Con los vinos de los Hermanos Hernáiz lo hemos hecho mal… pero nos ha salido bien. Lo hemos hecho mal porque hemos empezado catando su gama alta y meses después hemos descorchado sus vinos de volumen: un blanco “del año” y un “crianza”. Pero si bien los vinos “top” nos dejaron un fantástico recuerdo, la gama de acceso no nos ha decepcionado.

El nombre del vino se debe a que el viñedo de los Hermanos Hernáiz (Finca La Emperatriz) perteneció a la emperatriz Eugenia de Montijo (1826-1920).

El Jardín de la Emperatriz Blanco 2021 es un monovarietal de Viura procedente de una mezcla de cepas de más de 60 años (80 %) y plantas jóvenes (20 %), siempre sobre suelos franco-arenosos con cantos rodados. Para su elaboración, la uva se prensa en atmósfera inerte, dejando que el mosto y la pulpa maceren en frío durante dos días. Tras un desfangado por gravedad, la fermentación se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable a una temperatura de entre 15 y 16 ºC, tras lo cual el vino descansa con sus lías finas durante dos meses.
El resultado es un vino amarillo pajizo con reflejos verdoso, una nariz sorprendentemente floral, con toques de fruta de hueso, y una boca con una acidez bien integrada, matices amargos, un paso por boca sedoso y un casi imperceptible resto carbónico que desaparece casi de inmediato tras servirlo.

La añada 2021 se caracterizó por un invierno seco y un principio de primavera frío. El verano fue muy seco, con temperaturas moderadas acompañadas de noches frescas que permitieron tener una uva Viura especialmente aromática y de calidad.

Por su parte, El Jardín de la Emperatriz Tinto Crianza 2018 es un coupage de Tempranillo (88 %), Garnacha (9 %), Graciano (2 %) y Maturana Tinta (1 %) procedentes de un viñedo de 25 años de edad media conducido en espaldera sobre el mismo suelo que la Viura. Tras una vendimia manual, la fermentación alcohólica se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable, mientras que la maloláctica tiene lugar en inox y hormigón antes de que el vino se trasiegue a barricas de roble americano (70 %) y francés (30 %), en las que permanecerá durante 12 meses.
El resultado es un vino de color cereza y capa media con un brillante halo fresa, nariz muy frutal (fruta roja), limpia, con toques de vainilla en segundo plano y boca igualmente frutal, con una fantástica acidez, cuerpo ligero pero bien estructurado y posgusto lácteo.
En resumen, se trata de dos vinos que son una invitación a beber y beber, dos vinos capaces de agradar tanto a un público general como a quienes siempre buscamos algo más.

El año 2018 fue frío y húmedo, con dos granizadas (en julio y septiembre) que afectaron a las uvas e hicieron necesaria una selección exhaustiva de racimos, tanto en campo como en mesa, ya en la bodega.

VinoAlcoholProducciónPrecio (75 cl)
El Jardín de la Emperatriz Blanco 202113,4 %44.200 botellas de 75 cl8,35 euros
El Jardín de la Emperatriz Tinto 201814 %165.000 botellas de 75 cl
8.000 botellas de 1,5 l
11,10 euros
Otros datos de El Jardín de la Emperatriz Blanco 2021: pH: 3,3. Acidez total: 5,6 g/l. Acidez volátil: 0,42 g/l.
Otros datos de El Jardín de la Emperatriz Tinto 2018: pH: 3,67. Acidez total: 5,6 g/l. Acidez volátil: 0,47 g/l.

🇬🇧
We’ve done poorly regarding the Hermanos Hernáiz wines … but it has turned out well. We’ve done it wrong because we’ve started tasting their high range, and months later we’ve uncorked their volume wines: a white “del año” (from the latest vintage) and a “crianza” (medium aged in oak barrels). But although the “top” wines left us a fantastic feeling, the access range has not disappointed us.
El Jardín de la Emperatriz Blanco 2021 is a Viura single-varietal from a mixture of vines over 60 years old (80%) and young plants (20%), always on sandy loam soils with boulders. Their grapes are pressed in an inert atmosphere, leaving the must and pulp to macerate in cold for two days. After racking by gravity, fermentation takes place in stainless steel tanks at a temperature of between 15 and 16ºC, after which the wine rests with its fine lees for two months.
The result is a straw-yellow wine with greenish reflections, a surprisingly floral nose, with hints of stone fruit, and a mouth with well-integrated acidity, bitter nuances, a silky mid-palate and an almost imperceptible carbonic residue that disappears just a few moments after serving.
On the other hand, El Jardín de la Emperatriz Tinto Crianza 2018 is a blend of Tempranillo (88%), Grenache (9%), Graciano (2%) and Maturana Tinta (1%) from a vineyard with an average age of 25 years trellised on the same soil as the Viura. After a manual harvest, the alcoholic fermentation takes place in stainless steel tanks, while the malolactic conversion takes place in stainless steel and concrete before the wine is racked into American (70%) and French (30%) oak barrels, in which it will remain for 12 months.
The result is a cherry-colored medium body wine with a bright strawberry rim, a very fruity nose (red fruit), clean, with hints of vanilla in the background and an equally fruity mouthfeel, fantastic acidity, a light but well-structured body and a dairy aftertaste.
In short, these are two wines that are an invitation to drink and drink, two wines capable of pleasing both a general public and those of us who are always looking for something more.

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