Muchas cosas han pasado desde aquel lejano 1999 en el que el euro entró en nuestras vidas y todos practicábamos la tabla del seis: 6 euros, 1.000 pesetas. En ese año, un amenazante efecto 2000 se cernía sobre nuestros ordenadores y se buscaban soluciones para que “todo” siguiera funcionando. Fue en 1999 cuando entraron en nuestra vida las precuelas de Star Wars con La Amenaza Fantasma y Britney Spears puso a bailar a medio mundo con su álbum debut …Baby One More Time. Pero también fue en 1999 cuando en La Verdosa, una finca de Toledo, nacía Arrayán, la bodega de la familia Entrecanales Marsans.
Ya han pasado 25 años y hemos pasado de temer el efecto 2000 a mirar de reojo a la inteligencia artificial. En Bodegas Arrayán han evolucionado en su manera de interpretar el paisaje y el terruño de La Verdosa, y han añadido nuevos paisajes con sus viñas en Almorox, El Real de San Vicente y Cebreros.
Por eso, ahora, tras veinticinco años y con la nueva generación de la familia implicada en la bodega, de la mano de Alejandro y Mariana nos presentan una nueva imagen y nos muestran sus vinos agrupados en cuatro familias: Finca La Verdosa, Selección, La Suerte y El Bufón de Arrayán.
Los vinos Selección de Bodegas Arrayán
El encargado de diseñar originalmente el viñedo que ocuparía la parte noroeste de la finca La Verdosa, en Santa Cruz del Retamar (Toledo), fue el australiano Richard Smart. En esta ubicación, a una altitud de entre 470 y 510 metros, se plantó una viña de 26 hectáreas con las variedades Syrah, Merlot, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot.
De este viñedo, que cuenta con certificación ecológica desde 2016, salen los dos vinos que podemos encontrar en la gama Selección: Arrayán Selección Rosado y Arrayán Selección Tinto. El rosado es un coupage de Syrah, Garnacha y Merlot, mientras que el tinto es un coupage de Syrah, Merlot, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, con una crianza en roble francés de ocho meses.
El terruño adquiere protagonismo con la gama Finca La Verdosa
Con la llegada de Maite Sánchez a la bodega en 2009, comenzó la apuesta por las variedades autóctonas. De esta manera, de la mano del Centro de Investigación de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM), en los años 2014 y 2015 se procedió a injertar en cepas de Merlot las variedades Garnacha Peluda, Garnacha Gris, Garnacha Blanca, Mizancho y Rufete. Gracias a esta colaboración nacieron los vinos que forman parte de la familia Finca La Verdosa: los tintos Arrayán Graciano, Arrayán Garnacha Peluda y el blanco Arrayán Garnacha Blanca y Gris.
La Suerte de Arrayán es una oda a los suelos de granito
Con la idea de recuperar viñedos singulares, Arrayán adquirió dos hectáreas de viñedo de Albillo Real en la localidad de Almorox (Toledo). Este viñedo, plantado en 1942, se encuentra a 600 metros de altitud, y su suelo es de arenas graníticas. Del mismo modo, Arrayán posee un viñedo de Garnacha situado en El Real de San Vicente (Toledo) a 750 metros de altitud, plantado en los años 50 del siglo pasado sobre suelos de arenas graníticas y cuarzo. De estos dos viñedos tan especiales salen los dos vinos que forman la familia La Suerte: La Suerte de Arrayán Albillo Real y La Suerte de Arrayán Garnacha.
Dos orígenes distintos para El Bufón de Arrayán
Los tres vinos que forman la familia El Bufón de Arrayán tienen dos orígenes distintos. Por un lado, están los vinos de Cebreros: El Bufón de Arrayán Garnacha y El Bufón de Arrayán Albillo Real. Por otro lado, está El Bufón de Arrayán Mizancho, un vino que nace en el viñedo de la finca La Verdosa y es fruto del proyecto de recuperación de variedades autóctonas que la bodega realizó en colaboración con el IVICAM.
El Bufón de Arrayán Garnacha proviene de una viña plantada en 1950 en el puerto de Arrebatacapas, donde se encuentran los únicos suelos de pizarra de la denominación de origen Cebreros. Esta viña se sitúa a 980 metros de altitud y tiene un 32 % de pendiente. Por su parte, El Bufón de Arrayán Albillo Real también nace en Cebreros, pero en este caso en viñas viejas situadas a 700 metros de altitud sobre suelos de arenas graníticas.
Tras conocer la nueva imagen y la renovada familia de unos vinos que comenzaron su andadura en 1999, solo nos queda alzar nuestras copas y brindar por el camino recorrido en estos 25 años y por un futuro en el que seguiremos disfrutando de los vinos de la familia Entrecanales Marsans, de los vinos de Arrayán.
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