Cata de vinos dorados
Durante la octava edición del Salón de Vinos Radicales tuvo lugar una cata de vinos dorados en la que pudimos aprender las claves de estas peculiares elaboraciones. A través de seis vinos de tres bodegas de la D. O. Rueda, descubrimos la singular tradición, hoy casi desaparecida en la zona, de “oxidar” los vinos de forma acelerada.

Jerez, Montilla-Moriles, los fondillones e incluso los vins jaunes del Jura nos vienen a la mente cada vez que dejamos una copa para oler la siguiente, una y otra vez, cambiando el orden, tratando de crear algún recuerdo, de adiestrar la memoria del olfato, tan caprichosa a veces.

Estamos frente a un mantel de cata con seis pequeñas joyas, seis vinos dorados elaborados por tres bodegas de la D. O. Rueda, seis excepciones a los Verdejos más habituales que, según nos cuentan quienes entienden de esto, eran la norma más que la excepción hace no muchos años.

Santi Rivas, Federico Oldenburg y José Antonio Navarrete presentaron esta cata de vinos dorados en el Octavo Salón de Vinos Radicales.
Santi Rivas, Federico Oldenburg y José Antonio Navarrete presentaron esta cata de vinos dorados en el Octavo Salón de Vinos Radicales.

Para conocer estas joyas doradas contamos con la ayuda del escritor y experto en el mundo del vino Federico Oldenburg, del sumiller José Antonio Navarrete y del inclasificable Santi Rivas. Pero serán los propios responsables de las tres bodegas que participan en esta cata quienes nos quiten la venda de los ojos y nos ayuden a descifrar unos vinos tan fascinantes como desconocidos.

De Alberto Pálido

Comenzamos la cata por el único vino de la zona con crianza biológica, lo que le convierte en el único vino “pálido” amparado actualmente por la D. O. Rueda. Carmen San Martín, directora general de De Alberto, nos explica que, en 2008, el reglamento de la denominación de origen dejó fuera del marco de la D. O. este tipo de vinos, elaborados bajo velo de flor. Su bodega fue la única que se mantuvo haciéndolos (fuera del amparo de la D. O.), si bien en 2017 una modificación del reglamento volvía a amparar este tipo de vinos, por lo que en breve es posible que la oferta se amplíe.

Carmen San Martín, directora general de De Alberto.
Carmen San Martín, directora general de De Alberto, nos habla de sus vinos durante la cata.

Pero elaborar un vino bajo velo de flor en una zona con los contrastes térmicos de Rueda no resulta sencillo, y una de las características de De Alberto Pálido es que se cría, en botas, en una bodega subterránea, donde ha de permanecer tres años al menos para poder considerarse un vino “pálido”. Hablamos, eso sí, de un tiempo de crianza media, ya que De Alberto Pálido se elabora en un sistema de solera dinámica, en el que cada año se añade la misma cantidad de vino que se ha sacado previamente de la solera.

De hecho, Carmen nos comenta que decidieron seguir elaborando el vino porque querían conservar las botas. También explica que, aunque el vino con el que se “refrescan” las criaderas es, desde hace años, un monovarietal de Verdejo, De Alberto Pálido no es en rigor un monovarietal, ya que durante años se empleaba un coupage de Verdejo y Palomino Fino, y como la solera solo se vacía parcialmente, la “madre” de este vino contiene una mínima parte de ese Palomino.

Vino De Alberto Pálido.
Vino De Alberto Pálido.

Cuando catamos este vino de color amarillo pálido, encontramos una nariz que nos recuerda al fino o la manzanilla, con intensos aromas frutales. Su boca es suave, elegante, con un toque salino y muy buena acidez, sin la calidez de un típico fino jerezano pero con una nota alcohólica que nos sugiere fortificación donde no la hay.

61 Dorado Verdejo y Palomino

Con el primer vino que cataremos, elaborado por la bodega cooperativa Cuatro Rayas dejamos aparcada la crianza biológica, ya que este vino combina una parte de crianza biológica bajo velo de flor con otra parte de posterior crianza oxidativa. Roberto López, enólogo de la bodega, nos presenta este vino elaborado con Verdejo (70 % y Palomino (30 %) en una solera de 160 botas jerezanas que data de 1950. La cooperativa, nos cuenta Roberto, es anterior, concretamente de 1935, año en el que los socios pusieron en común el vino elaborado en sus propias bodegas. Tras catar las barricas, decidieron unánimemente que su favorita era la barrica 61.ª, y de ahí surgió el nombre de esta gama de vinos.

Vino 61 Dorado, de Bodegas Cuatro Rayas. Cata de Vinos dorados
Vino 61 Dorado, de Bodegas Cuatro Rayas.
Roberto López, enólogo de Cuatro Rayas.
Roberto López, enólogo de Cuatro Rayas.

El vino base se elabora en depósitos de hormigón y, tras realizar la saca correspondiente, se introduce en la solera. Hasta 2005 envejecían también el vino en damajuanas, pero actualmente solo emplean la solera dinámica.

Cuando nos llevamos a la nariz la copa de este vino de color dorado, nos sorprende un intenso aroma a manzana Golden fresca, mientras que en boca volvemos a encontrarnos con un vino que nos lleva al sur, aunque hay matices que nos descolocan, como su marcada acidez, complementada por un posgusto a frutos secos y ciertas notas de madera fresca.

Carrasviñas Dorado

El tercer vino de la cata proviene de la bodega Félix Lorenzo Cachazo (una de las fundadoras de la D. O. Rueda), de la que ya habíamos catado en alguna ocasión su espumoso de método tradicional Carrasviñas Brut. Ángela Lorenzo, que junto con su hermano Eduardo se encuentra al frente de esta gran bodega familiar, nos comenta que nunca han dejado de hacer este vino, y que de hecho lo están intentando potenciar. 

Vino Carrasviñas Dorado, de Félix Lorenzo Cachazo.
Vino Carrasviñas Dorado, de Félix Lorenzo Cachazo.
Ángela Lorenzo se encuentra al frente de la bodega Félix Lorenzo Cachazo.
Ángela Lorenzo se encuentra al frente de la bodega Félix Lorenzo Cachazo.

Para elaborarlo, se hace un ensamblaje de vinos de Verdejo (70 %) y Palomino (30 %) elaborados independientemente. El vino resultante se introduce en damajuanas de 16 litros que permanecen a la intemperie durante 18 meses. Posteriormente, se cría durante un mínimo de dos años en una solera formada por barricas de 300 litros.

Cuando lo catamos encontramos un vino de color ámbar, menos aromático que los anteriores, con notas de membrillo y un claro recuerdo a frutos secos. En boca ofrece una buena acidez, es sápido, levemente untuoso, largo, ligeramente amargo… Tiene un algo salvaje, una personalidad que nos encanta. Es uno de esos vinos que no identificamos exactamente con ningún estilo de vino generoso conocido, y eso le otorga un plus de personalidad.

Cata de vinos dorados

61 Dorado en Rama. Saca de noviembre de 2021

El segundo vino de Cuatro Rayas no es, como su nombre sugiere, una versión sin filtrar de su 61 Dorado Verdejo y Palomino, ya que no solamente proviene de una selección de 15 barricas de la solera de 1950 compuesta por 100 barricas con la que se elabora el 61 Dorado catado anteriormente, sino que además hay notables diferencias en su elaboración. De entrada, el vino que se agrega a las barricas seleccionadas de la solera proviene de cepas centenarias de Palomino, se encabeza al 17 % con alcohol vínico, se introduce en damajuanas, donde hace una crianza oxidativa, y posteriormente pasa a las barricas, en las cuales se mezcla con el vino de la solera, de forma que el vino de la saca será una mezcla de aproximadamente un 50 % de Palomino y un 50 % de Verdejo. En estas botas la crianza será exclusivamente oxidativa, debido al mayor porcentaje de alcohol del vino introducido en la solera, en cuyas barricas el líquido solamente ocupa cinco sextas partes. 

Vino 61 Dorado en Rama, de Bodegas Cuatro Rayas. Cata de Vinos dorados
Vino 61 Dorado en Rama, de Bodegas Cuatro Rayas.

En la copa muestra un precioso color dorado con cierta turbidez. Su nariz es compleja e intensa, con una nota cítrica, miel y frutos secos. Y su boca nos lleva claramente a un amontillado, uno especialmente sedoso y elegante, con un sorprendente toque de acidez que le aporta una gran vivacidad. Es claramente más intenso, más directo, más afilado, más emocionante que su hermano 61 “normal”.

De Alberto Dorado

Los dos últimos vinos de la cata son de la bodega De Alberto, la que abrió el fuego con ese vino pálido que se encuentra en vías de extinción. Pero ahora no estamos ante un pálido, sino ante un dorado. Carmen San Martín nos explica que fue su tío abuelo quien introdujo en la zona la elaboración en damajuanas tras verlas en un viaje que hizo a Francia. Tras experimentar con ellas, vieron que se acortaban los tiempos de envejecimiento.

Vino De Alberto Dorado.
Vino De Alberto Dorado.

En este caso, el vino es un monovarietal de Verdejo elaborado de manera convencional que posteriormente se encabeza hasta que alcanza el 17 % de alcohol y se somete a una crianza oxidativa en las damajuanas de cristal, al sol. Un año después, el vino se introduce en las botas de 600 litros de una solera de 1941, donde descansa al menos otro par de años.

Cuando lo probamos encontramos una nariz en la que destacan los aromas a frutos secos y cáscara de naranja. En boca es un vino muy largo, de buen volumen, redondo, delicioso…

De Alberto Dorado Dulce

Nada mejor para cerrar la cata que una versión dulce de los vinos dorados, elaborada, según nos reconoce Carmen San Martín, a partir de un error. Y es que el primer dorado dulce se elaboró partiendo de un vino al que se le había detenido la fermentación de forma accidental. Hoy, obviamente, esta elaboración tiene poco de casual, y la fermentación se detiene por frío, de forma intencionada, cuando se alcanzan aproximadamente los 70 gramos de azúcar residual por litro.

Vino De Alberto Dorado Dulce.
Vino De Alberto Dorado Dulce.

Al catarlo nos sorprende, ya que no es un vino excesivamente dulce. En su nariz nos llaman la atención sus aromas a cáscara de naranja, junto a los más habituales propios de la fruta. En boca es muy glicérico pero nada pesado, nada empalagoso, con un dulzor muy bien equilibrado por su buena acidez.

Tras acabar de catar este vino, volvemos a revisar las copas de sus compañeros una y otra vez, jugando a comparar, a encontrar matices que no hemos percibido anteriormente, a memorizar, a rebuscar en el cajón de los descriptores olvidados aquellos que definan los aromas de estos vinos viejos que para nosotros son una auténtica revelación, estos vinos únicos que nos recuerdan a Jerez, a Montilla-Moriles, a los fondillones e incluso a los vins jaunes del Jura; estas seis excepciones a los Verdejos más habituales que, según nos cuentan quienes entienden de esto, eran la norma más que la excepción hace no tantos años.  

Cata de vinos dorados de Rueda.

Los vinos dorados de la cata

VinoAlcoholProducciónPrecio
De Alberto Pálido15 %400 botellas de 50 cl34-47 euros (50 cl)
61 Dorado Verdejo y Palomino15 %2.000 botellas de 75 cl8,35-15 euros (75 cl)
Carrasviñas Dorado15 %2.000 botellas de 75 cl.16-20 euros (75 cl)
61 Dorado en Rama. Saca de noviembre de 202117 %700 botellas de 75 cl20 euros (75 cl)
De Alberto Dorado17 %6.000 botellas de 50 cl27-30 euros (50 cl)
De Alberto Dorado Dulce16 %1.200 botellas de 50 cl34 euros (50 cl)
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