De los casi 70 majuelos que forman el viñedo de Ermita del Conde, 19 corresponden al Paraje de San Roque. Hablamos de viñedos plantados hace más de 100 años en una ladera orientada al sureste que supera los 1.000 metros sobre el nivel del mar, un mar que está muy lejos, ya que nos encontramos en Coruña del Conde, a mitad de camino entre la burgalesa Aranda de Duero y la soriana San Leonardo de Yagüe.
Ermita del Conde Paraje de San Roque 2016 es un varietal de Tempranillo (75 %) con un aporte de Albillo (20 %) y Bobal (5 %), uvas todas ellas procedentes de esas cepas muy viejas cuyas raíces atraviesan los suelos arcillosos ferrosos donde están plantadas hasta llegar a la roca caliza que se encuentra debajo. Vendimiadas a mano, las uvas, tras una breve maceración en frío, se someten a selección en mesa. Casi sin estrujar, se encuban en depósito de hormigón, donde la fermentación arranca con las levaduras de las propias uvas. El mosto permanece 21 días en contacto directo con las pieles pero sin remontados y, después del prensado, hace la maloláctica nuevamente en depósito de hormigón antes de trasegarse a un foudre de roble francés de 2.500 litros y tres años de edad en el que permanecerá nada menos que 24 meses, los seis primeros con trabajo de lías.

En la copa encontramos un precioso vino de color picota con un marcado halo traslúcido; no hay que olvidar que una quinta parte procede de uvas blancas. Su nariz, en principio, es algo tímida, con fruta negra y toques de pimienta negra acompañados de unas notas lácteas muy sutiles. Pero curiosamente, toda esa discreción de la fase olfativa contrasta con una boca mucho más generosa, impecable, de abundante acidez. Estamos ante un vino tremendamente fresco que presenta un tanino algo secante, con un paso por boca más bien largo, muy uniforme, agradables toques de caramelo, regaliz y un retronasal claramente frutal. Es, en resumen, un bueno vino que promete crecer aún en la botella.

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Nineteen of the almost 70 little plots that make up the Ermita del Conde vineyard are located in the Paraje de San Roque. We are talking about vineyards planted more than 100 years ago on a southeast-facing slope that exceeds 1,000 meters above sea level, a sea that is far away, since we are in Coruña del Conde, halfway between Aranda de Duero (Burgos) and San Leonardo de Yagüe (Soria).
Ermita del Conde Paraje de San Roque 2016 is a Tempranillo varietal (75%) with some Albillo (20%) and Bobal (5%), all of them from those very old vines whose roots go down through the ferrous clay soils where they are planted to reach the limestone rock below. The grapes are hand harvested, and after a brief cold maceration, are selected at the selection table. Almost without squeezing, they are racked to a concrete tank, where fermentation starts with the native yeasts. The must remains in direct contact with the skins for 21 days but without pumping over and, after pressing, it undergoes the malolactic conversion in a concrete tank before being transferred to a 2,500-liter three-year-old French oak foudre in which it will age for 24 months, the first six with lees work.
In the glass we find a beautiful cherry-colored wine with a clear translucent halo – don’t forget that a fifth part comes from white grapes. Its nose, at first, is somehow shy, with black fruit and hints of black pepper accompanied by very subtle milky notes. But surprisingly, all that discretion in the olfactory phase contrasts with a much more generous, impeccable palate, with a lot of acidity. This is a tremendously fresh wine that presents a somewhat rough tannin, with a rather long, very uniform mid palate, pleasant touches of caramel, liquorice and a clearly fruity aftertaste. It’s, in short, a good wine that promises to grow a bit more in the bottle.
