Discreto y seductor, al mismo tiempo sobrio y atrevido, contradictorio sin dejar de ser simple, tan fácil de beber, tan refrescante… Boapeza es un tinto de Mencía rebosante de fruta roja fresca, de cerezas y fresas, con ese irreverente aroma a gominola poco propio de un vino bien criado, un vino armado que presume de joven y que a la vez es fresco, atlántico, casi casi salino. Vuelves a escudriñar los recovecos de esa nariz en apariencia simple tratando de ignorar la capa de las frutas, tratando de olvidar la gominola… Aparecen violetas, madera de castaño, quizá madera vieja, monte bajo… No es verde ni maduro o es, al mismo tiempo, las dos cosas, como esa adivinanza convertida en poesía que nadie quiso nunca tratar de resolver. Qué más da lo que diga, déjame recitarla una vez más, déjame deleitarme en su nariz tratando de encontrar la solución o tratando tan solo de disfrutar de la primera capa, de esa Mencía plantada en las laderas imposibles del cañón del Miño, en la Ribeira Sacra. Déjame deleitarme en su color picota, traslúcido y oscuro, discreto y seductor al mismo tiempo, sobrio y atrevido, contradictorio sin dejar de ser simple, antes de pasar a descubrir una sorprendente boca fresca, equilibrada, frutal, ácida y compleja; fruta roja, caramelo de repostería con ese toque amargo, un trago no muy largo, un final matizado, fruta y acidez en el retronasal…
Discreta y seductora, al mismo tiempo sobria y atrevida, contradictoria sin dejar de ser simple, tan fácil de escuchar, tan refrescante… como esa adivinanza convertida en poesía que nadie quiso nunca tratar de resolver: One, en la voz de Aimee Mann es nuestra propuesta para acompañar a Boapeza 2018.
