Villafranca del Bierzo, 20 y 21 de septiembre de 2019. Este año todo es diferente al tiempo que es el igual; el Sarmiento de Schrödinger. Es igual porque vamos a reunirnos con amigos a los que vemos solo en estas ocasiones, porque reiremos, cantaremos, beberemos juntos, aprenderemos y sabremos lo que es sentirnos vivos. Es diferente porque va a llovernos, porque no marcharemos hacia la cabaña de los pinos, no echaremos la siesta entre viñedos y porque al despedirnos nos daremos cuenta de que no habrá más ediciones del Evento Sarmiento.
El Sarmiento de Schrödinger, el Sarmiento agridulce, el último Sarmiento… llámalo como quieras. El nuestro, como siempre, comienza el viernes al bajar del coche, descargar las maletas y respirar un aire fresco, mineral y limpio. ¿Ya nos vamos de vinos?
Nuestro Sarmiento comienza con patatas bravas, cecina y calamares, visitando el Ultreia, el Casino y Mi Tienda, bebiéndonos godellos, cervezas y algún que otro Mencía. El viejo Torreón de Villafranca nos vuelve a recibir, un año más. Lámparas de papel con luz de velas, un suelo traicionero, listas interminables y pulseras brillantes, joyas efímeras, catas improvisadas de amigos generosos que reparten vino; todo es igual y todo es diferente.
Y de repente suena Bieloprussia. La plaza del Campairo vibra con acordes melancólicos. Mañana volverá a ser un lugar de paso entre dos calles que conserva los restos de San Nicolás, de la primera iglesia que hubo en el que un día fuera epicentro del Bierzo.
Evento Sarmiento X: Segundo asalto
El sábado despierta con alguna resaca, como está mandado. Nada dramático; hemos venido a esto y mucho más, a desayunar tranquilamente con vistas al castillo, a re-desayunar en la plaza mayor y a peregrinar entre viñedos camino a Valdetruchas mientras los verdaderos peregrinos se cruzan con nosotros sin entender por qué deambulamos en sentido opuesto.
En Valdetruchas, la finca de los Luna Beberide, encontraremos ese parque temático del vino y de la música que ha hecho grande al Evento, que lo ha mitificado, que ha acabado matándolo de éxito. Disfrutaremos maridando música con los Vinos Sonoros, nos reiremos con los Cantaninos y viajaremos a bordo de unas copas en las mesas de cata. Este año no oiremos el monólogo de Santi Rivas, y tampoco le haremos mucho caso a los Palavrinos, al concierto de Ricardo Lezón ni al de las estrellas Nada Surf. En su defecto pasaremos la tarde bromeando con amigos debajo de una carpa a la luz de dos velas “prestadas” rebajando con cerveza y con sidra los vinos que llevamos en el cuerpo y devorando los mini-bocadillos de la última hora antes de emprender el camino de vuelta a Villafranca a la luz de los móviles.
Pero… qué demonios. Por qué estamos tratando de resumirlo todo si tenemos aquí nuestro libro de fotos. Venid, poneos cómodos, e id pasando páginas mientras os lo contamos…
Fotos del Evento Sarmiento X
Nuestro Evento comienza en Mi Tienda, en la calle Jesús Adrán, donde Charo nos tenía preparada una cata berciana muy especial, con Pago de Valdoneje Godello 2018 para abrir boca, Hombros Mencía 2015 a continuación, Tilenus La Florida 2011 y el parcelario A Merced Mencía Valdeviñas 2015. Ya tenemos combustible para ir a acreditarnos al Torreón de la calle del Agua…
… donde, como cada año, los asistentes recogemos las pulseras. Antiguamente también se podía disfrutar de un concierto en su bodega, maridado con un vino ecológico de Pérez Caramés…
… pero desde hace varios años, el concierto del viernes es abierto al público; un detalle de la organización del Evento Sarmiento con el pueblo de Villafranca del Bierzo que más de uno va a echar de menos. En esta ocasión Bieloprussia fue el grupo elegido, una banda muy vinculada con este evento cuya actuación suponía, de alguna manera, cerrar un círculo que se abrió hace diez años…
… diez años que han pasado muy deprisa. Ya es sábado. Estamos en Valdetruchas y empezamos las Ludocatas. Los Vinos Sonoros son una forma divertida de acercarse al vino, maridando una etiqueta con una canción que puede escucharse por los auriculares que se encuentran junto a la botella. Para qué mentir; no nos los ponemos. Komokabras Lías 2017 fue el primer vino que catamos el sábado. Lo descubrimos el año pasado, junto a su autor, José Crusat. Desde entonces, este vino es un fijo para nosotros…
… Y mientras nos dirigíamos a las mesas de cata, nos encontramos con un vino muy interesante. Quinta Milú 2018 es un Ribera del Duero original, fiel a la uva y al terruño, Este era el vino seleccionado para maridar el monólogo de Santi Rivas, el chico ese con gafas que se hace llamar Colectivo Decantado, pero en esta ocasión nos bebimos el vino sin verle actuar…
… porque preferimos pasamos buena parte de la mañana en las mesas de cata. Comenzamos con Mundo Zeppelling Palomino de Pueblo 2017, uno de los mejores vinos blancos que se producen en El Bierzo. Al no ser un varietal de Godello, se encuentra fuera de la Denominación de Origen, aunque cada vez son más los productores bercianos que se atreven a vinificar varietales de Palomino, habitual en las parcelas de esta comarca por su alta productividad y buena adaptación al clima y al suelo. Fermenta en ánfora bajo velo de flor, como los vinos del Sur, y el resultado es realmente espectacular…
… más original, probablemente, que el segundo vino de la mesa: En el Camino (Acercándonos) Tinto de Mencía 2017, también conocido como Plop! Es el vino más joven del proyecto berciano de Michelini i Mufatto. Recién abierto tiene cierta tendencia a estar reducido, pero cuando se oxigena aparece una Mencía fresca con mucha personalidad…
… una Mencía que es además el proyecto personal de Manu Michelini, a quien conocimos en nuestra última visita a la bodega. Y en esta ocasión a quien conocimos fue a Gerardo Michelini, su padre y uno de los responsables de este fascinante proyecto que une El Bierzo con el Valle de Uco. Dos días más tarde tendríamos ocasión de conocer también a Andrea Mufatto, pero de eso ya hablaremos pronto más detalladamente…
… porque ahora toca cambiar de mesa. La mesa de Germán R. Blanco era nuestro siguiente objetivo. No hay que dejarse influir por los tapones de material plástico. Todos sus vinos merecen, como mínimo, una prueba…
… y conocer a Germán en persona fue toda una experiencia. Es pura energía; rebosa vitalidad y ese buen rollo que está omnipresente en el Sarmiento. Germán es un productor asturiano con proyectos en varias regiones, incluido El Bierzo, donde elabora vinos de parcelas de montaña en una pequeña bodega ubicada en Albares de la Ribera…
… de donde es precisamente uno de los vinos que catamos: Valle del Río 2017, un parcelario elaborado mayoritariamente con Garnacha Tintorera en cuyo ensamblaje encontramos también uvas blancas Palomino Fino y Godello…
… un vino realmente especial que rinde homenaje a la uva, al suelo en el que se cultiva, a las técnicas ancestrales de la viticultura de la zona y al legado familiar, ya que el nombre de la bodega, Casa Aurora, hace honor a la bisabuela de Germán. Los vinos diferentes y el máximo respeto por la fruta siempre han sido nuestra debilidad …
… y tanto ese factor diferenciador como ese respeto por la materia prima lo encontramos también en Gramona. Antoni Pérez nos explica las singularidades de uno de los elaboradores del Penedés que ha optado por la calidad por encima de la cantidad en la elaboración de espumosos por el método tradicional y que destaca por su agricultura biodinámica y la larga crianza de sus espumosos…
… una crianza que en el caso de Gramona Imperial Brut 2014 llega a los 60 meses y en el de Gramona III Lustros 2012 supera los 70 meses. Gramona es una de las nueve bodegas que ha decidido elaborar sus espumosos bajo la marca Corpinnat, separándose de la D. O. Cava…
… y es que las denominaciones de origen, tan importantes para garantizar la identidad de los productos que amparan, no siempre velan por los intereses de quienes buscan la calidad. Rueda es un perfecto ejemplo, con vinos como Cucú (Cantaba la Rana) Verdejo 2018 y Barco del Corneta Verdejo 2017 fuera de la D. O. Ambos son vinos elaborados con levaduras autóctonas y con el máximo respeto por la fruta como prioridad. El primero es un blanco fresco y sabroso de viñedos jóvenes…
… mientras que Barco del Corneta es mucho más complejo, mineral, y procede de un viñedo viejo de plantas ancestrales muy diferentes a los clones de Verdejo comerciales a los que estamos acostumbrados. El proyecto es un mano a mano entre Beatriz Herranz y Félix Crespo…
… quien dirigió la cata de sus vinos y nos contó que el proyecto cuenta ya incluso con bodega propia, una bodega que visitaremos y de la que prometemos contar todos sus secretos. Félix nos explicó la filosofía de su trabajo y quedamos enamorados de su humildad, su conocimiento y, por supuesto, de la calidad de sus vinos…
… unos vinos que fueron los últimos que nos dio tiempo a probar en las mesas de cata, de donde prácticamente tuvieron que despegarnos con agua caliente. De allí pasamos, cómo no, a los Cantaninos, probablemente el momento más divertido en todas las ediciones del Sarmiento. La mecánica es sencilla: los espectadores beben un vino, y dos artistas (artistazos, más bien) compiten por interpretar la canción que más cuadre con el vino. Pedro Zazua presenta el combate musical y dirige las deliberaciones del público…
… que decidirá si la canción elegida e interpretada por Pablo Moro o por su contendiente es la ganadora. Pablo jugará siempre la baza de cerrar con un tema de Bruce Sprinsteen para adular a nuestro anfitrión en Valdetruchas…
… Alejandro Luna, quien también es tradición que suba al escenario (cerveza en mano, todo hay que decirlo) a presentar uno de los vinos que deberán ser maridados musicalmente por los dos intérpretes…
… un vino que en esta ocasión era realmente especial, ya que se trataba de La Renacuaja, un blanco dulce de uvas Petit Manseng y Moscatel de vendimia tardía elaborado en homenaje a su primera hija…
… Pero ni Bruce Springsteen fue suficiente para anular el momento estelar de los Cantaninos, que no fue otro que el de Igor Paskual metiéndose en el bolsillo al respetable con Como yo te amo, la canción del maestro Manuel Alejandro popularizada por Rocío Jurado y Raphael a principios de los años 80; droga dura…
… después de la cual vendría toda una tarde de reposo, esta vez sin siesta en la colina de la cabaña de los pinos, pero con nuevas catas de las botellas supervivientes y tertulias bajo una carpa enmarcadas por un prematuro atardecer. A unos pocos metros, en otra carpa, la música en directo congregaba a la masa mientras nosotros preferíamos disfrutar de la calma de nuestro particular Evento Sarmiento, del Sarmiento de Schrödinger, del último Sarmiento.
