Thygue Benned Jensen, “Chus”, nos da a catar sus vinos de la vendimia 2021.
Tras la vendimia de 2019, visitamos la bodega Frontio y a su alma mater, Thyge Benned Jensen, rebautizado “Chus”, en Arribes. Con la excusa de conocer su nueva bodega, hemos regresado dos años y medio después a Fermoselle (Zamora), donde hemos podido comprobar la línea ascendente seguida por sus nuevas elaboraciones.

Corneo, Bicholú, Deldoma, Puesta en Chus, Follaco… no son, desde luego, los nombres más convencionales para un vino. Pero eso en realidad importa poco cuando te llevas la copa primero a la nariz y después a la boca. Ahí las etiquetas y los nombres ya no tienen valor. En ese instante mágico ya no hay trucos que valgan. Das el primer sorbo y tus ojos se abren como platos. Bienvenido al mundo de la autenticidad más pura. Bienvenido al mundo de la uva Juan García, de la Bruñal, de la Rufete, de la Doña Blanca y de la Puesta en Cruz. Bienvenido al mundo de las cepas viejas, la tierra pobre y los suelos de granito, al mundo de los nuevos elaboradores de la D. O. Arribes. Bienvenido al mundo de Thyge Benned Jensen o, como se le conoce por aquí: bienvenido al mundo de Chus.

Bodega Frontio en Arribes, entrada de la bodega
En el exterior, solo un pequeño cartel y la placa de la Ruta del Vino de Arribes dan una pista sobre dónde nos encontramos.
Bodega Frontio en Arribes, interior de la sala de elaboración
El interior de la sala de elaboración de la nueva bodega Frontio ya es funcional pero está aún pendiente de recibir algunos remates.

La nueva bodega Frontio

Chus nos recibe con ropa de trabajo y, cómo no, con su eterna sonrisa, con esa imagen mezcla de vikingo bravo y gigante bonachón. Le sorprendemos trabajando en la obra de su nueva bodega que es a la vez vivienda familiar… o lo será algún día, porque aunque la estructura y las instalaciones básicas están ya terminadas, hay aún trabajo por hacer hasta que esta moderna construcción con vistas al río Duero que toma como base una vieja destilería sea aún un hogar habitable.

Barricas en la bodega Frontio en Arribes
Una gran sala de crianza tabicada por muros de hormigón se esconde bajo la futura vivienda de Chus y su familia en Fermoselle.
Detalle de una barrica de gran formato en la bodega Frontio, en Arribes.
Detalle de una barrica de gran formato en la sala de crianza de la nueva bodega Frontio.

Pero más allá del progreso de las obras, la verdad es que Chus necesitaba un espacio claramente mayor que el de la bodega cueva donde elaboraba y criaba sus vinos en el corazón de Fermoselle cuando le visitamos con anterioridad, más teniendo en cuenta que el proyecto crece, que está plantando cepas y que, aparte de sus siete hectáreas de viñedo propio, compra algo de uva a viticultores de la zona. Con todo ello, en la actualidad elabora entre 10.000 y 11.000 litros por cosecha, que no parece mucho pero que sí requiere un buen espacio, ya que todos sus vinos son, en realidad, micro-vinificaciones que, además de emplear abundantes depósitos de pequeño formato, barricas abiertas, siempre-llenos y lagares sintéticos, necesita también un número importante de barricas, ya que la práctica totalidad de los vinos de Chus pasa algunos meses descansando en madera.

Bodega Frontio en Arribes. Thygue Benned Jensen, “Chus”
Thygue Benned Jensen, “Chus”, nos da a catar sus vinos de la vendimia 2021.

–Casi todos los vinos los elaboro igual: fermentaciones con racimos sin despalillar, sin equipo de frío, con levaduras autóctonas, con un prensado suave en la prensa neumática para después pasar el vino a la barrica –nos comenta Chus, si bien esta simplificada explicación no recoge algunas de las claves del estilo fresco, mineral y auténtico de los vinos de Bodega Frontio. En primer lugar, la mayor parte de la uva procede de viñedo viejo, de variedades autóctonas y cultivo ecológico. Además, su vendimia es inusualmente temprana (y, por supuesto, manual) en una zona en la que la sobremaduración es bastante habitual entre los viticultores más tradicionales, como con frecuencia ocurre en los lugares donde es habitual que los pequeños productores vendan la uva a la cooperativa.

–Hemos conseguido cambiar el pliego de condiciones de la Denominación de Origen para bajar el porcentaje mínimo de alcohol de los vinos, y hemos creado una asociación junto con algunos otros productores de la zona con los que compartimos la misma filosofía de trabajo –nos comenta Chus. Esta asociación, demoninada Arribaes, la componen, además de Frontio, El Hato y el Garabato y los portugueses Arribas Wine Company y Picotes Wines, aunque esta es una historia de la que ya hablaremos con más calma –y a ser posible con algunos vinos que la ilustren– algo más adelante.

Barricas en la bodega Frontio en Arribes
Sala de barricas de la nueva bodega Frontio.

La bodega consta, básicamente, de dos amplios espacios: una sala de crianza subterránea compartimentada con muros de hormigón y, ya a la altura de la calle, una nave diáfana con tejado de madera a dos aguas destinado a ser la zona de elaboración. La planta inferior es completamente nueva, y sus muros son la cimentación de la vivienda, que se ubica encima, mientras la nave de elaboración ocupa el lugar de la antigua destilería, y cuenta con un gran portón para acceder cómodamente desde la calle, que es también la carretera CL-527 que lleva a Portugal. Por supuesto, no falta una instalación de placas solares con la que se pretende contribuir a que la bodega sea energéticamente sostenible.

Cata de barricas vinos de Frontio

Después de conocer “el recipiente”, es hora de conocer lo que se cuece dentro. Casi excusándose, Chus nos comenta que la vendimia de 2021 fue un tanto complicada en Arribes, ya que a partir del 14 de septiembre llovió bastante. Afortunadamente, él había empezado la vendimia el 31 de agosto, por lo que le afectó bastante menos que a otros productores.

Bodega Frontio en Arribes. Cata en la bodega

Comenzamos en la zona de abajo, entre muros de hormigón, restos de obra, barricas de roble a dos alturas, algunos siempre-llenos, un par de foudres de Grenier, una esfera de barro y unos cuantos jaulones botelleros. Chus nos reparte copas y nos da a catar una barrica de Juan García con un 20 % de Doña Blanca, un coupage de parcela que simplemente nos parece brutal y nos hace encontrar rápidamente un estilo más fino del que conocimos tras la vendimia de 2019, un estilo que va a ir confirmándose en los siguientes vinos que catemos… Pero no adelantemos acontecimientos.

La segunda barrica es nuevamente un varietal de Juan García de la vendimia de 2021. Se trata en este caso de la primera uva que llegó a la bodega, y se ha criado en una barrica de segundo uso. Es un vino fantástico, con más tanino, con mayor estructura.

Foudres, pequeños depósitos de acero inoxidable y siempre-llenos en la bodega Frontio en Arribes
Foudres, pequeños depósitos de acero inoxidable y siempre-llenos en la bodega Frontio en Arribes.

Nuestro curso intensivo sobre la Juan García continúa con una tercera barrica de una parcela más productiva, un vino en el que curiosamente no encontramos menos intensidad, como cabría esperar, sino una fruta claramente más madura; un perfil diferente pero muy adictivo; uno de esos vinos a los que es imposible dar un solo trago.

Chus nos comenta que no hay una receta rígida para la crianza. Tras la fermentación, casi todos los vinos pasan a barricas con sus lías finas, y permanecen allí el tiempo necesario, aunque lo habitual es que se embotellen con un máximo de diez meses de crianza, justo antes de que comience la siguiente vendimia. Durante este tiempo, solo se realizan trasiegos si es necesario.

El “curso acelerado de Juan García” sigue con una muestra de la misma viña criada en una barrica de 500 litros. Chus está probando con formatos de madera más grandes (en su anterior bodega era casi imposible trabajar con barricas de 500 litros), y en este caso el vino se presenta más herbal, menos goloso, dándonos la oportunidad de comprobar cómo la elección de formatos para la crianza puede condicionar de forma clara el perfil de un vino.

En la quinta barrica que catamos comprobamos cómo la Juan García vendimiada después de la lluvia ofrece un perfil algo más ligero. No obstante, sigue siendo un buen vino, y puede ser interesante para aportar esa ligereza a un ensamblaje.

Uno de los próximos objetivos de Chus es completar una gama de vinos en la que haya un monovarietal de cada una de las uvas características de Arribes.

A continuación cambiamos de tercio con la sexta barrica, un varietal de Rufete que se convertirá en el futuro Bicholú 2021. Nos encanta su nariz floral, que nos sugiere violetas y lavanda, una nariz seguida de una boca fresca pero sorprendentemente estructurada, sensaciones que se reproducen en la siguiente muestra; mismo contenido pero diferente contenedor: una barrica de nada menos que diez usos que nos ofrece un vino realmente impecable. Creo que va a haber que ir encargando un palé de esto.

Bodega Frontio en Arribes. Cata en la bodega

Pero, como ya hemos visto, en la nueva bodega Frontio no hay solo barricas, sino también foudres e incluso una tinaja esférica italiana, que se encuentra criando un vino de Juan García de suelos arenosos cuya nariz es frutal y floral, mientras su boca resulta especialmente fina. 

Acabamos el asalto a la sala de crianza con un Tempranillo especialmente fresco, con un perfil de fruta roja y agradables notas minerales, seguido de una deliciosa, fresca y nuevamente floral Garnacha.

Cata de botellas de Frontio

Para nuestra sorpresa, la cata continúa ya en la parte de arriba con algunas botellas. La primera, aún sin etiqueta, es Puesta en Chus 2021, un monovarietal de uva Puesta en Cruz en la que los racimos enteros fermentan y maceran durante 12 días, sin mojarse el sombrero, para posteriormente criar el vino resultante en barricas durante seis meses. Es, desde luego, un vino blanco (o casi naranja) con una enorme personalidad.

Bodega Frontio en Arribes, vino Puesta en Chus 2021
Puesta en Chus 2021.

Puesta en Cruz debe su nombre a la forma del racimo de esta variedad, que en Portugal se conoce como Rabigato (rabo de gato). El monovarietal de esta uva elaborado por Chus fue bautizado como Puesta en Chus Chus por Fred Machado, amigo de Chus y enólogo de Arribas Wine Company, bodega portuguesa de la vecina localidad de Bemposta.

A continuación cataremos el Rocoso 2021, que ha sido embotellado, según nos cuenta Chus, hace únicamente dos semanas. Aunque necesitará aún algún tiempo para amalgamarse, este varietal de Juan García tiene prácticamente todo lo que busca un amante del vino: fruta, suelo, clima, pero, sobre todo, autenticidad.

Ya con etiqueta, Corneo 2020 es toda una sorpresa, y un vino del que nos enamoramos irremediablemente. Se trata de un rosado monovarietal de Juan García del que solamente se ha elaborado una barrica de 500 litros, donde el vino fermentó y se crió durante 10 meses. “De la prensa a la barrica” –como dice Chus–. “No hay más”… ni menos.

Bodega Frontio en Arribes. Rocoso 2021.
Rocoso 2021.
Bodega Frontio en Arribes. Vino Corneo 2020
Corneo 2020.

Bébeme 2020, la siguiente botella, no es solamente el vino con el nombre más atractivo de toda la bodega, sino que es probablemente el vino más elegante y fino de la cata. Estamos ante un monovarietal de Juan García procedente de parcelas de suelos arenosos con un marcado carácter mineral y floral. Si ves una botella de este vino, no dudes en hacer lo que sea necesario para llevártela.

Bicholú 2020 es una de las novedades de la bodega, un monovarietal de Juan García procedente de suelos arcillosos. En su primera añada se han elaborado 992 botellas. Nosotros no hemos podido resistirnos a adoptar alguna.

Bodega Frontio en Arribes. Vino Bébeme 2020.
Bébeme 2020.
Bodega Frontio en Arribes. Vino Bicholú 2020.
Bicholú 2020.
Bodega Frontio en Arribes. Vino Deldoma 2018
Deldoma 2018.

Y acabamos la cata con un blanco formidablemente estructurado, uno de esos vinos capaces de ponerte la carne de gallina con solamente acercarte la nariz a la copa. Deldoma 2018 te lleva a ras de suelo, a ese suelo de Arribes en el que en realidad parece que no hay suelo, sino una veta gigante de granito que aflora con caóticas curvas para regresar a las entrañas y volver a emerger a unos metros de allí. Deldoma huele a fósforo, a miel de brezo, a perales silvestres, a quejigos, enebros y madroños. Deldoma huele a Arribes, a un lugar diferente en el que el tiempo no se mide con el mismo reloj que en el resto del mundo, en el que la tierra no es tierra sino piedra que en ocasiones se convierte en arena, en el que el sol se pone por el Duero, en el que las uvas tienen nombres extraños, y en el que Chus elabora sus Corneo, Bicholú, Deldoma, Puesta en Chus, Follaco… vinos cuyos nombres no son, desde luego, los más convencionales. Pero eso en realidad importa poco cuando te llevas la copa primero a la nariz y después a la boca. 

Bodega Frontio en Arribes, detalle de la sala de crianza.
El muro de hormigón se convierte en una improvisada pizarra donde los vinos de la vendimia de 2021 van tomando forma.
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