Cuando te invitan a hacer una cata histórica como ésta, en la que se conmemoran los 50 años de Beronia, te preguntas qué vas a beber, qué vinos serán los elegidos para mostrar la trayectoria de una bodega que comenzó siendo el txoko de unos amigos; una bodega que en la actualidad sigue conservando ese espíritu de sus orígenes. Y es que la idea de celebrar alrededor de una buena mesa sigue estando en el ADN de Beronia, pero es un proyecto que va mucho más allá con la construcción de una moderna bodega semienterrada, sostenible (certificada por WfCP, Wineries for Climate Protection), perfectamente integrada en el paisaje, y donde los trabajos se realizan por gravedad.
Estamos hablando de una bodega que pertenece al grupo González Byass, aunque los fundadores siguen siendo propietarios de una pequeña parte de las acciones, y que controla más de 1.000 hectáreas de viñedo con las que elabora una amplia gama de vinos que se venden en 80 países.
Una historia de 50 años resumida en seis vinos
Vamos a sumergirnos en la historia de Beronia a través de seis vinos, uno representando cada década, desde los años 70 del siglo XX, cuando fue fundada, hasta la década de los 20 del siglo XXI, en la que ha cumplido 50 años. Todos ellos son grandes reservas, excepto el vino elaborado para conmemorar este quincuagésimo aniversario, y todas las añadas han sido calificadas como excelentes por la denominación de origen calificada Rioja, excepto la 2020, que recibió una calificación de Muy Buena.
Beronia Gran Reserva 1973
Empezamos la cata con el año 1973. Probaremos la añada fundacional, el primer gran reserva que elaboró Beronia. Se trata de un varietal de Tempranillo, al igual que todos los vinos que cataremos hoy, pero en esta ocasión acompañado por Garnacha, Mazuelo y Viura. Es la única añada en la que vamos a encontrar uva blanca en el coupage, ya que las restricciones que con los años ha ido añadiendo la denominación de origen han hecho que las uvas blancas desaparezcan de la ecuación. La crianza de este Beronia Gran Reserva 1973 tuvo lugar en barricas de roble americano.
Estamos ante un vino que todavía está vivo, que mantiene acidez y una ligera estructura en boca, en un trago muy fino. Su nariz está evolucionada; en ella encontramos champiñones y tierra en un primer plano, pero en el fondo también creemos percibir ligeras notas frutales. Es uno de esos maravillosos vinos que han hecho grande a Rioja, con una increíble capacidad de envejecimiento y una finura difícil de encontrar en otras denominaciones de origen.
Beronia Gran Reserva 1982
El grupo González Byass entró en Beronia en 1982, y con él llegó un joven Matías Calleja, quien se convirtió en el enólogo de la bodega desde 1988 hasta 2023, cuando Alejandro López García tomó el relevo. Sin embargo, Matías sigue vinculado a la bodega en la actualidad. De hecho, son los dos enólogos, Matías y Alejandro, los encargados de dirigir esta cata histórica.
Beronia Gran Reserva 1982 es un varietal de Tempranillo que en esta ocasión va acompañado de Mazuelo y Graciano. Es un vino potente en cuya etiqueta leemos que tiene un 13 % de alcohol, lo cual era mucho para aquellos años en los que los tintos de Rioja solían rondar el 12 % de alcohol.
En nariz predominan los aromas de evolución, con los champiñones al frente, pero en esta ocasión también encontramos notas de tabaco en una segunda capa. En boca mantiene la acidez y la estructura, aunque es un vino menos fino y más potente que la añada 1973.
Beronia Gran Reserva 1994
La añada 1994 es considerada una de las grandes en la historia de los vinos de Rioja. Habían pasado más de diez años desde que se había calificado una añada como excelente por la denominación de origen, y 1994 volvió a conseguirlo. Fue una añada de las que se considera de libro, con un grado alcohólico ligeramente superior al habitual pero con un pH y una acidez perfectos; una de las añadas históricas de Rioja.
Beronia Gran Reserva 1994 vuelve a ser un varietal de Tempranillo con un ligero aporte de Graciano y Mazuelo. Estamos ante un vino vivo, con los aromas de evolución y la fruta conviviendo en perfecta armonía. Es un vino muy fino en boca, pero que muestra más estructura que los dos anteriores, acompañada de una buena acidez; uno de esos vinos que parece haber detenido el tiempo, manteniendo un perfecto equilibrio entre evolución y frescura.
Beronia Gran Reserva 2001
A principios de los años 2000, González Byass se dio cuenta de la importancia de tener una distribución propia más allá de las fronteras de España, y comenzó a construir una red de distribución en diferentes mercados internacionales, lo que le permitió gestionar todas las etapas de la elaboración y venta de vino hasta su llegada a los comercios y restaurantes. Además, en Bodegas Beronia, el año 2001 marcó el inicio del uso del roble francés para la elaboración de su Gran Reserva.
Beronia Gran Reserva 2001 probablemente sea el vino más clásico hasta el momento. En su coupage, el porcentaje de Graciano aumentó, mientras que el de Mazuelo disminuyó. Para Matías Calleja, este 2001 quizás sea el que tenga menos años de vida de todos los vinos que vamos a catar, pero en este momento se encuentra en un estado perfecto para ser disfrutado.
En nariz, la fruta negra tiene más protagonismo que en los vinos anteriores, y está acompañada de notas especiadas y tostadas. En boca, tiene una buena acidez y un tanino dulce en un trago largo que se desvanece poco a poco.
Beronia Gran Reserva 2010
Para Alejandro López García, el nuevo enólogo de Bodegas Beronia, la añada 2010 es una de las grandes en Rioja, y especialmente en Beronia. La denominación de origen no había calificado ninguna añada como excelente desde 2005, pero la climatología favorable de 2010, junto con rendimientos controlados en el viñedo, hicieron que esta añada volviera a obtener la máxima calificación.
En el coupage de la añada 2010, no entró el Mazuelo, por lo que nos encontramos ante un vino elaborado con un 97 % Tempranillo acompañado por un 3 % de Graciano.
Nuestra copa de Beronia Gran Reserva 2010 sale de una botella de formato magnum y, desde nuestro punto de vista, es junto con 1973, uno de los grandes vinos de la cata. Destaca por una nariz elegante en la que la fruta roja está al frente, acompañada de violetas y notas especiadas. En boca, es un vino vivo con una buena acidez y un tanino sedoso en un trago estructurado, complejo y muy largo.
Beronia Edición Cincuenta Aniversario 2020
Vamos con el último vino de la cata y el único que no está pensado como un gran vino de guarda, aunque nosotros creemos que todavía tiene unos cuantos años más de vida en botella. En esta ocasión, estamos ante el único monovarietal de la cata, un monovarietal de Tempranillo que desprende aromas a fruta roja fresca acompañada de flores silvestres y notas de monte bajo. En boca, es un vino con una buena acidez y un tanino presente pero domado que estructura un trago frutal y largo.
Y con este vino pensado para conmemorar el quincuagésimo aniversario de Beronia, terminamos una cata con la que hemos podido recorrer la historia de la bodega de la mano de Matías Calleja y Alejandro López García, quienes representan la historia y el futuro de los vinos de Beronia.
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