado de esta cata. Procedente de un viñedo viejo de Tudelilla en el que las variedades están plantadas aleatoriamente, se vinifica en barrica, donde además de fermentar hace también la conversión maloláctica. Hemos encontrado una nariz discreta, con un aporte floral y ni rastro de la barrica, pero lo que realmente nos ha seducido es la elegancia y la complejidad de su trago, que tras desvanecerse el pico de acidez inicial deja paso a una fantástica segunda capa que aflora a mitad de un trago que concluye con un delicioso posgusto amargo.

Nivarius Finca La Nevera 2017

No es un secreto que nos encantan los vinos de Nivarius, aunque este monovarietal de Maturana Blanca nos ha descolocado un poco, ya que quizás no hemos sido capaces de entender su nariz, en la que los aromas florales conviven con otros para los que no tenemos un descriptor claro pero que no nos han resultado fáciles… ¿Algarroba, quizás? En cualquier caso, nos gusta su acidez, echamos en falta fruta y encontramos dos peculiaridades: un resto carbónico (realmente extraño en un vino tan viejo) y notas anisadas en la boca.

Conversa Blanco Colección 2019

No somos partidarios de puntuar ni de hacer clasificaciones, pero este coupage de Garnacha Blanca (70 %) y Sauvignon Blanc (30 %) procedente del enorme viñedo de Finca Vistahermosa (en Tudelilla) milita en una categoría superior. Una marcada maceración con pieles, una crianza de 10 meses en barricas de 500 litros y una larga estancia en botella dan como resultado un vino intenso, tanto en nariz como en boca, con un llamativo color dorado, notas cítricas y un trago tan largo como adictivo.

A Veredas Blanco 2018

Cierra la cata este coupage de variedades internacionales elaborado con Sauvignon Blanc y Chardonnay procedentes de viñedos propios de Nestares Eguizábal, en Galilea. Hemos encontrado un vino en el que se marcan notablemente las barricas en las que se cría, un vino de marcado carácter málico, con una acidez quizás excesiva que invita a esperar un par de años antes de descorchar una botella de esta misma añada.

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