No catamos suficiente Ribeiro. Es un hecho. Y es que raro es el vino de esta denominación de origen que cae en nuestras manos y no nos arranca una sonrisa cuando llevamos la copa a la boca. Así que éste es el primer motivo para descorchar una botella de la nueva añada de Eduardo Peña.
El segundo motivo es su coupage. Si te gusta probar variedades autóctonas, este vino blanco de la Galicia más atlántica está elaborado con una mezcla de Treixadura, Albariño, Godello, Loureira y Lado. De hecho, se trata de un ensamblaje de diferentes vinos monovarietales, ya que cada casta se vendimia y se vinifica por separado para elegir siempre el momento óptimo de maduración.
Vamos con el tercer motivo: paraje. Cada sorbo de Eduardo Peña 2022 te transportará a la ladera de Castrelo de Miño (Orense) donde se encuentra el viñedo con el que se elabora este vino, viñas plantadas en 2004 junto a una moderna bodega cueva (o, más bien, “sobre ella”), que permite que la uva recién vendimiada llegue inmediatamente a la sala de elaboración.
Una vez allí, las uvas se enfrían con nieve carbónica, se someten a un suave estrujado y una breve maceración con los hollejos. Posteriormente, se realiza un trabajo prefermentativo con las lías gruesas y una posterior fermentación en barricas de 300 litros de roble europeo y tostado suave. No cabe duda de que una elaboración así ya es un cuarto motivo para degustarlo, ¿no?
Cuando catamos Eduardo Peña 2022 encontramos un vino de color pajizo con aromas a flores, hinojo y fruta blanca. Su boca es untuosa, con un ligero resto carbónico. En su trago hay una buena acidez, toques de eucalipto y una agradable nota especiada en el posgusto que aportan una buena personalidad a este vino fresco, de trago relativamente sencillo.
Así que, el quinto y último motivo es tan sencillo como lo fácil de beber que resulta este Ribeiro multivarietal que nos arranca una sonrisa cuando nos llevamos la copa a la boca.
Vino | Alcohol | Producción | Precio |
Eduardo Peña 2022 | 13 % | 25.000-30.000 botellas de 75 cl | 16 euros |


Hemos creado este espacio para ti
Si quieres que los lectores de Nos Vamos de Vinos accedan a la web de tu bodega, distribuidora, tienda, vinoteca, hotel rural… a través de un enlace con foto como éste, te sorprenderá lo económico que es.
🇬🇧
Eduardo Peña 2022: Five reasons to taste this multivarietal Ribeiro
We didn’t taste enough Ribeiro. It’s a fact. And it’s not logical because many of the wines from this denomination of origin that fall into our hands make us smile when we take the glass to our mouths. So this is the first reason to uncork a bottle of Eduardo Peña’s new vintage.
The second reason is its blend. If you like to try native varieties, this white wine from the most Atlantic Galicia is made with a mixture of Treixadura, Albariño, Godello, Loureira and Lado. In fact, it’s a blend of different single-varietal wines, since each variety is harvested and vinified separately to always choose the optimum moment of maturation.
Let’s go with the third reason: place. Each sip of Eduardo Peña 2022 will transport you to the hillside of Castrelo de Miño (Orense), where the vineyard from which this wine is made is located, vines planted in 2004 next to a modern cave winery (or, rather, “over it”), which allows the freshly harvested grapes to immediately reach the processing room.
Once there, the grapes are cooled with dry ice, are gently crushed and briefly macerated with the skins. Subsequently, a pre-fermentative work is carried out with the lees and a subsequent fermentation in 300-liter European oak barrels and soft toast. There’s no doubt that a preparation like this is already a fourth reason to taste it, right?
When we tasted Eduardo Peña 2022 we found a straw-colored wine with aromas of flowers, fennel and white fruit. Its palate is unctuous, with a slight carbonic residue. In its drink there’s a good acidity, touches of eucalyptus and a pleasant spicy note in the aftertaste that provide a good personality to this fresh and easy to drink wine.
So, the fifth and last reason is as simple as how easy it’s to drink this multi-varietal Ribeiro that makes us smile when we put the glass in our mouths.