Ya os hemos hablado de Finca Vistahermosa, de sus 161 hectáreas de viñedo, de David y de Clara, de sus garnachas viejas, de los vinos Conversa… Pero algo ha cambiado desde que hace unos meses les visitamos por primera vez, y es que ahora, por fin, hay una bodega de elaboración en medio de la finca.
En realidad, la venta de la uva continúa siendo la principal actividad de David y de Clara. Y este año no ha sido especialmente fácil, con fuertes granizadas a mediados de julio que no solo diezmaron la producción de uva, sino que pusieron en peligro la maduración por el gran daño que causaron sobre la superficie foliar de algunas de las plantas. En Finca Vistahermosa, de hecho, han tomado la determinación de no pactar por kilos la venta de la uva, sino por superficie.
Pero aunque los problemas no han sido pequeños, las satisfacciones han sido superiores a los contratiempos; y es que en el otoño de 2019, la nueva bodega ha estado preparada justo a tiempo para la vendimia.
La bodega de Finca Vistahermosa
Se trata de una nave que cuenta con dos zonas. Su tamaño es claramente superior al que necesitan en la actualidad, pero es mejor así, ya que el proyecto de los vinos Conversa no ha hecho más que empezar. De hecho, es posible que esta añada 2019 se lance incluso bajo una marca nueva.
Las paredes son verdes. La idea es reflejar el color del viñedo, reduciendo el contraste que supone entrar en una nave ubicada en medio de una finca como Vistahermosa, que combina el viñedo con el bosque. En la primera sala, encontramos depósitos de acero inoxidable con camisas de frío y un pequeño foudre de la firma italiana Garbellotto. En la segunda, los vinos son criados en barricas, tanto bordelesas como de medio hectolitro, de toneleros como Saury o Berthomieu.
Clara nos invita a catar sus criaturas y, por supuesto, no decimos que no. Comenzamos por un coupage de Garnacha Blanca y Sauvignon Blanc, que inicia la fermentación en foudre y la acaba en barrica. Nos llaman la atención su trago largo y sus marcados aromas a fruta de hueso. Promete intensidad, complejidad y guarda. A continuación probamos dos monovarietales de su viñedo de garnacha vieja, diferenciados por su crianza en barricas de distinto volumen. Aunque ya conocemos el vino embotellado de añadas anteriores, nos vuelve a sorprender por su frescura y por la diferencia tánica que, sobre el mismo vino, produce la distinta exposición a la madera y a la micro-oxigenación.
Antes de dejar la finca, echamos un vistazo a la Viña del Manzano, una nueva parcela de garnacha cuyos injertos se plantaron a finales de abril, “ayudamos” a Clara y a David a coger unos níscalos y nos ponemos un poco al día del mercado de fichajes de enólogos de las grandes bodegas de Rioja, que por lo que parece está que arde.
Y lo mejor de todo es que hay una constante siempre que visitamos Finca Vistahermosa: nada más marcharnos, ya estamos pensando en cuándo volveremos a Rioja, qué bodegas queremos visitar y cuál será la excusa para volver a ver a Clara y a David.