Puente del Ea es una pequeña bodega de Rioja Alta ubicada en Sajazarra. Nacida en 2001 por la determinación de un grupo de amigos enamorados de la zona, elabora dos líneas de vinos: los básicos Eridano y los vinos de autor Obar, Coraz y Saiaz que hoy vamos a conocer.
Lo primero que nos llama la atención es su cuidadísima presentación, con gruesas botellas borgoñonas revestidas con impecables etiquetas y vistosas cápsulas metálicas. Sus nombres no son fáciles de pronunciar o de recordar, si bien tienen un sentido, una lógica que está presente en cada detalle de estos vinos. Así que, más allá de lo atractivas que sean sus etiquetas, es esa sensación de que no se ha dejado ni un solo detalle al azar la que nos espolea a descorchar estos tres vinos para comprobar si en su interior encontramos “la naturaleza, el paisaje y la vida de Sajazarra”, como prometen sus elaboradores.
Comenzamos por Obar 2020, un varietal de Viura fermentado en barrica cuyo nombre es un guiño a los montes Obarenes que forman parte del paisaje de la zona. Se cría en barricas de roble francés durante seis meses, con batonages, y permanece al menos otro medio año en la botella antes de salir de la bodega.
Estamos ante un vino de color amarillo limón con destellos dorados. Su nariz, sorprendentemente floral, nos hace presumir que hay otras variedades además de la Viura (Malvasía, quizás). También encontramos aromas a fruta de hueso, mantequillas y sutiles tostados. En boca ofrece una buena acidez, longitud e intensidad; es, además, muy untuoso y se bebe con facilidad.
Coraz 2019, por su parte, es un vino de una única parcela, ubicada en el paraje conocido como Corazabe; de ahí su nombre. Se trata de un varietal de Tempranillo de viñas de 60 años con 18 meses de crianza en barricas de roble francés y otros tantos de crianza en botella.
Su nariz nos entrega aromas de fruta negra, regaliz, ahumados y notas especiadas, mientras que en su boca destacan sus taninos pulidos, que suavizan la corpulencia de un vino intenso y largo con un posgusto un tanto licoroso.
Acabamos con Saiaz 2017, la auténtica sorpresa de la cata. Se trata de un monovarietal de Tempranillo con 12 meses de crianza en barricas de roble francés que nos ofrece un perfil de fruta negra y un paso por boca elegante, muy fino, con taninos dulces, sedosos, la acidez perfecta y la madera muy bien integrada. Sin duda, en este vino cuyo nombre homenajea al pueblo de Sajazarra sí encontramos ese paisaje que los responsables de Puente del Ea han pretendido embotellar.
Vino | Alcohol | Producción | Precio (75 cl) |
Puente del Ea Obar 2020 | 13,5 % | – | 12,75 euros |
Puente del Ea Coraz 2019 | 14 % | 14.666 botellas de 75 cl | 29,04 euros |
Puente del Ea Saiaz 2017 | 14,5 % | – | 12,10 euros |

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Puente del Ea Obar 2020, Coraz 2019 and Saiaz 2017: Three signature wines from Rioja Alta
The first thing that catches our attention about the wines from Puente del Ea is their very careful presentation, with thick Burgundian bottles dressed in impeccable labels and showy metal capsules. Their names are not easy to pronounce or remember, although they do have a meaning, a logic that arises in every detail of these wines that aim to convey “the nature, landscape and life of Sajazarra” into the glass.
We start with Obar 2020, a barrel-fermented Viura varietal whose name is a nod to the Obarenes mountains that are part of the area’s landscape. It’s aged in French oak barrels for six months, with batonages, and remains in the bottle for at least another half year before leaving the cellar.
This is a lemon yellow wine with golden sparkles. Its surprisingly floral nose makes us presume that there are other varieties besides Viura (Malvasia, perhaps). We also find aromas of stone fruit, butter and subtle toasted notes. On the palate it offers good acidity, length and intensity; It’s also very unctuous and is easy to drink.

Coraz 2019, on the other hand, is a wine from a single plot, located in the area known as Corazabe; hence its name. It’s a Tempranillo varietal from 60-year-old vines aged for 18 months in French oak barrels and another 18 months of aging in the bottle.
Its nose gives us aromas of black fruit, licorice, smoked and spicy notes, while in the palate its polished tannins stand out, softening the corpulence of an intense and long wine with a somewhat liqueur aftertaste.
We finish with Saiaz 2017, the real surprise of the tasting. It’s a Tempranillo varietal aged for 12 months in French oak barrels that offers us a profile of black fruit and an elegant, very fine mid palate, with sweet, silky tannins, perfect acidity and well-integrated wood. Undoubtedly, in this wine whose name honors the town of Sajazarra we do find that landscape that people from Puente del Ea have tried to bottle.