Cata vertical de Viñas del Vero Selección Clarión en Madrid Fusión The Wine Edition
Clarión es un vino blanco de guarda elaborado por Viñas del Vero. En la última edición de Madrid Fusión The Wine Edition, hemos probado cuatro añadas de este ensamblaje de variedades habituales en el Somontano en una cata dirigida por José Ferrer, enólogo de la bodega oscense de González Byass.

Clarión viene de la tiza con la que nuestros abuelos escribían en las pizarras, ya que en la primera añada de este vino se emplearon solamente dos viñedos, y en uno de ellos el suelo tenía arcilla y yeso –nos explica un desenfadado José Ferrer durante la cata de cuatro añadas de este icónico vino blanco del Somontano.

José Ferrer es el enólogo de Viñas del Vero, la bodega de González Byass en la que se elabora este vino. Es un hombre apegado a la tierra, al que cuesta sacarle de su entorno, según él mismo reconoce. Pero a diferencia de otras catas, en las que hemos visto su faceta más seria, hoy José se encuentra especialmente cómodo y dicharachero, a pesar de que son las 10 de la mañana y el ruidoso pabellón 14 de Ifema en el que se celebra Madrid Fusión no ofrece un ambiente precisamente “íntimo”.

De izquierda a derecha, botellas de Clarión 2018, 2016, 2014 y 2013.
De izquierda a derecha, botellas de Clarión 2018, 2016, 2014 y 2013.

José no duda en interactuar con los asistentes, en preguntarnos sobre aquello que posteriormente pretende explicar, como aquellos buenos profesores que realmente quieren que sus alumnos asimilen los conocimientos. Tampoco evita lanzar alguna que otra puya (siempre merecida) al gremio de periodistas del vino del que formamos parte, con la retranca propia de su inconfundible acento maño.

En este ambiente matutino y jovial, acompañan al enólogo oscense otros dos pesos pesados de González Byass: la también enóloga Marina García y el sumiller Juanma Terceño. Guiados por este trío de estrellas viajaremos en el tiempo hasta 2013, con paradas en 2018, 2016 y 2014 para descubrir no tanto la capacidad de guarda de este vino blanco como su capacidad para reflejar la singularidad de cada añada.

José Ferrer, enólogo de Viñas del Vero, nos explica algunos detalles de su vino Clarión.
José Ferrer, enólogo de Viñas del Vero, nos explica algunos detalles de su vino Clarión.

Clarión 2018: Un vino ancho que nace de un año húmedo

Comenzamos probando la añada actualmente a la venta, cuyas uvas se vendimiaron hace ya algo más de cuatro años. Empezaremos aclarando que este blanco de guarda es un coupage de microvinificaciones de diferentes variedades y parcelas de las más de 1.000 hectáreas de viñedo con las que trabaja la bodega. Las uvas empleadas cada añada y su proporción son un secreto. Hay uvas que fermentan en depósito inerte y otras que lo hacen en madera, y lo habitual es que la Riesling, la Chardonnay y la Gewürztraminer formen parte de la “receta” junto a otras variedades habituales en el Somontano. 

José Ferrer comenta que Clarión nació con la añada de 1996 y rompió muchos moldes en una bodega especialista en vinos monovarietales: “Clarion no imita a ningún vino. Es un blanco de guarda cuyo ensamblaje cambia cada año porque no siempre los mismos viñedos y variedades dan lo mejor de sí”.

De izquierda a derecha, las añadas 2018, 2016, 2014 y 2013 de Clarión.
De izquierda a derecha, las añadas 2018, 2016, 2014 y 2013 de Clarión.

No obstante, el enólogo sí aporta algunas pistas sobre la elaboración, como el hecho de “dejar tranquilos los vinos hasta Semana Santa”. Es entonces cuando los cata y decide el ensamblaje que pasará a la botella, en la que permanecerá un mínimo de cuatro años.

Centrándonos en este Clarión 2018, es un vino ancho, de nariz elegante y armónica en la que encontramos fruta blanca, hinojo, balsámicos, especias dulces y unas tímidas notas a hidrocarburos. Aparte de su anchura, en la boca destaca su perfecta acidez, su longitud, su complejidad y su elegancia. Es un vino fresco con un ataque suave que posteriormente gana intensidad para desvanecerse lentamente.

De izquierda a derecha, etiquetas traseras de Clarión 2018, 2016, 2014 y 2013.
De izquierda a derecha, etiquetas traseras de Clarión 2018, 2016, 2014 y 2013.

José Ferrer nos explica que 2018 es la añada más húmeda de las que probaremos, y reitera algo que sabemos de sobra: aunque ya está redondo, la botella le vendrá muy bien.

Clarión 2016: Una añada seca para un vino muy estructurado

Viajamos dos años atrás en el tiempo para descubrir una nariz en la que los hidrocarburos empiezan a asomar un poco más, si bien de forma todavía leve. En la copa observamos que se trata de un vino más dorado, consecuencia de una añada más cálida, en la que la uva llegó a la bodega mucho más concentrada.

Clarión 2016.
Clarión 2016.

Esa calidez se nota en la nariz, que ofrece algunas notas amieladas y fruta más madura, con flores secas casi escondidas en un segundo plano mientras que en boca encontramos un vino de carácter más mediterráneo, ancho, más grueso, con más peso, con mucha intensidad y una gran estructura.

Lo catamos una y otra vez, alternándolo con sus compañeros, y nos damos cuenta de que los prejuicios que tenemos a los años más secos y más cálidos carecen muchas veces de sentido.

Clarión 2014: A las puertas de la “vida de adulto” para una añada estándar

Un nuevo salto en el tiempo nos lleva hasta 2014, un año “estándar” en cuanto a clima. Así que si tuviéramos que catar una única muestra de Clarión para entender cómo es este vino de guarda multivarietal del Somontano, sería esta.

Ocho años y unos meses después de su vendimia, los terpenos ya comienzan a manifestarse aromáticamente como hidrocarburos. La fruta se bate en retirada mientras aparecen unas notas ahumadas que nos sorprenden en un vino sin crianza en barrica. En boca es delicioso, complejo, intenso, largo… con una agradable sensación de acidez y un final amargo que le aporta frescura.

Clarión 2014.
Clarión 2014.

José Ferrer, debatiéndose entre su afán didáctico y su compromiso por mantener el misterio de Clarión, acaba confesando que el final amargo proviene de una de las variedades del ensamblaje, que en esta ocasión maceró con raspones.

Juanma Terceño apunta que este vino se encuentra dando los primeros pasos de su “vida de adulto” frente a los anteriores, que mostraban aún su faceta más joven. Y esta observación “abre el melón” de la conservación del vino, un debate en el que Marina García nos pide que tengamos en cuenta que las botellas que disfrutamos hoy en esta cata vienen directamente de la colección de la bodega, por lo que su conservación ha sido óptima, y su envejecimiento promete ser menor que el que encontraríamos si las adquiriéramos por cualquier otra vía.

Clarión 2013: Un vino sorprendentemente fresco de una añada lluviosa

El final del viaje acaba en 2013. José Ferrer nos cuenta que el objetivo de esta cata no es demostrar las capacidades de guarda de Clarión, sino evidenciar sus diferencias en función de la añada. Por eso no ha querido ir más lejos en el tiempo, y nos emplaza a catar las añadas más antiguas en una futura visita a la bodega.

Clarión 2013.
Clarión 2013.

En este 2013 encontramos la nariz más discreta, con una presencia muy sutil de las notas florales y los hidrocarburos, mientras que en boca su perfil es más fresco que el de la añada 2014. Es quizás el vino más alejado del perfil general, más vertical, directo, fresco, de muy buena acidez y un trago largo en el que observamos una nota golosa que nuestro anfitrión asocia con la evolución del vino en la botella.

José Ferrer nos cuenta que fue una añada bastante complicada, fría y lluviosa, en la que la maduración se retrasó bastante. También recuerda que hubo algún periodista de renombre que vaticinó que en España no habría grandes vinos de aquella añada tan complicada, si bien varias bodegas se alzarían con prestigiosos premios internacionales.

Ya que hablamos de premios, para José Ferrer quizá el mayor reconocimiento a Clarión fue su elección como uno de los vinos que dieron en la cena previa a su boda el entonces príncipe Felipe de Borbón y Leticia Ortiz. El enólogo oscense remarca, además, la versatilidad de un vino con un enorme potencial gastronómico, ya que, para él, Clarión marida estupendamente con ahumados, guisos de ave, anguila e incluso con la siempre difícil alcachofa, si bien nosotros lo maridaremos con unos picos, como mandan los cánones.

Juanma Terceño, sumiller de González Byass, en la cata vertical de Clarión.

Juanma Terceño y Marina García, sumiller y enóloga de González Byass, respectivamente, nos dan algunos interesantes detalles sobre Clarión en la cata vertical celebrada durante el transcurso de Madrid Fusión.

Marina García, enóloga de González Byass, en la cata vertical de Clarión.
Cata vertical de Clarión en Madrid Fusión.

Y entre aromas terpénicos, anécdotas, consejos culinarios, chascarrillos y merecidas puyas, llegamos al final de esta increíble cata casi con cierto sentimiento de culpa por estar disfrutando tanto de estos vinos durante una experiencia matutina en la que, además de viajar en el tiempo, hemos podido sentirnos como alumnos cambiando, eso sí, el clarión de yeso por el Clarión de Riesling, Chardonnay, Gewürztraminer y “otras” variedades habituales en el Somontano.

VinoAlcoholProducciónPrecio (75 cl)
Clarión 201813,5 %18,60 euros
Clarión 201613,5 %
Clarión 201413,5 %
Clarión 201313,5 %
Otros datos: Clarión 2014: pH: 3,31. Acidez total (tartárico): 5,60 g/l. Azúcar residual: 2,1 g/l.

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