Se elabora en la región húngara de Tokaj, y es un monovarietal de uva Furmint… pero no es dulce. De hecho presume de ser el único vino de la zona cuyas uvas se recogen en su momento óptimo de maduración, sin pasificar y sin botrytis.
Oremus Mandolás 2017 Tokaji Furmint es la decimoséptima añada del primer tokaji seco, y debe su nombre al viñedo del que procede, de cuyas uvas se obtiene un mosto denso a partir de un prensado suave. La fermentación se hace en barricas de madera nuevas, con frecuentes batonages, y la crianza se lleva a cabo en las barricas típicas de 136 litros en las que también se elaboran los tokaji dulces.
De entrada, su color dorado pajizo llama la atención. Su nariz es intensa, con aromas a fruta de hueso, fósforo y unas destacadas notas minerales procedentes de su suelo volcánico… La boca es nuevamente generosa, hay mucha fruta, el amargor característico de la uva Furmint, un gran equilibrio general y un resto carbónico que nos dejó algo desconcertados.
Para los más puristas, Oremus Mandolás es un ataque a lo tradicional. Nosotros, sin embargo, creemos que en el mundo del vino no hay más regla que el respeto a la fruta, y eso se percibe a cada trago.
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It’s made in the Hungarian region of Tokaj, and is a single-varietal Furmint grape wine … but it’s not sweet. In fact, it claims to be the only wine in the area whose grapes are picked at their optimum ripeness, without pasification and without botrytis.
Oremus Mandolás 2017 Tokaji Furmint is the seventeenth vintage of the first dry tokaji. Its dense must is obtained from a soft pressing. The fermentation takes place in new wooden barrels, with frequent batonages, and the aging is carried out in the typical tokaji 136-liter barrels.
Its colour is golden straw. Its nose is intense, with aromas of stone fruit, phosphorus and mineral notes from its volcanic soil. The palate is again generous, there’s a lot of fruit, the typical bitterness of the Furmint grape, a great balance and a little carbonic.
For the purists, Oremus Mandolás is an attack on the traditional. We, however, believe that in the world of wine there’s no other rule than respect for fruit, and that is perceived at each sip.