Anónimas Viticultoras quiere poner en valor el trabajo de las mujeres en el mundo rural, esas mujeres anónimas que han conservado un patrimonio natural que nosotros ahora podemos disfrutar a sorbos. Cristina Yagüe y María Falcón (las Anónimas Viticultoras) empezaron elaborando vinos en las Rías Baixas, pero ahora están sacando una serie más pequeña de distintos vinos en colaboración con viticultoras de otras zonas como la Ribeira Sacra.

Catro e Cadela 2019 es un monovarietal de Mencía procedente de cepas de 50 años de edad plantadas sobre suelos graníticos. Las uvas, vendimiadas a mano, son despalilladas y fermentan a temperatura controlada. El vino tiene una crianza de ocho meses en el depósito antes de ser embotellado.
De un color picota traslúcido, su nariz no es demasiado expresiva; en ella encontramos monte bajo, fruta roja y un toque dulce. Su boca es ácida, salina, con un posgusto amargo que te hace buscar la copa para dar el siguiente sorbo. Es un vino silvestre, un paseo por ese campo que las mujeres anónimas tan bien han cuidado durante años.
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Puedes encontrar este y otros vinos de Anónimas Viticultoras en la web de de-scorche

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Anónimas Viticultoras (Anonymous Winemakers, in Spanish) wants to value the work of women in rural areas, those anonymous women who have conserved a natural heritage that we can now enjoy sipping a glass of wine. Cristina Yagüe and María Falcón (the Anónimas Viticultoras) started making wines in the Rías Baixas apellation, but now they are releasing a smaller series of different wines in collaboration with winemakers from other areas such as Ribeira Sacra.

Catro e Cadela 2019 is a Mencía single-varietal from 50-year-old vines planted on granite soils. The grapes, hand harvested, are destemmed and fermented with temperature controll. The wine is aged for eight months in the tank before being bottled.
With a translucent cherry color, its nose is not very expressive. There we find countryside, red fruit and a sweet note. Its palate is acidic, salty, with a bitter aftertaste that makes you look for the glass to have the next sip. It’s a wild wine, a walk through that countryside that anonymous women have cared so well for years.
