Desde que comenzamos la aventura de Nos Vamos de Vinos hemos conocido a un montón de personas muy interesantes y hemos vivido algunas experiencias formidables. Una de ellas fue la cata a ciegas con la que nos sorprendieron en bodegas Enate.
La primera botella era relativamente fácil de identificar: una nariz floral y una boca sedosa delataban al Enate Gewürztraminer 2018, un vino joven y fresco pero con personalidad.
La sorpresa llegó con la segunda. Se trataba de un vino untuoso, de un color dorado, que aparentaba un paso por barrica y una larga estancia sobre lías… No teníamos ni la menor idea de qué demonios estábamos probando. Solo teníamos claro que nos encantaba.
La sorpresa fue mayúscula al descubrir que se trataba de la añada 2005 del mismo vino; una botella sacada de los nichos de la propia bodega que nos demostró cómo un vino joven bien armado puede evolucionar tan positivamente.
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Since we started the adventure of Nos Vamos de Vinos, we have met a lot of very interesting people and we have lived some marvelous experiences. One of them was the blind tasting were people from Enate winery surprised us.
The first bottle was relatively easy to identify: a floral nose and a silky mouth betrayed the Enate Gewürztraminer 2018, a young and fresh wine with character.
The surprise came with the second bottle. It was an unctuous golden colored wine, which looked like it had been resting on its lees and aged in barrel … We had no idea what the hell we were tasting. We just knew that we loved it.
The surprise was huge when we discovered that it was the 2005 vintage of the same wine; a bottle taken from the cellar that showed us how a well-constructed young wine can evolve so positively.