Rías Baixas es la denominación de origen más famosa de Galicia, y la uva Albariño, la variedad más representativa de esta región, ha extendido su fama más allá de nuestras fronteras. De hecho, estamos ante una de las pocas variedades españolas cuyo nombre se impone en popularidad al de la región en la que se elaboran principalmente sus vinos, una peculiaridad que comparte con la malagueña uva Moscatel y, en menor medida, con el Verdejo de Rueda.
Aunque el origen de la viticultura en la zona es milenario, la D. O. Rías Baixas se aprueba en 1988, y en la actualidad cuenta con 4.321 hectáreas de viñedo, repartidas en 22.832 parcelas trabajadas por 5.011 viticultores cuyas uvas son procesadas en 179 bodegas.
Tras las últimas modificaciones de su reglamento, el territorio de la denominación de origen Rías Baixas está dividido en cinco subzonas: Val do Salnés, O Rosal, Ribeira do Ulla, Condado do Tea y Soutomaior. La mayor parte del viñedo se encuentra en Pontevedra, si bien una pequeña parte corresponde a La Coruña.

La viticultura en Rías Baixas
Para entender los vinos de Rías Baixas, lo primero es comprender que se trata de una zona con marcadas singularidades. De entrada, el cultivo de la vid es milenario, y su evolución ha estado condicionada por factores climáticos, geográficos y culturales.
Así, hablamos de una zona de clima marcadamente atlántico, fresco, con abundantes lluvias (1.300 mm anuales), temperaturas suaves (entre 10 y 25 ºC) y altitudes moderadas que raramente superan los 300 metros.
Durante siglos, la viticultura ha sido considerada un cultivo complementario, y los viticultores han seleccionando las variedades que mejor se adaptaban al clima, desarrollando los métodos de conducción y poda más adecuados, como el tradicional emparrado, que reduce el riesgo de enfermedades fúngicas al alejar los racimos del suelo y airearlos en la medida de lo posible, además de facilitar la insolación de la materia foliar y de permitir otros cultivos en la superficie que queda bajo los emparrados.
Históricamente, también se reconoce la influencia de las prácticas enseñadas por los monjes cistercienses llegados a Galicia a través del Camino de Santiago, o bien acompañando a la dinastía de Borgoña, venida a Galicia en el siglo XII con motivo de la boda de Raimundo de Borgoña con la reina Urraca.

Rías Baixas: Albariño… y mucho más
Durante los últimos años, la popularidad del vino de Rías Baixas elaborado con Albariño ha sido imparable, lo que ha llevado a que el precio de la uva se dispare y a que la superficie de viñedo no haya dejado de crecer. De hecho, el 95 % de la uva cosechada en el territorio de Rías Baixas corresponde con la variedad Albariño.
Pero aunque el vino genérico de la denominación de origen que cataremos hoy es, lógicamente, un monovarietal de esta uva, en Rías Baixas se cultivan muchas otras variedades y, de hecho, hay hasta seis diferentes uvas blancas y ocho tintas amparadas por la denominación de origen Rías Baixas.
Uvas blancas amparadas por la D. O. Rías Baixas
- Albariño
- Treixadura
- Loureira (Loureiro Blanco o Marqués)
- Caíño Blanco
- Torrontés
- Godello
Uvas tintas amparadas por la D. O. Rías Baixas
- Caíño Tinto
- Espadeiro
- Loureiro Tinto
- Sousón
- Mencía
- Brancellao
- Pedral
- Castañal

Así son los diferentes vinos blancos de Rías Baixas
Otro aspecto interesante para saber qué estamos bebiendo cuando tenemos delante una botella de Rías Baixas es que, además de la denominación genérica, hay otras cinco denominaciones específicas para los vinos blancos, y cada una de ellas tiene sus propias reglas.
Rías Baixas
No tiene restricción de variedades, siempre que se trate de aquellas castas admitidas por la D. O., y sus vinos pueden elaborarse con uvas procedentes de toda la zona geográfica de Rías Baixas.
Rías Baixas Albariño
Los vinos etiquetados como Rías Baixas Albariño se elaboran únicamente con uva de esta variedad, procedente de cualquier lugar de la zona geográfica de Rías Baixas.
Rías Baixas Condado do Tea
En los vinos etiquetados como Rías Baixas Condado do Tea, al menos 70 % de uva ha de corresponder a las variedades Albariño o Treixadura, procedentes siempre de la subzona Condado do Tea, que se corresponde con el sureste de Pontevedra y linda con la ribera del Miño.
Rías Baixas Rosal
Para que un vino esté etiquetado como Rías Baixas Rosal, al menos el 70 % de la uva empleada en su elaboración ha de ser de las variedades Albariño o Loureira, procedentes de la subzona de O Rosal, situada al sureste de Pontevedra, lindando también con la orilla norte del río Miño.
Rías Baixas Salnés
Los vinos etiquetados como Rías Baixas Salnés han de estar elaborados con al menos un 70 % de uva Albariño, Loureira, Treixadura o Caíño Blanco, procedentes de la subzona Val do Salnés, lindando con la costa atlántica, que es la lengua de tierra delimitada al norte por la ría de Arosa y la sur por la ría de Pontevedra, en la provincia de Pontevedra.
Rías Baixas Ribeira do Ulla
Un vino etiquetado como Rías Baixas Ribeira do Ulla puede estar elaborado con uvas de cualquiera de las variedades admitidas por la denominación de origen, procedentes siempre de la subzona de Ribeira do Ulla, delimitada por el río Ulla, cuya orilla norte corresponde al sur de la provincia de La Coruña, mientras la orilla sur se encuentra en el norte de Pontevedra.

¿Cómo son los vinos de Rías Baixas?
Conocidas las variedades y la zona de elaboración, vamos a dar algunas pinceladas sobre lo que cabe encontrar cuando descorchamos una botella de un vino de esta denominación de origen.
- Como ya hemos visto, los vinos más característicos son blancos, elaborados principalmente con uva Albariño. Frecuentemente, las uvas se someten a una maceración prefermentativa en frío para potenciar la extracción de aromas, motivo por el cual también se lleva a cabo una fermentación a baja temperatura, casi siempre en recipientes inertes, que suelen ser depósitos de acero inoxidable.
- Lo más habitual es que los vinos no tengan una crianza en recipientes de madera, si bien sí es frecuente una crianza de unos pocos meses en depósitos de acero inoxidable con las lías finas. Durante este tiempo se suelen realizar batonages para que los vinos adquieran un cuerpo más cremoso.
- Hay también vinos blancos con crianza en barrica, denominados “Rías Baixas barrica”. El etiquetado ha de recoger el tiempo de permanencia del vino en la barrica (en meses o años), recipiente cuyo volumen no debe exceder de los 600 litros.
- Está extendida la creencia de que los vinos de esta región están pensados para beberse pronto, pero lo cierto es que los buenos albariños pueden envejecer muy bien durante años e incluso décadas gracias a su elevada acidez, adquiriendo tonalidades más intensas, desarrollando fabulosos aromas terciarios, concentrando sus sabores y mejorando su paso por boca en intensidad, complejidad y longitud.
- Habitualmente, un vino blanco de Rías Baixas es seco, con acidez alta, cuerpo medio, color amarillo pajizo y aromas a manzana, fruta de hueso (melocotón y albaricoque) y cítricos (limón y pomelo). Es también habitual encontrar notas sápidas, especialmente en los vinos de las zonas con mayor influencia de la costa. Además, es frecuente encontrar aromas a frutas tropicales, que pueden provenir de levaduras seleccionadas e indicarnos que se trata de un vino más “intervenido”, un vino en el que el elaborador ha tenido un mayor peso.
- Los vinos tintos son igualmente secos, verticales y de buena acidez. Según el pliego de condiciones de la denominación de origen, han de elaborarse con la uva despalillada y estrujada, han de completar la fermentación alcohólica y también la conversión maloláctica para considerarse “estables biológicamente”.
- Los vinos tintos de Rías Baixas han de tener, según el pliego de condiciones de la denominación de origen, un color rojo picota con tonos violáceos y capa media, aromas a frutos rojos (fresa, mora, etc.) y vegetales, así como una ligera estructura en boca, moderadamente tánica, con persistencia media y recuerdos afrutados.
- La D. O. Rías Baixas contempla también categorías separadas para vinos espumosos elaborados según el método tradicional, aunque aún son poco habituales.

Cata del vino genérico de la D. O. Rías Baixas
Repasada la teoría, es hora de descorchar la botella del vino genérico de Rías Baixas de la añada 2021, elaborado con Albariño, para dar con un vino de color pajizo tirando a limón. En su nariz encontramos fruta cítrica, fruta blanca (manzanas y peras), así como toques herbales y moderados recuerdos a frutas tropicales.
Su boca nos recibe con una destacable acidez que da paso a un toque goloso en un trago más bien corto que nos deja un posgusto con notas anisadas. También encontramos cierta untuosidad en un vino agradable al que le sienta bien ser servido frío.
Como vino genérico, es bastante representativo de lo que cabe esperar de cualquier referencia económica que se pueda encontrar en los viales de un supermercado o, por copas, en la barra de cualquier bar no especializado en vinos. Este tipo de vinos puede ser una excelente puerta de entrada al mundo de los vinos de Rías Baixas. No obstante, para comenzar a entender en profundidad esta región vitivinícola, con su enorme complejidad y elevado potencial de calidad, lo más recomendable es comenzar a disfrutar de algunas referencias de gama más alta, de entre las cuales puedes encontrar más información en el epígrafe Rías Baixas de Nos Vamos de Vinos.