No se nos ocurre un lugar mejor para una cata de vinos generosos que el Corral de la Morería, un local histórico de Madrid que cuenta con una carta de vinos que incluye un millar de referencias de vinos de Jerez. Precisamente aquí es donde la denominación de origen Rueda nos ha invitado a una cata de seis de sus vinos generosos, dirigida por Ana Lahiguera, brand ambassador de Rueda, y Santi Carrillo, el sumiller responsable de la impresionante bodega de este restaurante tablao madrileño.
¿Cómo son los vinos generosos de Rueda?
Aunque estuvieron al borde de la desaparición, los vinos generosos son los vinos históricos de la región de Rueda. Hay documentos de los Reyes Católicos que destacan el valor de los “vinos de Medina”. Sin embargo, pese a ser una tradición en la región, los vinos de licor, como se les conoce oficialmente en Rueda, estuvieron a punto de extinguirse. De hecho, fueron excluidos de la denominación durante un tiempo, y apenas cuatro o cinco bodegas de la zona continuaron elaborándolos.
Bajo la categoría de Vinos de Licor se distinguen dos tipos: los vinos pálidos y los dorados, ambos elaborados con Verdejo y/o Palomino. La Verdejo es la uva principal de la denominación de origen Rueda, mientras que la Palomino es una uva que está prohibido plantar en esta zona desde 1935, por lo que los viñedos de esta variedad en Rueda son escasos, muy antiguos y conducidos en vaso.
Los vinos pálidos tienen un volumen mínimo de alcohol del 15 %, y para alcanzar esta graduación pueden ser fortificados con alcohol vínico. Su crianza es bajo velo de flor, con un tiempo mínimo en madera de tres años, que ha de llevarse a cabo inmediatamente antes del embotellado.
Actualmente, solo la bodega De Alberto elabora un vino pálido en Rueda. De hecho, este tipo de vino estuvo excluido de la denominación de origen desde 2008 hasta 2017, cuando De Alberto logró que esta elaboración tradicional volviera a ser reconocida.
Los vinos dorados, al igual que los pálidos, deben alcanzar el 15 % de alcohol, pudiendo ser fortificados para lograrlo. Se crían de forma oxidativa durante al menos cuatro años, de los cuales los dos últimos deben ser en madera.

Catamos cinco vinos dorados y un pálido
Tras explorar la historia y el proceso de elaboración de los vinos generosos de la denominación de origen Rueda de la mano de Ana Lahiguera y Santi Carrillo, nos adentramos en la cata. Vamos a probar seis vinos de tres bodegas diferentes. Cinco de ellos están clasificados como vinos dorados y uno como vino pálido.
De Alberto Pálido
De Alberto es el único productor de Vinos Pálidos en la denominación de origen, y nunca ha dejado de elaborar este vino tradicional, aunque tuvo que hacerlo fuera de la denominación de origen desde 2008 hasta 2017.
Estamos ante un monovarietal de Verdejo que se cría bajo velo de flor durante un mínimo de tres años en botas de roble americano. Aunque el clima de la zona no es óptimo para la crianza biológica, la bodega logra mantener el velo de flor gracias a que esta se lleva a cabo en sus calados. La crianza de este vino pálido sigue el sistema de soleras y criaderas, por lo que hablamos de tiempos medios de crianza.
De Alberto Pálido presenta un color amarillo pajizo. En nariz, destacan las almendras y la fruta pasificada, con ligeras notas de levadura en segundo plano. En boca, tiene una entrada punzante y un final ligeramente sápido y amargo, con un trago bastante largo en el que sobresalen las almendras.
61 Dorado
Es el turno del primer vino dorado de la cata. Se trata de un coupage de Verdejo (75 %) y Palomino (25 %) Elaborado por la bodega Cuatro Rayas. La primera parte de la crianza es biológica, pero luego pierde el velo de flor para terminar con una crianza oxidativa. Todo el proceso tiene lugar en una solera de 160 botas de roble americano creada en 1950.
Este 61 se presenta en copa con un color amarillo cobrizo. En nariz encontramos fruta pasificada, orejones, manzana y frutos secos. En boca, destaca por su muy buena acidez, con un trago frutal y amplio, ligeramente untuoso, y un final amargo.
61 Dorado en Rama
Cambiamos de vino, pero no de bodega, ya que sigue siendo la cooperativa Cuatro Rayas la encargada de elaborar este 61 Dorado en Rama. En este caso, estamos ante un coupage de Verdejo y Palomino a partes iguales, que alcanza un 17 % de alcohol. El vino base de este dorado en rama se elabora en hormigón, y la crianza media es de cuatro años en botas de roble americano que forman una solera de la cual solo se realiza una saca al año. El vino se embotella sin filtrar ni clarificar.
Lo primero que observamos al coger nuestra copa de 61 Dorado en Rama es que es un vino más turbio que los anteriores. En nariz encontramos frutos secos, vainilla y uvas pasas. En boca, es un vino afilado, con muy buena acidez, con un trago untuoso, notas de fruta pasificada y un final ligeramente salino y amargo.

Carrasviñas Dorado
Es el turno del Carrasviñas Dorado, el vino generoso que elabora la bodega Félix Lorenzo Cachazo. Se trata de un coupage de Verdejo (70 %) y Palomino (30 %) que tiene una crianza a la intemperie en damajuanas de 16 litros durante unos 18 meses, lo que acelera la oxidación del vino, seguida de una crianza en madera de entre dos y tres años.
Estamos ante un vino que, en copa, presenta un color dorado claro. En nariz, predominan los frutos secos, como las avellanas, pero también encontramos un fondo amielado ligeramente floral. En boca, es un vino untuoso con un trago largo y complejo que nos deja encontrar frutos secos y notas de toffee.
De Alberto Dorado
Es el momento de catar el dorado que elabora la bodega De Alberto. Se trata de un monovarietal de Verdejo, encabezado hasta que alcanza un 17 % de alcohol y sometido a crianza oxidativa primero en 8.000 damajuanas de 16 litros durante entre 16 y 18 meses, y después en botas de roble americano durante un mínimo de dos años.
Estamos ante un vino de un color dorado viejo. En nariz, encontramos fruta pasificada, orejones y dátiles acompañados de frutos secos y piel de naranja. En boca, tiene una buena acidez en un trago con una entrada punzante que luego se ensancha y un postgusto muy largo, ligeramente amargo.
De Alberto Dorado Dulce
Acabamos la cata con el único vino dulce que vamos a probar, elaborado también por la bodega De Alberto. Se trata de un monovarietal de Verdejo al que se le para la fermentación cuando alcanza los 80 gramos de azúcar por litro y se encabeza hasta llegar al 17 % de alcohol. La crianza de este dorado dulce es oxidativa y se lleva a cabo primero en damajuanas y luego un mínimo de dos años en botas de roble americano.
Estamos ante un vino dulce, nada empalagoso, en el que encontramos frutos secos y fruta pasificada en nariz. Su trago tiene un buen volumen y compensa el dulzor con una muy buena acidez y un final ligeramente amargo.
Tras la cata nos despedimos de nuestros anfitriones pensando en que la Verdejo es el elemento diferenciador de los vinos generosos de Rueda; una variedad con un final amargo muy característico que está presente en casi todos los vinos que hemos probado. Son unos vinos tremendamente gastronómicos que hoy lucen su nuevo estatus oficial de vinos generosos para mostrar la cara más tradicional de la denominación de origen Rueda.

Vino | Alcohol | Producción | Precio |
De Alberto Pálido | 15 % | 400 botellas de 50 cl | 34-47 euros (50 cl) |
61 Dorado Verdejo y Palomino | 15 % | 2.000 botellas de 75 cl | 8,35-15 euros (75 cl) |
61 Dorado en Rama. Saca de noviembre de 2021 | 17 % | 700 botellas de 75 cl | 20 euros (75 cl) |
Carrasviñas Dorado | 15 % | 2.000 botellas de 75 cl. | 16-20 euros (75 cl) |
De Alberto Dorado | 17 % | 6.000 botellas de 50 cl | 27-30 euros (50 cl) |
De Alberto Dorado Dulce | 16 % | 1.200 botellas de 50 cl | 34 euros (50 cl) |